Se extraerá a partir de este mes de una mina descubierta en Salta. Es para reemplazar parte del que se importa a un costo de 36 millones de dólares por año para las centrales nucleares de Atucha I y Embalse.
La Argentina reiniciará en Salta la extracción de uranio, un mineral estratégico tanto para la centrales nucleoeléctricas como para la producción de bombas atómicas, luego de casi 10 años de paralización por una decisión del gobierno menemista.
La producción de uranio nacional se reactivará en una nueva mina ubicada en el cerro "Don Otto" en Salta en el marco de un proyecto que incluye la activación de nuevas minas y la reapertura de otras, revelaron a Clarín en exclusiva fuentes oficiales.
La búsqueda de nuevos yacimientos de uranio se da en el marco de una creciente presión de multinacionales para obtener permisos de cateo. El precio del kilo de uranio pasó de 25 dólares a 312 dólares en los últimos años por la crisis del petróleo.
La activación formal de la mina del cerro "Don Otto" se realizará a principios de este mes cuando el ministro de Planificación, Julio De Vido, el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, y el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), José Abriata, firmen en Buenos Aires un acuerdo de cooperación. "Don Otto" producirá 30 toneladas de uranio por año.
El plan de la CNEA incluye el cateo de uranio en la zona de "laguna Sirven" en el norte de Santa Cruz y Mina Franca en Catamarca, entre otras provincias.
El objetivo del plan es lograr un nivel de producción nacional que permita dejar de importar uranio de la ex república soviética de Kazastán, entre otros proveedores. Hoy en día se importan por año 120 toneladas de uranio para las centrales nucleoeléctricas de Atucha I y Embalse a un costo de más de 36 millones de dólares. Fuentes de la CNEA estiman que producir el uranio aquí "costará menos de la mitad y dará trabajo a cientos de personas".
El uranio es el mineral que se usa para colocar dentro de las barras de elementos combustibles que se ponen en los reactores de las centrales nucleoeléctricas. Este se convierte en dióxido de uranio en la planta de Dioxitek que la CNEA tiene en Córdoba. El titular de Dioxitek, Santiago Morazzo, anunció que se estudia construir una nueva planta que duplicará su producción a 300 toneladas por año y se ubicará fuera del área urbana de Córdoba.
Fuentes de la CNEA estiman que Atucha I, Embalse y Atucha II -que se espera terminar en el 2011- necesitan 7.500 toneladas de uranio para su vida útil (ver infografía), sin contar consumos como reactores de investigación.
Atucha I y Embalse están por cumplir 30 años de producción de energía eléctrica por lo que la CNEA está proyectando reciclar sus reactores para que funcionen 30 años más. "Es como hacerle una rectificación al motor de un auto", graficó una fuente.
Además, el viernes el Gobierno firmó un proyecto con Canadá para iniciar los estudios para el diseño de una cuarta central nucleoeléctrica con la llamada tecnología CANDU que tiene la central de Embalse, Córdoba.
Todo este reflorecimiento de la minería de uranio está en el marco de la reactivación del plan nuclear que el presidente Néstor Kirchner había anunciado el año pasado con una inversión total -prometida- de 8.500 millones de dólares en ocho años.
Pese a esta necesidad de uranio, siguen empantanadas las negociaciones entre la CNEA y el gobierno de Mendoza para permitir la reapertura del complejo minero-industrial de Sierra Pintada, que el menemismo paralizó en 1998 por un problema de costos y ahora sectores ecologistas se oponen a su reapertura. Sierra Pintada reduciría rápidamente el costo del uranio al 50 por ciento.
Una de las reservas más grande del país, la que está ubicada en el Cerro Solo , Chubut, es propiedad de la CNEA pero está sin explotar. Mientras tanto, los países desarrollados y las multinacionales se lanzaron a una carrera por explotar y explotar minas de uranio en todo el mundo.
Interés de las multinacionales
La Asociación de Profesionales de la CNEA y varios diputados vienen advirtiendo que las reservas argentinas de uranio se agotarán en 17 años a menos que se busquen nuevos yacimientos y que, por lo tanto, no se debe permitir que empresas multinacionales exporten ese mineral en el futuro, tal como lo autoriza del Código Minero reformado por el menemismo que le quitó a este mineral su carácter de estratégico.
El secretario de Minería, Jorge Mayoral, se opone a esa prohibición y dice que "hay reservas suficientes para cubrir por completo la demanda de uranio para el normal funcionamiento de las centrales de Atucha I y Embalse durante la vida útil de ambas, e incluso abastecer a Atucha II". La cifra
312 es el costo de un kilo de uranio importado. En 1998, cuando suspendió la producción, costaba unos 25 dólares. Y un kilo de uranio equivale energéticamente a 100 barriles de petróleo.
Queja en Mendoza
Doce empresas mineras y los profesionales de la CNEA reclamaron a la Justicia que se declare inconstitucional la ley de Mendoza 7772 que prohíbe el uso de prácticamente todas las sustancias químicas utilizadas en la minería.
