Las "lágrimas negras" de Pearl Harbor, a 70 años

Yo creo que para más de uno fue una sorpresa que Alemania le declarara la guerra a los EEUU, despues de Pearl Harbour, esto le dio pie a Roosevelt a intervenir primero en el norte de Africa y despues en Europa, amen de la campaña de bombardeo de la 8º Fuerza Aerea.
 
el ataque tuvo el error estrategico de solo contemplar la destruccion de la flota del pacifico y no de la invasion y ocupacion de las islas , como lo reconocio mas tarde el almirante Isoroku Yamamoto , porque las islas no estaban en condiciones de resistir una invasion y esto si hubiera sido un desastre para los EEUU.
 
Habría hecho falta un pequeño contingente de marines japoneses armados con ballonetas de bambu que ensartaran unos cuantos blancos aqui y allá:p para conquistar Hawai. Eso le habría añadido, para no extenderme mucho, uno o dos años a la guerra mundial. Los portaaviones no estaban porque, uno entregaba aviones en Midway y el otro era reparado en San Francisco. Los americanos conocían los códigos japoneses y conocían la ubicación de las dos divisiones de portaaviones japoneses y su flota mientras esta estuvo al al alcance de la vista en las costas japonesas, una vez zarparon mantuvieron silencio radio, navegaron fuera de las rustas comerciales. Así que no había manera de saber donde andaban, nada mas el traslado de la flota japonesa de Japón a Hawai fue una hazaña, que la mogigateria occidental no ha podido reconocer como una de las operaciones militares mas impresionantes de la historia. Seguramente mucha gente lo sabe, la señal Tora, Tora, Tora, Tigre, Tigre, Tigre fue la primera comunicación radial de la flota y señalaba que la sorpresa se había logrado y los aviones bombardeaban a voluntad, por un golpe de suerte la comunicación la escucho Yamamoto en la rada de Tokio, fue la primera noticia que tuvo de la expedicion desde que zarparon, como los yankis tampoco él sabia donde estaban.;)
 

Sebastian

Colaborador
Pearl Harbor, el mito
ARMANDO FERNÁNDEZ-XESTA
Día 31/05/2014 - 06.48h

El ataque japonés a la flota de los Estados Unidos extendió la contienda a los océanos Pacífico e Índico


El ataque sin previa declaración de guerra no fue la excepción sino la regla a lo largo de toda esta contienda

Pearl Harbor, el ataque japonés a los buques que se encontraban en la base de la US Navy en las islas Hawaii, ha quedado en la memoria de los Estados Unidos, de los norteamericanos, y también de los europeos que llevamos tres cuartos de siglo bebiendo de sus iconos y más empapados en su historia que en la nuestra, con esa aureola de felonía que se reserva para las más reprobables acciones.

Apenas veinticuatro horas después de que, sin previo aviso ni declaración de guerra, la Teikoko Kai-gun (la Armada Imperial Japonesa) llevara a cabo el bombardeo, el presidente Roosevelt, ante el Congreso, acuñó para la posteridad un calificativo que desde entonces ha ido unido a esta acción: «El día de la infamia».

Infamia
No cabe duda, el 7 de diciembre de 1941 fue una jornada de infamia que deshonra a quienes decidieron tan alevoso ataque. No obstante, hubo a lo largo de la Segunda Guerra Mundial demasiada infamia como para otorgar a ese día la singularidad con que se le tiende a reconocer.

El ataque sin previa declaración de guerra no fue la excepción en esta contienda, sino la regla: Holanda, Bélgica, Yugoslavia, Dinamarca, Noruega o la Unión Soviética fueroninvadidas por Alemania sin que mediara aviso previo alguno. Como fue invadida Polonia, primero por las tropas de la Wehrmacht, y más tarde por el Ejército Rojo.

La diferencia, sin embargo, es que muchos de esos ataques que sufrieron los países del continente europeo no fueron exclusivamente a acuartelamientos del ejército, buques de guerra u objetivos militares. Ciudades enteras, como Varsovia, Róterdam o Belgrado, quedaron arrasadas. Las víctimas civiles se contaron por millares. En el ataque a Pearl Harbor, sin embargo, apenas pasaron del medio centenar.

Ni siquiera la base en sí fue el objetivo principal de los aviones japoneses, ya que la mayoría de sus más importantes instalaciones resultaron respetadas, desde el Cuartel General, hasta el astillero y talleres de reparación o los depósitos de combustible: se atacó fundamentalmente a la flota y los aeropuertos.

