Los compañeros del Almirante Brown...

BROWN por Carranza

Campañas Navales de la República Argentina
de Anjel (SIC) J. Carranza
Tomo II (Libro III) 1962, páginas 11 y 12.

Guillermo Brown:
“This is as a great country, but, what a pity, there are many blac-guards!...”
(Esta es una gran nación; pero ¡qué lástima, todavía hay en ella muchos bellacos!...)

¿Y qué fue de sus compañeros de fatigas y de peligros e las campañas de 1814 y 26?
Benjamín Franklin Seaver y Eliseo Brown, Martín de Jaume y Roberto Stacy, todos jóvenes y bravos caen los primeros al frente de las baterías de mar y tierra que disputan la entrada al Guazú. Nother y Spiro, sucumben en el Uruguay, también luchando, pero con desventaja, contra la bandera española. Hubac en el Paraná, oponiendo sus naves a la anarquía que se desborda. El brioso Russell va a sepultarse en los abismos antárticos, con el bajel que tremola los colores de su patria adoptiva. Mueren Ceretti y Love en la toldilla de los suyos, que es el puesto de honor de los comandantes en combate. Morlote, en Sipe Sipe; Robinson, Curry y Chavarría, al pie de las murallas de la Colonia. Parker, en un hospital de sangre. Drummond y Thomas en el Monte de Santiago. El benemérito doctor Jaime Phillips, apenas canjeado se deja llevar por el abatimiento. Francisco Balcarce y Eustaquio Zapiola, ahogados en servicio público delante de San Nicolás, y Clark en las aguas del Buceo. Ferreris, asesinado por los suyos en las playas patagónicas, y Bouchard por los negros, en los arenales del Perú. Fournier, el rayo exterminador del comercio brasilero, devorado por tiburones y tintoreras de las costas insalubres de la Guayana. Espora, abandona la vida, abrumado de pesadumbres. Granville y Richitelli, en el hospital, y son enterados de limosna. Rosales en el destierro; Ford en los calabozos húmedos de un déspota imperial, y Bathurst en los cuarteles inhospitalarios del tirano de la patria. Linch, Julien y Murguiondo, degollados por los sicarios de aquél; Martínez, fusilado; Schannon, Renaud y Maurice, por las balas fraticidas. De Kay, carácter novelesco, aletargado en un rincón de Nueva York; Beazley en las selvas del Brasil; Warnes en las sierras de Chile; Azopardo, Theodoro, Kearney, Roncayo, Lamarca, Picon, Mac-Dougall, Dupont, Soulin, Hidalgo, Fourmartin y Mom, en el olvido; Fisher, Taylor, Chaytter, Jones, Jewett, Máson, Dautant, King, Campbell, Cavassa, Elordi, Craig, Donati y Harris en la miseria y el desengaño; así como los Erézcano, los Seguí, los Jorge, Toll y el brillante Fonrouge de Lesseps, que encanecido en las mazmorras del enemigo brasilero, y con el cuerpo desgarrado por sus proyectiles, buscaba en vano, hasta la víspera de apoyarse en el sepulcro, las puertas cerradas de los ministerios, ignorando en su desventura ¡aberración humana! que no siempre el mérito y el sacrificio, preceden al favor, en su dorado recinto!

Carranza 1878


A estos nombres agregaría a Chayter (H), Almeida, Sommers, Thorne y a Luis Aury, entre tantos otros…
 
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