La Segunda Guerra Mundial.

joseph

Colaborador
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Con 16 solamente metieron 4800 soldados en Sajálin... Y no contas las propias lanchas y barcos soviéticos, ni los buques Liberty.

No entiendo éste empecinamiento. No necesitás un millón de soldados al mismo tiempo. Japón tenía todas sus fuerzas en Honsu y al oeste.
Un desembarco soviético hubiera sido resistido por unas horas por unas baterías de cañones antiguos y algunos fuertes que se rendirían igual que hicieron en Sajálin. Y de ahí quedaba solo seguir descargando.
La idea de los soviéticos era invadir Hokkaido supongo.
 

En mayo de 1942, varios millares de soldados del Ejército Rojo quedaron rodeados por el enemigo en el este de Crimea. Pero en lugar de rendirse, eligieron descender a las minas de piedra caliza de Adzhimushkái, donde continuaron ofreciendo resistencia hasta octubre, haciendo frente al hambre, la sed, la oscuridad y los gases de guerra con los que los atacaban los nazis.

A pesar de la heroica resistencia de las tropas soviéticas, en 1941 la guerra relámpago practicada por el Tercer Reich resultó en la ocupación de vastos territorios de la URSS, y a mediados de noviembre toda la península de Crimea, excepto el puerto fortificado de Sebastopol, estaba bajo el dominio nazi.

Sin embargo, en diciembre, con el fracaso del plan alemán de conquistar Moscú, el péndulo de la guerra se movió en la dirección opuesta y ya a finales de 1941 tuvo lugar un masivo asalto anfibio soviético a través del estrecho de Kerch, que conecta el mar Negro con el mar de Azov, con la esperanza de recuperar el control de la península en 1942. Con ese fin, en enero de ese año Moscú creó el Frente Crimeo, pero la unidad no pudo desarrollar una ofensiva; y no solo eso, sino que el 8 de mayo los nazis avanzaron contra la pequeña porción oriental de Crimea controlada por los soviéticos.

En 10 días, la superioridad de sus fuerzas permitió a los alemanes derrotar al Frente. Sin embargo, mientras se llevaba a cabo la evacuación de las tropas soviéticas, en varios puntos del territorio se crearon focos de resistencia que cubrían la retirada. Uno de ellos se centró alrededor de Adzhimushkái, entonces un pueblo situado cinco kilómetros al norte de Kerch y ahora un barrio de esa ciudad.

Las tropas defensoras estaban compuestas por cadetes, comisarios políticos y restos de unidades destruidas que se unieron voluntariamente a la resistencia. Sus acciones las encabezó el coronel Pável Yagunov, que organizó una eficiente defensa.

Al no conservarse mucha documentación al respecto, el número de los defensores no se conoce con certeza. Las estimaciones varían y apuntan a hasta 13.000 personas, pero para el historiador Vsévolod Abrámov es "bastante real" situar esa cifra en alrededor de 20.000. Su resistencia permitió salvar 138.926 personas, que cruzaron el estrecho de Kerch para dirigirse al continente.


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Durante varios días las fuerzas integradas defendieron el pueblo. Cuando la ofensiva se intensificó y la esperanza de una pronta reconquista soviética se desvaneció, se refugiaron, junto con varios miles de civiles, en un enorme sistema de minas subterráneas situadas bajo las rocas de zona.

"Nos ahogamos por el gas, morimos pero no nos rendimos"

Los primeros asaltos de los alemanes y sus aliados rumanos no dieron frutos. Los defensores, invisibles en la oscuridad, opusieron una feroz resistencia, mientras que los atacantes eran blancos perfectos en las entradas de las minas. Ante ello, los nazis decidieron emplear una táctica diferente: combinar un intenso asedio con intentos de acabar con la guarnición sin entrar en combate.

El 25 de mayo, en las grutas, donde además de los soldados se refugiaban varios centenares de civiles, entraron bocanadas de gases asfixiantes. Aquel día, uno de los defensores, Alexánder Trofímenko, que entonces salvó la vida gracias a una máscara antigás, escribió en su diario:


Los ataques volvieron a repetirse, pero los defensores ya estaban preparados y no sufrieron tantas bajas.

