Critican ferozmente a Israel en la Noche de los cristales rotos
Alemania recordó en diferentes actos la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, conocida como "Noche de los cristales rotos", en la que militantes nazis asesinaron a cientos de ciudadanos alemanes de confesión judía y quemaron miles de comercios de su propiedad y sinagogas.
Los historiadores coinciden en que en esa jornada se inició oficialmente el programa de exterminio judío que acabó con la vida de millones de personas entre 1941 y 1945.
En un acto en Potsdam (este), el presidente de Alemania, Christian Wulff, se refirió al 9 de noviembre de 1938 "como una jornada especialmente difícil para la historia de Alemania", si bien recordó también que otro 9 de noviembre, el de 1989, cayó el muro que separó a los alemanes del este y el oeste desde 1961.
En Fráncfort, sede del Consejo de los Judíos de Alemania, el politólogo judío francés de origen alemán Alfred Grosser (foto) fue el encargado de recordar con un discurso la aciaga noche de 1938 en un acto en la iglesia de Pablo, pese a las críticas de numerosos líderes judíos.
Gosser, un crítico habitual de Israel en el conflicto con los grupos terroristas palestinos, aprovechó el podio para continuar con sus diatribas contra el Estado judío; aunque, sin embargo, señaló justamente en Fráncfort que "los valores occidentales sirven como valores para todos".
El orador llamó a "reconocer los padecimientos de los otros" y afirmó que "la forma de tratar a los extranjeros, aquí y en cualquier parte, puede ser catalogada de violación de los valores fundamentales".
No obstante, demostró una actitud de superioridad condescendiente con los palestinos y poca empatía con los israelíes al afirmar genéricamente que "nadie puede esperar de un palestino que entienda el horror de un atentado cuando nosotros no nos sentimos afectados por lo que sucede en la franja de Gaza", señaló Gosser.
Nacido en Fráncfort, Gosser emigró en 1933 con parte de su familia a Francia, donde tiempo después conocieron que muchos familiares fueron asesinados por los nazis en campos de exterminio.
Antes de su discurso, varios líderes judíos advirtieron de que abandonarían la iglesia de Pablo durante el acto si Gossner repetía sus críticas a la actuación del Gobierno de Israel en el conflicto con los palestinos.
La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 fueron asesinados 400 ciudadanos alemanes de confesión judía y 30.000 acabaron en los campos de concentración de Dachau, Buchenwald y Sachsenhausen.
En la "Reichskristallnacht" o "Noche de los cristales rotos", por la alfombra de cristales que llenó las calles alemanas a causa de los destrozos, las milicias paramilitares nazis de las "Schutzstaffel" (SS) y las "Sturmabteilung" (SA) destruyeron también 8.000 comercios propiedad de judíos e innumerables sinagogas.
Las autoridades nazis calificaron entonces de "espontáneas" las acciones contra los alemanes judíos y las achacaron a una respuesta al ataque contra uno de sus funcionarios en París.
El 7 de noviembre, el judío alemán-polaco Herschel Grynszpan, enfadado por la deportación de sus padres a Polonia junto a otras 17.000 personas, disparó en París al tercer secretario de la embajada alemana, quien moriría días más tarde.
EFE y Aurora
Alemania recordó en diferentes actos la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, conocida como "Noche de los cristales rotos", en la que militantes nazis asesinaron a cientos de ciudadanos alemanes de confesión judía y quemaron miles de comercios de su propiedad y sinagogas.
Los historiadores coinciden en que en esa jornada se inició oficialmente el programa de exterminio judío que acabó con la vida de millones de personas entre 1941 y 1945.
En un acto en Potsdam (este), el presidente de Alemania, Christian Wulff, se refirió al 9 de noviembre de 1938 "como una jornada especialmente difícil para la historia de Alemania", si bien recordó también que otro 9 de noviembre, el de 1989, cayó el muro que separó a los alemanes del este y el oeste desde 1961.
En Fráncfort, sede del Consejo de los Judíos de Alemania, el politólogo judío francés de origen alemán Alfred Grosser (foto) fue el encargado de recordar con un discurso la aciaga noche de 1938 en un acto en la iglesia de Pablo, pese a las críticas de numerosos líderes judíos.
Gosser, un crítico habitual de Israel en el conflicto con los grupos terroristas palestinos, aprovechó el podio para continuar con sus diatribas contra el Estado judío; aunque, sin embargo, señaló justamente en Fráncfort que "los valores occidentales sirven como valores para todos".
El orador llamó a "reconocer los padecimientos de los otros" y afirmó que "la forma de tratar a los extranjeros, aquí y en cualquier parte, puede ser catalogada de violación de los valores fundamentales".
No obstante, demostró una actitud de superioridad condescendiente con los palestinos y poca empatía con los israelíes al afirmar genéricamente que "nadie puede esperar de un palestino que entienda el horror de un atentado cuando nosotros no nos sentimos afectados por lo que sucede en la franja de Gaza", señaló Gosser.
Nacido en Fráncfort, Gosser emigró en 1933 con parte de su familia a Francia, donde tiempo después conocieron que muchos familiares fueron asesinados por los nazis en campos de exterminio.
Antes de su discurso, varios líderes judíos advirtieron de que abandonarían la iglesia de Pablo durante el acto si Gossner repetía sus críticas a la actuación del Gobierno de Israel en el conflicto con los palestinos.
La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 fueron asesinados 400 ciudadanos alemanes de confesión judía y 30.000 acabaron en los campos de concentración de Dachau, Buchenwald y Sachsenhausen.
En la "Reichskristallnacht" o "Noche de los cristales rotos", por la alfombra de cristales que llenó las calles alemanas a causa de los destrozos, las milicias paramilitares nazis de las "Schutzstaffel" (SS) y las "Sturmabteilung" (SA) destruyeron también 8.000 comercios propiedad de judíos e innumerables sinagogas.
Las autoridades nazis calificaron entonces de "espontáneas" las acciones contra los alemanes judíos y las achacaron a una respuesta al ataque contra uno de sus funcionarios en París.
El 7 de noviembre, el judío alemán-polaco Herschel Grynszpan, enfadado por la deportación de sus padres a Polonia junto a otras 17.000 personas, disparó en París al tercer secretario de la embajada alemana, quien moriría días más tarde.
EFE y Aurora