Ojala que no se exporte este material super estrategico.
La Argentina reiniciará en Salta la extracción de uranio, un mineral estratégico tanto para la centrales nucleoeléctricas como para la producción de bombas atómicas, luego de casi 10 años de paralización por una decisión del gobierno menemista.
La producción de uranio nacional se reactivará en una nueva mina ubicada en el cerro "Don Otto" en Salta en el marco de un proyecto que incluye la activación de nuevas minas y la reapertura de otras, revelaron a Clarín en exclusiva fuentes oficiales.
La búsqueda de nuevos yacimientos de uranio se da en el marco de una creciente presión de multinacionales para obtener permisos de cateo. El precio del kilo de uranio pasó de 25 dólares a 312 dólares en los últimos años por la crisis del petróleo.
La activación formal de la mina del cerro "Don Otto" se realizará a principios de este mes cuando el ministro de Planificación, Julio De Vido, el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, y el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), José Abriata, firmen en Buenos Aires un acuerdo de cooperación. "Don Otto" producirá 30 toneladas de uranio por año.
El plan de la CNEA incluye el cateo de uranio en la zona de "laguna Sirven" en el norte de Santa Cruz y Mina Franca en Catamarca, entre otras provincias.
El objetivo del plan es lograr un nivel de producción nacional que permita dejar de importar uranio de la ex república soviética de Kazastán, entre otros proveedores. Hoy en día se importan por año 120 toneladas de uranio para las centrales nucleoeléctricas de Atucha I y Embalse a un costo de más de 36 millones de dólares. Fuentes de la CNEA estiman que producir el uranio aquí "costará menos de la mitad y dará trabajo a cientos de personas".
El uranio es el mineral que se usa para colocar dentro de las barras de elementos combustibles que se ponen en los reactores de las centrales nucleoeléctricas. Este se convierte en dióxido de uranio en la planta de Dioxitek que la CNEA tiene en Córdoba. El titular de Dioxitek, Santiago Morazzo, anunció que se estudia construir una nueva planta que duplicará su producción a 300 toneladas por año y se ubicará fuera del área urbana de Córdoba.
Fuentes de la CNEA estiman que Atucha I, Embalse y Atucha II -que se espera terminar en el 2011- necesitan 7.500 toneladas de uranio para su vida útil (ver infografía), sin contar consumos como reactores de investigación.
Atucha I y Embalse están por cumplir 30 años de producción de energía eléctrica por lo que la CNEA está proyectando reciclar sus reactores para que funcionen 30 años más. "Es como hacerle una rectificación al motor de un auto", graficó una fuente.
Además, el viernes el Gobierno firmó un proyecto con Canadá para iniciar los estudios para el diseño de una cuarta central nucleoeléctrica con la llamada tecnología CANDU que tiene la central de Embalse, Córdoba.
Todo este reflorecimiento de la minería de uranio está en el marco de la reactivación del plan nuclear que el presidente Néstor Kirchner había anunciado el año pasado con una inversión total -prometida- de 8.500 millones de dólares en ocho años.
Pese a esta necesidad de uranio, siguen empantanadas las negociaciones entre la CNEA y el gobierno de Mendoza para permitir la reapertura del complejo minero-industrial de Sierra Pintada, que el menemismo paralizó en 1998 por un problema de costos y ahora sectores ecologistas se oponen a su reapertura. Sierra Pintada reduciría rápidamente el costo del uranio al 50 por ciento.
Una de las reservas más grande del país, la que está ubicada en el Cerro Solo , Chubut, es propiedad de la CNEA pero está sin explotar. Mientras tanto, los países desarrollados y las multinacionales se lanzaron a una carrera por explotar y explotar minas de uranio en todo el mundo.
Interés de las multinacionales
La Asociación de Profesionales de la CNEA y varios diputados vienen advirtiendo que las reservas argentinas de uranio se agotarán en 17 años a menos que se busquen nuevos yacimientos y que, por lo tanto, no se debe permitir que empresas multinacionales exporten ese mineral en el futuro, tal como lo autoriza del Código Minero reformado por el menemismo que le quitó a este mineral su carácter de estratégico.
El secretario de Minería, Jorge Mayoral, se opone a esa prohibición y dice que "hay reservas suficientes para cubrir por completo la demanda de uranio para el normal funcionamiento de las centrales de Atucha I y Embalse durante la vida útil de ambas, e incluso abastecer a Atucha II". La cifra
312 es el costo de un kilo de uranio importado. En 1998, cuando suspendió la producción, costaba unos 25 dólares. Y un kilo de uranio equivale energéticamente a 100 barriles de petróleo.
Queja en Mendoza
Doce empresas mineras y los profesionales de la CNEA reclamaron a la Justicia que se declare inconstitucional la ley de Mendoza 7772 que prohíbe el uso de prácticamente todas las sustancias químicas utilizadas en la minería.
Ojala que no se exporte este material super estrategico.