El uso de gas no socavó la determinación de los soldados del Ejército Rojo. El coronel Yagunov envió el siguiente radiograma:

¡A todos! ¡A todos los pueblos de la Unión Soviética! Los defensores de Kerch nos ahogamos por el gas, morimos pero no nos rendimos
A pesar de la ferocidad de la II Guerra Mundial, la batalla de Adzhimushkái fue el único caso durante la contienda en el hemisferio occidental en que se utilizaron gases asfixiantes en los combates.


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Paralelamente a los ataques con gas, los nazis detonaban enormes bombas de 250 kilogramos en su intento por hundir los túneles de las minas. Y aunque lograron bloquear casi totalmente algunas entradas, no pudieron dañar demasiado el interior de las grutas.

Sed y hambre

Con una extensión de más de ocho kilómetros en el interior de la piedra caliza, las Minas Centrales de Adzhimushkái existen desde la antigüedad. En los siglos XIX y XX fueron modernizadas y ampliadas, posibilitando la entrada de carros y camiones. Los soviéticos las habían utilizado ya militarmente en 1919, durante la Guerra Civil, y en 1941, durante la primera ocupación alemana de Kerch.


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A inicios de 1942, en las minas se encontraban varias instalaciones militares. Incluían reservas de alimentos —aunque no muy abundantes— y un arsenal con rifles, ametralladoras y decenas de miles de balas. En general, disponían de una buena infraestructura.

El problema más grave para los defensores fue la falta de agua. Cerca las entradas a la mina había dos pozos, pero estaban expuestos a cualquier tirador. Al no tener alternativa, inicialmente los soviéticos emprendían desesperadas expediciones en busca de agua, perdiendo soldados en cada trayecto. "Por un cubo de agua se paga un cubo de sangre", decían los defensores.

Tras varias semanas, los alemanes llenaron los pozos con tierra, por lo que los asediados se vieron obligados a obtener agua recolectando las gotas de condensación de los techos y paredes de las minas. El racionamiento se redujo a 100 gramos al día para tres personas, según documentos publicados por el Ministerio de Defensa de Rusia en 2019.

Trofímenko, que falleció durante la batalla, escribe en su diario:


A inicios de julio de 1942, cuando dentro de las rocas quedaban 3.000 personas, los defensores cavaron un pozo interno de 15 metros. Eso alivió las penurias por la falta de agua, pero entonces empezó el hambre.

Inicialmente, en las minas había reservas principalmente de harina y azúcar, a las que se sumaba la carne de los caballos sacrificados en los primeros días del asedio.

El racionamiento diario consistía en 200 gramos de pan, 10 gramos de grasas, 15 gramos de sopas concentradas y 100 gramos de azúcar. Al cabo de un tiempo, sin embargo, no quedó más que azúcar. A pesar de que permitió sobrevivir, esa dieta provocaba diabetes grave, como resultado de la cual muchos murieron a consecuencia de heridas leves, hemorragias y abscesos.

Hambrientos y con frío —la temperatura en las minas estaba por debajo de los 10 ºC—, los defensores no tuvieron otra opción que cazar los perros y gatos que en ocasiones se adentraban en los túneles, así como las ratas, que habían proliferado debido a la abundancia de cadáveres. Asimismo, cocinaban sopa con la piel y los huesos de caballos que habían sido sacrificados meses antes, en mayo.


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La aviación soviética lanzó paracaídas con suministros para los asediados en dos ocasiones, pero en ambas fueron capturadas por los alemanes.

Los últimos días

A partir de julio, los combates en la zona prácticamente llegaron a su fin. Exhaustos y enfermos, los soviéticos solo podían asegurar la defensa de las entradas a las minas y empezaron a salir para unirse a los guerrilleros que estaban activos en las montañas de Crimea central. De ellos, muchos murieron o fueron hechos prisioneros.

Uno de los sobrevivientes, Mijaíl Rádchenko, que tenía entonces 14 años, recuerda lo que le dijo un comisario político antes de despedirse: "Pensaba que morirías aquí. Pero puede que exista una posibilidad entre mil de que sobrevivas". Rádchenko continúa:


Como resultado, hacia octubre en las minas solo quedaban algunas decenas de defensores. Probablemente ya no tenían cartuchos, que se habían mojado debido al alto nivel de humedad, pero seguían ofreciendo resistencia.

