La Batalla de Kursk

  • Tema iniciado federicobarbarroja
  • Fecha de inicio

Sebastian

Colaborador
Los soviéticos ganaron la batalla de Kursk sin tener una superioridad importante de fuerzas

22:34 05/07/2013
Moscú, 5 de julio, RIA Novosti. Por María Dunáeva

La batalla de Kursk, que marcó el comienzo del decisivo contraataque soviético contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, se ganó con una pequeña superioridad de fuerzas, según los expertos rusos en un evento dedicado al 70º aniversario de la contienda.

“El Ejército Rojo no tuvo una superioridad importante en la batalla de Kursk. De hecho, las cifras que muestran que las tropas soviéticas tenían dos veces más soldados que los nazis se explican por el hecho de que la URSS contabilizaba también las reservas estratégicas y los servicios técnicos (..) Si tomamos en cuenta las tropas que participaron en los combates tendremos a 800.000 nazis y a 900.000 soviéticos”, indicó en una mesa redonda organizada por RIA Novosti el historiador militar Miroslav Morózov. De este modo, desmintió el popular creencia según el cual las tropas soviéticas en ese combate eran dos veces más numerosas que las nazis.

La batalla de Kursk, u operación Ciudadela para los nazis, duró 50 días y noches, del 5 de julio al 23 de agosto de 1943. Fue el mayor enfrentamiento entre carros de combate en la historia de la humanidad: en él participaron 6.000 tanques en total acompañados por 4.000 aviones.

El combate, muy conocido en Rusia, muchas veces se olvida injustamente fuera de sus fronteras, donde se suela recordar principalmente las contiendas por Moscú o Stalingrado. Sin embargo, la batalla de Kursk no fue menos importante en el desarrollo de la Guerra. Por primera vez, los nazis tropezaron con una resistencia implacable de los soviéticos. De hecho, troncó definitivamente la ofensiva nazi en el Frente Oriental.

Principales armas de los ejércitos soviético y alemán en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. El 22 de junio de 1941, la Alemania nazi atacó a la URSS sin previa declaración de guerra​

“El 15 de julio cuando, tras un semana de duros combates, Hitler tomó la decisión de poner fin a la operación Citadel no lo hizo basándose en el desembarco de los aliados el 10 de julio en Italia sino en que dos tercios de los carros de combate de los que disponían los grupos de ejércitos Centro y Sur no estaban operativos. No se estropearon por sí solos ni se estancaron en el barro sino, en su mayoría, fueron aniquilados al intentar forzar la defensa soviética”, recalcó Morózov.


Sin embargo, la batalla de Kursk no fue tan solo un éxito estratégico del comando soviético. También fue una victoria psicológica. Los documentos históricos muestran que a partir de entonces, los soldados alemanes empezaron a dudar de que Alemania ganaría la guerra.

Al preparar la operación Ciudadela, los nazis, que en 1941frustraron la defensa soviética y alcanzaron Smolensk, situado a más de 500 kilómetros de la frontera en menos de un mes, estaban tan seguros de su triunfo que ni siquiera intentaron ocultar sus preparativos. Los servicios de inteligencia soviéticos consiguieron obtener valiosa información, incluidos el lugar y la hora del inicio de la ofensiva.

“El periodo preparativo duró del 20 de marzo al 5 de julio, 75 días. La batalla de Kursk, hasta la toma de la ciudad de Járkov, fue de 50 días. ¿Qué hicimos en los 75 días previos? Reconocimiento. Sabíamos todo sobre el enemigo: en mi mapa figuraban todos los objetivos. También aseguramos buenas comunicaciones y formamos a la gente”, recordó Borís Utkin que participó en la batalla.

