La pérdida de relevancia de Taiwán en la industria de los semiconductores ya ha empezado
Taiwán es una pieza fundamental en la cadena de suministro global de circuitos integrados. Actualmente dos de sus compañías, TSMC y UMC, acaparan algo más del...
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La pérdida de relevancia de Taiwán en la industria de los semiconductores ya ha empezado
17 octubre 2023, 10:00
Juan Carlos López
Taiwán es una pieza fundamental en la cadena de suministro global de circuitos integrados. Actualmente dos de sus compañías, TSMC y UMC, acaparan algo más del 60% de la industria de los chips. No obstante, esta cifra refleja su relevancia si nos ceñimos exclusivamente a los fabricantes de semiconductores. Si miramos más allá no debemos pasar por alto que otras empresas taiwanesas muy conocidas, como MediaTek o Foxconn, y otras menos populares, como Topco Scientific, UIS o L&K Engineering, también interpretan un rol importante en la industria de la tecnología.
Sin embargo, la prosperidad de la que goza actualmente no está garantizada a medio plazo. Taiwán cuenta con el respaldo de EEUU en todos los ámbitos en los que su integridad puede verse amenazada por el conflicto de carácter histórico que sostiene con el Gobierno chino, pero la creciente inestabilidad derivada de estas tensiones juega en su contra. La posibilidad de que en algún momento China decida invadir Taiwán está sobre la mesa. De hecho, Mark Liu, el director general de TSMC, ha defendido públicamente que si finalmente se desencadenase un conflicto bélico su empresa se vería obligada a paralizar sus fábricas de semiconductores en la isla.
Lidiar con la incertidumbre en este contexto es extremadamente difícil. Y las compañías taiwanesas en la coyuntura actual están sometidas a mucha incertidumbre. Tanta, de hecho, que algunas de ellas, incluidas TSMC y Foxconn, que son dos de las más importantes, están reforzando su infraestructura más allá de las fronteras de Taiwán en previsión de una posible escalada de la tensión con China. Hay otras razones por las que a estas empresas les interesa afianzarse fuera de su país de origen, pero no cabe ninguna duda de que la posibilidad de entrar en guerra con China es la más contundente de todas ellas.
El declive de Taiwán ya ha comenzado
A Taiwán le queda cuerda para rato. Al menos siempre y cuando no llegue a las manos con China. Como acabamos de ver su fortaleza en la industria de la tecnología en general y en la de los semiconductores en particular es indudable, y los nubarrones que se ven en el horizonte todavía están lejos. Sin embargo, pese a todo, el Gobierno de Taiwán tiene motivos para preocuparse. La consultora IDC ha elaborado un informe en el que revela que su participación en el sector global de fabricación de circuitos integrados se reducirá del 46% actual al 43% en 2027.LO REALMENTE IMPORTANTE EN ESTE ESCENARIO ES EL CAMBIO DE TENDENCIA, Y NO TANTO LA INTENSIDAD DE LA CAÍDA QUE PRONOSTICA IDC
Si nos ceñimos a los procesos de ensamblaje y las pruebas de calidad que es necesario acometer después de fabricar las obleas la participación de Taiwán en la industria global de los chips pasará del 51% que tenía el año pasado al 47% en 2027, de nuevo según IDC. Un descenso del 3% en el ámbito de la producción de obleas y del 4% en el de las fases de ensamblaje y validación es moderado, es evidente. Sin embargo, lo realmente importante en este escenario es el cambio de tendencia, y no tanto las cifras. Si finalmente se cumple el pronóstico de IDC no sería extraño que a finales de esta década la caída de las cuotas de Taiwán en la industria global de los chips sea mucho más abrupta.
Morris Chang, el fundador de TSMC, se ha mostrado muy preocupado por la pérdida de competitividad de Taiwán en el actual contexto de tensión geopolítica, inestabilidad económica y degradación de los procesos de globalización. Incluso ha advertido que el negocio de la compañía que representa se puede ver comprometido a medio plazo, y no ha dudado en reconocer que Intel tiene la capacidad de erigirse como un competidor muy fuerte si cumple el itinerario que se ha autoimpuesto para los próximos años.
Chang es realista y respetuoso con sus competidores, pero se muestra confiado en el potencial de TSMC y en la cultura de trabajo que impera en Taiwán. Aun así, es evidente que su discurso hoy es más prudente que nunca. Y podemos estar seguros de que este veterano ingeniero sabe de lo que habla.