A mediados de mes, un soldado nazi murió y varios resultaron heridos en una tentativa de registrar las minas. Volvieron dos semanas después. Tras un combate con los soldados y los enfermeros del hospital subterráneo que se saldó con 20 heridos en las filas germano-rumanas, el 28 de octubre los nazis capturaron a siete soviéticos. En los siguientes dos días, cayeron prisioneros siete defensores más. Los asediados resistieron unos 170 días.

La liberación

El Ejército Rojo volvió a la zona un año después. A inicios de noviembre de 1943, un grupo de soldados bajó a los calabozos. Uno de ellos era Iván Protsenko, quien recuerda su horror:

A medida que avanzábamos el aire se hacía más pesado. Olía a humedad y putrefacción, en el suelo había jirones de ropa, papeles y huesos. En algunos lugares encontramos restos de personas sin enterrar. En las paredes había inscripciones, consignas y nombres. Encontramos una sala entera donde yacían los restos de soldados. Estaban sobre sus abrigos con los rifles. Algunos yacían en medio de la galería subterránea, otros a lo largo de las paredes de piedra, otros estaban medio sentados, apoyados contra la pared. Era un espectáculo terrible. […] Este compartimiento subterráneo de las minas de Adzhimushkái todavía me parece una especie de pesadilla. Conmocionados, permanecimos en silencio
Buscadores y arqueólogos empezaron a trabajar en las minas en los años 1960. En 1966, se abrió en una de las grutas el Museo de la Historia de la Defensa de las Minas de Adzhimushkái.


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La Gran Guerra Patria se llevó las vidas de millones de ciudadanos de la antigua Unión Soviética y no solo los adultos participaron en combates. Miles de menores de edad, los llamados 'hijos de la guerra', también ayudaron en las hazañas del Ejército soviético. Ese es el caso de Arkadi Nikonórov, quien con solo 10 años tuvo que hacer frente a la dura realidad, pero demostró un carácter de hierro ayudando en la provincia de Briansk a los grupos de guerrilla conocidos como partisanos.

"Yo era como un agente encubierto, era un gran secreto. Ni siquiera mis familiares podían saberlo, porque era un enlace entre los partisanos y la población local. Mi objetivo era mantener la comunicación", contó este veterano en diálogo con RT.

Nikonórov asegura que un gran número de sus contemporáneos querían ayudar al Ejército. Y fue así como, alrededor de 300.000 niños y adolescentes participaron en acciones de movimientos de resistencia o en el frente luchando contra los nazis. Oficialmente 25.000 menores se convirtieron en los llamados 'hijos o hijas del regimiento', cuando los comandantes tomaban la decisión de oficializar su presencia en las unidades y abastecerles de provisiones.

María Koltakova


La 'abuela de acero': la historia de una veterana de 99 años que ha batido 12 récords en los últimos cinco años

"Era frecuente en diferentes unidades que los soldados, al encontrarse con niños solos, abandonados, no pudieran quedarse indiferentes, por eso se los llevaban y después de algunos meses se decidía si los enviaban a la retaguardia o los dejaban como 'hijos del regimiento'", narra al respecto Nikonórov.

Serguéi Alióshkov es considerado como el 'hijo del regimiento' de menor edad de la Gran Guerra Patria. Tras quedar huérfano con tan solo 6 años, fue adoptado oficialmente por el comandante de una unidad. El pequeño incluso fue condecorado con la medalla por el servicio en combate por salvar a su padre adoptivo. En 1942, encontrándose bajo fuego enemigo, dio la voz de alarma y ayudó a sacar al comandante de un búnker destruido.

Las historias de la grandeza de los niños pequeños son innumerables, pero muchas de ellas no fueron plasmadas en los archivos. Por eso Arkadi decidió crear una obra de envergadura, la trilogía 'Los pequeños héroes de la Gran Guerra', donde rinde tributo a todos aquellos que sobresalieron por su actitud en momentos difíciles.
 

El periódico británico The Telegraph publicó detalles sobre un plan secreto desarrollado por el primer ministro británico Winston Churchill al final de la Segunda Guerra Mundial para lanzar una operación militar contra la URSS.