Utkin que comenzó la guerra en el Desfile de la Victoria el 7 de noviembre de 1941 en la Moscú asediada y combatió los siguientes cuatro años recuerda que en la batalla de Kursk por primera vez la desgarrada URSS consiguió que a sus soldados no les faltara nada. Según los historiadores, de las 55.500 cartas que revisó la censura militar en los dos primeros días de la batalla tan solo 21 contenían quejas de que la comida no era del gusto del que escribía o le faltaba tabaco.

Los combates fueron muy duros: los participantes los recordaban como “un infierno” y aseguraban que fueron unos de los peores de toda la guerra. Las tropas soviéticas sufrieron más bajas que los alemanes -70.000 muertos y 110.000 heridos, mientras que los nazis tuvieron 56.000 muertos- porque en la primera fase la ofensiva alemana avanzaba por tramos estrechos concentrando en ellos todas sus fuerzas y maquinaria. Además la aviación soviética no consiguió imponerse desde el principio en el cielo para proteger a sus soldados de los bombardeos masivos.
 

Sebastian

Colaborador
La batalla de Kursk narrada por sus protagonistas

12 de julio de 2013 Víctor Gavrílov, Nezavísimoe voénnoe obozrenie​
La mayor batalla de tanques de la Segunda Guerra Mundial se saldó con una victoria decisiva para el Ejército Rojo. Fue una feroz lucha, tal y como se muestra en los testimonios de ambos bandos.​

Hace 70 años tuvo lugar el comienzo de un episodio decisivo en la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Fuente: ITAR-TASS​

En el campo de Prójorovka reina el silencio. Solo se escuchan de vez en cuando campanas que llaman a los parroquianos a misa en la iglesia de Pedro y Pablo, construida por donación popular en memoria de los soldados muertos en el frente de Kursk.

Hace 70 años tuvo lugar aquí una terrible batalla, el enfrentamiento de tanques más importante de la historia mundial. Ardió todo lo que podía arder, todo quedó cubierto por el polvo y el humo de tanques, pueblos, bosques y campos de trigo en llamas.

La tierra se quemó hasta el punto de que no quedó una sola brizna de hierba. Aquí se encontraron frente a frente la guardia soviética y la élite de la Wehrmacht: las divisiones de tanques de la SS.

La batalla de Kursk es conocida como el arco de Kursk. Se llama así por la forma de arco que tomó el frente creado por las tropas soviéticas

“¡Comeremos en Kursk!”
La batalla en el frente sur del arco de Kursk había comenzado el 4 de julio. Pero los principales acontecimientos se desarrollaron en la mañana del 5 de julio, cuando los alemanes lanzaron el primer ataque masivo con sus unidades acorazadas.

La mañana del 5 de julio el comandante de la división 'Adolf Hitle'r, el obergruppenführer Josef Dietrich, se acercó a sus tanques Tiger y un oficial gritó: "¡Comeremos en Kursk!".
Pero los oficiales de la SS ni comieron ni cenaron allí.

El campo de operaciones Prójorovka
A las 8:30 del 12 de julio los grupos de asalto soviéticos pasaron a la contraofensiva contra el 4º ejército Panzer.

Para repeler el ataque de las tropas soviéticas el comandante alemán, Erich von Manstein lanzó todas las fuerzas disponibles, porque comprendía perfectamente que el éxito de un ataque soviético podía terminar en una derrota de todos los grupos de ataque del Ejército Sur alemán. En un frente enorme, con una longitud total de 200 km, se desató una encarnizada batalla.

Los combates más violentos del 12 de julio se desarrollaron en el conocido como campo de operaciones de Prójorovka. Esta franja de tierra había sido tomada por el enemigo como resultado de una intensa batalla durante el 11 de julio.

En el campo de operaciones se desplegó y actuó el principal grupo del enemigo compuesto por el 2º cuerpo de tanques de la SS. El mando soviético lanzó sobre este grupo su principal golpe.