Por otra parte, tampoco los países del Eje tuvieron el monopolio en la infamia de atacar sin que mediara un aviso previo o una declaración de guerra… El Reino Unido invadió y ocupó Siria y el Líbano, colonias de Francia, país del que había sido aliado y con el que no estaba enfrentado. Ya con anterioridad, la Royal Navy había hundido a algunas de las mejores unidades de la flota francesa en sus ataques por sorpresa a los puertos de Mers el-Kebir y de Dakar.

Justo once meses después de Pearl Harbor, el 8 de noviembre de 1942, tropas norteamericanas invadían, por medio de tres desembarcos casi simultáneos, Argelia y Marruecos, territorios ambos pertenecientes a la Francia con capital en Vichy, con quien Washington mantenía en ese momento relaciones diplomáticas plenas… Demasiadas infamias. Y las hubo mucho mayores a lo largo de esos casi seis años de guerra.

Oficialización

Más allá de la retórica y el mito, Pearl Harbor permitió a Roosevelt oficializar una guerra en la que, de hecho, ya estaba participando con la entrega de todo tipo de material militar, singularmente buques, a los británicos o con la extensión de las aguas bajo el control de su marina para proteger a los convoyes que abastecían al Reino Unido.

Y soldados norteamericanos relevaron en la estratégica Islandia a la guarnición del Royal Army que, por cierto, se mantenía en la isla después de haberla ocupado por la fuerza y sin previa declaración de guerra. Pero aún se va más lejos: en junio de 1941 son congelados todos los activos alemanes e italianos en Estados Unidos.

Y ante la falta de reacción de Berlín o Roma (que quieren evitar a toda costa que el ejército norteamericano participe en la contienda), Washington ordena el cierre de los consulados de ambos países. Con los mismos criterios se estaba ayudando a China contra Japón, al que, además, se le cortó el vital suministro de petróleo, lo que le abocaba a paralizar a corto plazo todo el país y sus fuerzas armadas… Era el límite máximo al que el presidente podía llegar con una opinión pública mayoritariamente opuesta a participar en la contienda.

Respuesta militar

Para dar un paso más y entrar oficialmente en guerra, Roosevelt necesitaba una respuesta militar de cualquiera de los integrantes del Eje. Una respuesta que conmocionara al pueblo americano y provocara su indignación. Que le hiciera presentarse como víctima y no como agresor. Que incluso le diera el apoyo de quienes habían creído en las palabras del presidente cuando aseguró de manera solemne que no permitiría que ningún norteamericano fuera sacrificado en un campo de batalla extranjero…

En ese contexto, la flota estadounidense del Pacífico, en un gesto que fácilmente podría ser percibido como amenaza, zarpó de su habitual base californiana de San Diego para trasladarse a las islas Hawaii. Después pasó lo que pasó…

Y lo que pasó está aún sujeto a distintas interpretaciones y a algunas dudas, incluida la de por qué si Japón era el agresor, el causante de la justa ira de los norteamericanos, la decisión (muy acertada por otra parte) fue «Alemania primero». Ya el almirante de la US Navy Robert A. Theobald, que mandaba los destructores de la flota del Pacífico y más tarde estaría al frente de la Task Force 8 (Pacífico Norte), denunciaba en los años cuarenta lo que él llamaba «contribución de Washington al ataque japonés».

Y el analista André J. Mutterer llegaba a preguntarse si Pearl Harbor no fue en realidad más que «la trampa tendida por Roosevelt al Japón»… Lo fuera o no, ni rebaja la infamia de la acción japonesa, ni resta lo oportuno que resultó el ataque para los planes de Roosevelt.
 
Un detalle interesante es que después de Perl Harbor, Hitler le declara formalmente la guerra a Estados Unidos.
Existe mucha especulación sobre por qué lo hizo.
En lo que sí coincide la mayoría de la literatura es que Estados Unidos se tendría que haber restringido a la guerra del Pacífico si no hubiera recibido esta ayuda de Alemania.
Seguramente la intervención estadounidense en Europa hubiese terminado sucediendo, pero se hubiese retrasado hasta que algún otro hecho "infame", desde el punto de vista de la comunidad estadounidense, fuese causado por la Alemania nazi.
 
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