Según el documento CAB 120/691 de los archivos nacionales, en mayo de 1945, pocos días después de la toma de Berlín por parte del Ejército Rojo soviético, Churchill encargó a su oficina conjunta de planificación que diseñara una plan con el nombre en código 'Operación Unthinkable' (Operación Impensable). De acuerdo con este, los aliados occidentales, en los dos meses posteriores a la rendición de Alemania nazi, debían llevar a cabo una ofensiva terrestre, aérea y naval a gran escala sobre los territorios ocupados por la URSS.

La operación tenía como objetivo imponer a la Unión Soviética "la voluntad de Estados Unidos y el Imperio Británico". El excomandante de la Artillería Real y general de brigada Jeffrey Thompson, que tenía experiencia en el terreno de Europa del Este, fue el encargado de organizar la ofensiva.

La tarea de Thompson era lanzar un ataque sorpresa contra las fuerzas soviéticas en un plazo de ocho semanas. Su plan de batalla incluía empujar al Ejército Rojo de vuelta a los ríos Óder y Neisse, a unos 88 kilómetros al este de la capital alemana, con la ayuda de divisiones británicas y estadounidenses.

"La fecha para el inicio de las hostilidades es el 1 de julio de 1945", escribió Thompson en su plan. El asalto inicial iba a ser seguido por el mayor enfrentamiento de tanques de la historia en un campo cercano a Schneidemühl, la actual ciudad de Pila, situada en el noroeste de Polonia. La Operación Impensable tenía que involucrar a más de 8.000 vehículos y utilizaría fuerzas estadounidenses, británicas, canadienses y polacas.

Sin embargo, debido a que el Ejército soviético disponía en el terreno de 170 divisiones en comparación con las 47 divisiones de las fuerzas británicas y estadounidenses, Thompson reconoció la necesidad de buscar fuerzas adicionales y planteó una propuesta muy controvertida para rearmar a unidades de la Wehrmacht (las Fuerzas Armadas unificadas de la Alemania nazi) y de las Schutzstaffel (más conocidas como SS) que se habrían sumado al contingente. Además, el general abogó por limitar las exportaciones de caucho, aluminio, cobre y explosivos a la URSS, lo que, en su opinión, debilitaría al país.

Según el periódico, el documento del plan incluye un gran número de detalles, tablas, gráficos y mapas de la ofensiva. Cuatro anexos enumeran la disposición precisa de las fuerzas soviéticas y aliadas, junto con propuestas para el bombardeo aéreo de comunicaciones estratégicas y el uso de apoyo táctico para las fuerzas terrestres.


No obstante, el principal asesor militar del primer ministro británico, el general Hastings Ismay, era escéptico sobre el plan de batalla y se horrorizó con la propuesta de incluir a las fuerzas de la Wehrmacht y de las SS en la ofensiva, algo que definió como "absolutamente imposible de contemplar para los líderes de los países democráticos". Además, recordó que el Gobierno británico había pasado los últimos cinco años diciéndole a su población que los soviéticos "habían hecho la mayor parte de los combates y soportado un sufrimiento indecible". Según Ismay, un ataque contra la URSS inmediatamente después de la guerra supondría un "desastre" para la moral del país.

Ismay fue apoyado por el mariscal de campo Alan Brooke, quien creía que las posibilidades de lograr una victoria rápida sobre la Unión Soviética en una ofensiva como la planeada eran casi inexistentes.

El desacuerdo de los líderes militares británicos hizo abortar la operación. Por su parte, Churchill se lamentó por este resultado, ya que temía que en cualquier momento el Ejército Rojo lanzase una ofensiva sobre Europa y estallara una Tercera Guerra Mundial.

Según The Telegraph, el plan aún se encuentra en una carpeta llamada 'Rusia: una amenaza para la civilización occidental' con un sello de "alto secreto".
 

Grulla

Colaborador
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El periódico británico The Telegraph publicó detalles sobre un plan secreto desarrollado por el primer ministro británico Winston Churchill al final de la Segunda Guerra Mundial para lanzar una operación militar contra la URSS.