Jefe militar soviético Pável Rotmistrov: "Dentro de unos minutos los tanques del primer convoy de nuestros cuerpos 29 y 18, disparando mientras avanzaban, impactaron contra las formaciones militares del ejército fascista alemán, con un ataque tremendamente impetuoso, atravesando literalmente la formación militar del enemigo.

Sus Tiger y Panzer, habiendo perdido en el combate cercano la superioridad de fuego de que disponían al comienzo del ataque, en sus enfrentamientos con nuestras otras unidades de tanques, se batieron con éxito contra los tanques soviéticos T-34 e incluso con los (ligeros, redacción original) T-70 en distancias cortas.

El campo de combate se cubrió de humo y polvo, la tierra tembló con los potentes disparos. Los tanques chocaban unos contra otros y cuando se enganchan y no podían separarse combatían a muerte hasta que uno de ellos ardía en llamas o se detenía con las orugas destrozadas. Pero los tanques tocados, si el armamento seguía funcionando, continuaban disparando".

Oficial tanquista soviético Evgueni Shkurlalov: "El primer tanque lo derribé cuando me movía a lo largo de un campo junto a la vía del tren y literalmente a una distancia de 100 metros vi un tanque tipo Tiger que estaba en uno de mis flancos y disparaba a los nuestros.

Por lo visto nos había derribado a muchos tanques porque las máquinas pasaban a su lado y este aprovechaba para disparar los flancos de los nuestros. Apunté un proyectil y disparé.

El tanque comenzó a arder. Volví a disparar y el tanque ardió aún más. La tripulación saltó fuera pero por alguna razón no me entraron ganas de seguirles. Rodeé el tanque y después derribé un tanque T-III y un Panzer. Cuando derribé el Panzer me surgió un sentimiento de éxtasis, ¿sabe? Por haber hecho algo tan heroico".

Tanquista alemán de la división acorazada 'Adolf Hitler', Wilhelm Ress: "De pronto un T-34 apareció y fue directo hacia nosotros. Nuestro primer radioperador comenzó a pasarme proyectiles para que yo los pusiera en el cañón. Al mismo tiempo el comandante arriba gritaba sin parar: "¡Fuego! ¡Fuego!" porque el tanque se acercaba cada vez más. Y solo después del cuarto "Fuego" escuché: "¡Gracias a dios!"

Después, pasado un tiempo, pudimos ver que el T-34 se había parado a ¡tan solo ocho metros de nosotros! En la parte de arriba de la torreta, como estampadas, había aberturas de 5 centímetros [...]. Las formaciones de los dos bandos se mezclaron. Nuestros tanquistas derrotaron con éxito al enemigo a corta distancia pero nosotros también sufrimos grandes pérdidas".

De los documentos del Archivo central de Ministerio de Defensa de la Federación Rusa: "El tanque T-34 del 2º batallón de la 181 brigada del cuerpo 18 de tanques del capitán Skripin se lanzó contra una formación de Tiger y derribó a dos tanques enemigos antes de que un proyectil de 88 mm cayera sobre la torreta de su T-34 y atravesara el blindaje lateral.
El tanque soviético comenzó a arder y entre el sargento Nikolayev y el radioperador Zirianov sacaron al capitán herido del tanque destrozado.

Se escondieron en un agujero a pesar de lo cual uno de los Tiger les descubrió y se dirigió hacia ellos. En ese momento Nikolayev y el artillero Chernov saltaron de nuevo en la máquina en llamas la arrancaron y la dirigieron directamente sobre el Tiger. Los dos tanques explotaron con el impacto".

El ataque de los nuevos tanques soviéticos llenos de munición, sorprendió tremendamente a las extenuadas divisiones del enemigo y el avance alemán se extinguió.

Como resultado del contraataque de las principales fuerzas del 5º ejército de tanques en el sudeste de Prójorovka fue cortado por el avance de las divisiones acorazadas de la SS 'Cabeza muerta' y 'Adolf Hitler' en el noreste, estas divisiones sufrieron tales pérdidas que posteriormente ya no pudieron realizar un ataque en toda regla.