Según el documento CAB 120/691 de los archivos nacionales, en mayo de 1945, pocos días después de la toma de Berlín por parte del Ejército Rojo soviético, Churchill encargó a su oficina conjunta de planificación que diseñara una plan con el nombre en código 'Operación Unthinkable' (Operación Impensable). De acuerdo con este, los aliados occidentales, en los dos meses posteriores a la rendición de Alemania nazi, debían llevar a cabo una ofensiva terrestre, aérea y naval a gran escala sobre los territorios ocupados por la URSS.

La operación tenía como objetivo imponer a la Unión Soviética "la voluntad de Estados Unidos y el Imperio Británico". El excomandante de la Artillería Real y general de brigada Jeffrey Thompson, que tenía experiencia en el terreno de Europa del Este, fue el encargado de organizar la ofensiva.

La tarea de Thompson era lanzar un ataque sorpresa contra las fuerzas soviéticas en un plazo de ocho semanas. Su plan de batalla incluía empujar al Ejército Rojo de vuelta a los ríos Óder y Neisse, a unos 88 kilómetros al este de la capital alemana, con la ayuda de divisiones británicas y estadounidenses.

"La fecha para el inicio de las hostilidades es el 1 de julio de 1945", escribió Thompson en su plan. El asalto inicial iba a ser seguido por el mayor enfrentamiento de tanques de la historia en un campo cercano a Schneidemühl, la actual ciudad de Pila, situada en el noroeste de Polonia. La Operación Impensable tenía que involucrar a más de 8.000 vehículos y utilizaría fuerzas estadounidenses, británicas, canadienses y polacas.

Sin embargo, debido a que el Ejército soviético disponía en el terreno de 170 divisiones en comparación con las 47 divisiones de las fuerzas británicas y estadounidenses, Thompson reconoció la necesidad de buscar fuerzas adicionales y planteó una propuesta muy controvertida para rearmar a unidades de la Wehrmacht (las Fuerzas Armadas unificadas de la Alemania nazi) y de las Schutzstaffel (más conocidas como SS) que se habrían sumado al contingente. Además, el general abogó por limitar las exportaciones de caucho, aluminio, cobre y explosivos a la URSS, lo que, en su opinión, debilitaría al país.

Según el periódico, el documento del plan incluye un gran número de detalles, tablas, gráficos y mapas de la ofensiva. Cuatro anexos enumeran la disposición precisa de las fuerzas soviéticas y aliadas, junto con propuestas para el bombardeo aéreo de comunicaciones estratégicas y el uso de apoyo táctico para las fuerzas terrestres.


No obstante, el principal asesor militar del primer ministro británico, el general Hastings Ismay, era escéptico sobre el plan de batalla y se horrorizó con la propuesta de incluir a las fuerzas de la Wehrmacht y de las SS en la ofensiva, algo que definió como "absolutamente imposible de contemplar para los líderes de los países democráticos". Además, recordó que el Gobierno británico había pasado los últimos cinco años diciéndole a su población que los soviéticos "habían hecho la mayor parte de los combates y soportado un sufrimiento indecible". Según Ismay, un ataque contra la URSS inmediatamente después de la guerra supondría un "desastre" para la moral del país.

Ismay fue apoyado por el mariscal de campo Alan Brooke, quien creía que las posibilidades de lograr una victoria rápida sobre la Unión Soviética en una ofensiva como la planeada eran casi inexistentes.

El desacuerdo de los líderes militares británicos hizo abortar la operación. Por su parte, Churchill se lamentó por este resultado, ya que temía que en cualquier momento el Ejército Rojo lanzase una ofensiva sobre Europa y estallara una Tercera Guerra Mundial.

Según The Telegraph, el plan aún se encuentra en una carpeta llamada 'Rusia: una amenaza para la civilización occidental' con un sello de "alto secreto".

Habia un tema exclusivo para esto donde participaste de las arduas discusiones al respecto :D :D :D

Lo pego ahi tambien:

 
Habia un tema exclusivo para esto donde participaste de las arduas discusiones al respecto :D :D :D

Lo pego ahi tambien:

Pasa que sin el buscador no lo encuentro.
 

Grulla

Colaborador
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Shinohara, As en el primer día.

Durante los combates en Kaljin Gol, el jóven piloto japonés derribo cuatro I-16's en su primer misión de combate y 10 más en el mismo día. Pero murió en el mismo conflicto al enfrentarse a cazas soviéticos con 10 veces la cantidad de aparatos.

 
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