También sufrieron grandes pérdidas parte de la división de tanques de la SS Reich por los ataques de los cuerpos 2º y 2º de la guardia de tanques que avanzaron al contraataque por el sur de Prójorovka.

El resultado de la contienda
Las bajas totales de los dos bandos en la batalla de tanques de Prójorovka se calcula que son las siguientes: el bando soviético perdió 500 tanques y acorazados y el bando alemán, 300.

El grupo Sur del ejército alemán fue el que sufrió más bajas en los primeros siete días de la guerra antes incluso de la batalla de Prójorovka. Pero la principal importancia de la batalla de Prójorovka fue que los soldados soviéticos asestaron un enorme golpe y consiguieron contener a las divisiones de tanques de la SS que avanzaban sobre Kursk.

Esto rompió el ánimo de la élite del ejército alemán, tras lo que perdieron definitivamente la fe en la victoria de las armas alemanas.
Artículo original en ruso en Nezavísimoe voénnoe obozrenie.
http://rusiahoy.com/cultura/2013/07/12/la_batalla_de_kursk_narrada_por_sus_protagonistas_29987.html
 

Sebastian

Colaborador
La batalla de Kursk: victoria estratégica de la URSS contra los nazis

9 de agosto de 2013 Alexander Tsiganov, ITAR-TASS
No hay mejor definición de la batalla de Kursk que la de Borís Polevói en su novela “Un hombre de verdad”: “Los alemanes, según su costumbre de aprovechar al máximo sus oportunidades, pensaban clavar su cuchillo al enemigo cuando este aún dormía, antes del amanecer. Pero el enemigo sólo fingía estar dormido, tomó al atacante por la mano que sostenía el cuchillo, y la hizo crujir entre sus heroicos dedos de acero”.


Las tropas soviéticas mostraron mucha más confianza en verano del 43 que en el del 41.Fuente: Photoshot.

De aquella mañana en la que las tropas alemanas pasaron al ataque sobre Kursk han pasado 70 años. El tiempo ha ido cambiando ideologías, pasiones y propagandas desde aquella gran batalla.

Y una cosa se ha hecho evidente. Los alemanes nunca habían sido más débiles que el 22 de junio de 1941.

El 5 de julio de 1943 en aquella parte del frente tenían concentrada una enorme cantidad de fuerzas: hasta 50 divisiones. Contaban con tanques, artillería y aviación. Casi un millón de soldados, dirigidos por los mejores generales alemanes: von Kluge y Manstein, que, no se les puede, tenían un gran conocimiento del arte militar.

Su idea era atacar con los carros de combate de las divisiones de tanques en la parte delantera del frente, como si se tratara del cuello de un hombre. Y después cerrar el puño de la infantería motorizada sobre Kursk, estrangulando de este modo al Ejército Rojo.

Dado el número de fuerzas que la comandancia soviética tenía concentradas en Kursk, esta estrategia de los alemanes tenía muchas posibilidades de ser un éxito: las tropas de los frentes Central y de Vorónezh podían acabar rodeadas, y sustituir semejante falta de tropas habría sido excesivamente complicado para el Ejército Rojo.

Además, las tropas alemanas superaban técnicamente a las soviéticas: los 348 tanques y unidades de artillería autopropulsada de los nuevos modelos T-34 eran mucho mejores que los rusos. Por otra parte, el Ejército Ruso superaba en cantidad al ejército alemán en todos los tipos de unidades, aunque aquello también había ocurrido en 1941.


Por lo visto, y esto lo ha señalado poca gente, en julio de 1943 las posiciones de partida repetían las de junio de 1941.

Pero el resultado fue muy distinto. El Ejército Rojo estaba preparado para el ataque, a pesar de que en el comienzo de la guerra también se veía venir al enemigo, esta vez las tropas y la técnica militar estaban mucho mejor preparadas. ¿Por qué? Hay varios motivos.

Primero: las tareas de inteligencia habían mejorado enormemente. En lugar de la multitud de mensajes contradictorios y equivocados sobre los plazos de cumplimiento de la operación Barbarroja (que eran totalmente desconocidos para la comandancia general soviética), en esta ocasión el texto de las directrices para la operación Ciudadela (nombre que los nazis dieron a al operación) estaba en la mesa de Stalin tres días antes de que lo firmara Hitler. Sesabíalosuficienteparaestarpreparados.

Segundo: el claro entendimiento de las tareas estratégicas de la comandancia general. Y especialmente la estoica defensa, el desgaste del enemigo y el posterior paso al contraataque. De nuevo un contraste drástico con el año 1941, cuando, según explicaban los propios generales alemanes, estos no entendían el sentido de la posición de las tropas soviéticas ante la frontera: no era apropiada ni para la defensa ni para el ataque.

Tercero: la experiencia y seguridad de las tropas. Esta seguridad también la tenían en 1941 (y llegó incluso al exceso de confianza: “poca sangre en suelo extranjero”). Pero después regimientos enteros entraron en pánico ante los defectuosos tanques alemanes, que en comparación con los Tigres de 1943 eran pequeñas cajas de estaño que avanzaban lentamente. En 1943 las tropas soviéticas ya no temían a los Tigres. Les tenían respeto, pero no miedo. Lo mismo se demostró en la batalla de Prójorovka.

Cuarto: el abastecimiento. No es un secreto que en 1941 esto estaba muy mal organizado. Los almacenes estaban situados casi a la vista del enemigo y el suministro de municiones fue del todo insuficiente. A decir verdad, al principio era inexistente.

Muchos almacenes ardieron, volaron por los aires o cayeron en manos del enemigo, incluidos muchos tanques que se habían quedado sin combustible. Pero en los recuerdos sobre la batalla de Kursk se encuentran episodios como este: “Un proyectil enemigo alcanzó un almacén de artillería, pero no pasó nada, teníamos otros dos de reserva y continuamos disparando”.

Y por último, pero quizás lo más importante.

Lo que Tolstói llamaba “el espíritu de la tropa”. Como bien dicen, en la batalla de Kursk hubo quien retrocedió, pero no hubo quien desertara. Las unidades soviéticas, o bien encontraban otras posiciones debido al agotamiento de las fuerzas y de los medios de defensa, o bien morían en pie de guerra: la potencia del ataque del enemigo era terrible. Mucho mayor que la de 1941.

Pero los batallones continuaban repeliendo los ataques del enemigo incluso tras perder la comunicación con la comandancia, totalmente rodeados, sin ninguna esperanza. Lo mismo había sucedido dos años antes: pero a diferencia de aquel verano, en esta ocasión la resistencia no sólo fue a la desesperada, sino también eficaz.

El resultado
Oficialmente se considera que la victoria en Kursk supuso el cambio de la balanza a favor del Ejército Rojo. Y así fue. Los propios generales alemanes reconocían que esta batalla fue el último intento de mantener la superioridad en el Este: “Con este fracaso, la iniciativa se puso definitivamente del lado soviético. Por esta razón, la operación Ciudadela es un punto decisivo que cambió el curso de la guerra en el frente oriental”.

Pero aquella batalla tuvo también otro resultado.

La herida de la catástrofe de 1941 había dejado una huella muy profunda en el ánimo del ejército y en el espíritu del pueblo. Y dos años después aquella herida continuaba sangrando a pesar de las victorias en Moscú y Stalingrado. La batalla de Kursk consiguió cerrarla con su feroz fuego salvador. Sólo quedó la cicatriz.

Artículo publicado originalmente en ITAR-TASS.
http://rusiahoy.com/cultura/2013/08...tegica_de_la_urss_contra_los_nazis_30925.html
 
Arriba