Un poco de historia.
LA COMPRA DEL F-18: UNA HISTORIA DE ÉXITO
En mayo de 1983, el Consejo de Ministros decidió la compra al Gobierno de Estados Unidos de Norteamérica de 72 aviones F-18 A/B, bajo la modalidad FMS (Foreign Military Sales), como avión de combate aéreo para nuestro Ejército del Aire.
Este hito constituye el inicio de una política de compensaciones más concreta y estructurada, como la conocemos hoy en día. El Acuerdo de Compensaciones asociado a la compra por el sistema FMS de los 72 aviones fue firmado el día 6 de julio de 1984.
Este acuerdo comprometía al fabricante de los aviones, la firma McDonnell Douglas Corporation (MDC), en la actualidad Boeing, a la generación de actividades económicas, industriales y tecnológicas en el tejido industrial español que alcanzasen un valor equivalente al precio de los aviones,
es decir, 1.543 millones de dólares norteamericanos, en condiciones económicas de enero de 1981. Tales actividades se tenían que desarrollar en un periodo de 10 años, contados desde la fecha de la firma del Acuerdo, y disponiendo de un periodo de gracia de otros 3 años adicionales a
iniciar una vez expirado el anterior.
El Acuerdo establecía cuatro categorías para las actividades de compensaciones:
A: actividades directamente relacionadas con los aviones adquiridos por España.
B: actividades relacionadas con otros aviones F-18 distintos de los españoles y con otras tecnologías.
C: actividades que implican la utilización de tecnologías de interés para Defensa.
D: actividades civiles en el campo de la exportación de productos españoles, inversiones en España, transferencias de tecnología a empresas españolas y turismo.
Además, fijaba una serie de condiciones:
• Al menos, el 40 % del total de las actividades de compensación desarrolladas por la MDC debía ser realizado en transacciones que implicasen actividades tecnológicas características de países desarrollados.
• Como mínimo, el 10% del importe total a acreditar a MDC debería implicar Transferencias de Tecnología.
• El importe máximo a acreditar en actividades relacionadas con el turismo no podría superar el 10% del total del compromiso.
• Un mínimo del 17% del total debía realizarse en actividades encuadradas en las categorías A y B.
• En las exportaciones a los EEUU, el importe acreditable o descontable de los compromisos de compensaciones es exclusivamente el correspondiente al valor añadido español. Todas las exportaciones debían ser nuevas o claramente incrementales y como consecuencia de la intervención de MDC.
Cinco meses antes de que expirara el periodo de gracia, MDC, con el conjunto de transacciones presentadas para aprobación y realizadas hasta el 31 de julio de 1996, alcanzó un grado de cumplimiento del 100,06% de su compromiso contractual. Es decir, con un pequeño superávit del 0,06% en términos cuantitativos.
Desde un punto de vista cualitativo, MDC cumplió satisfactoriamente y con exceso los porcentajes relativos establecidos en el Acuerdo:
• Las transacciones realizadas implicaron tecnologías propias de países desarrollados por un valor del 64,9% del total acreditado, superando el compromiso en esta materia, que era del 40%.
• El valor acreditado en la categorías A y B alcanzó el 40,7%, frente a un mínimo del 17% comprometido
• La cifra reconocida por Transferencia de Tecnología supuso un 23,62% del total acreditado, frente al 10% mínimo comprometido.
• Las actividades de turismo se limitaron al 0,17% del total realizado.
El Acuerdo tenía anexo un Plan de Cumplimiento, del que caben destacar como actividades más importantes en las categorías A y B las siguientes:
• Coproducción de siete componentes estructurales de la aeronave. Entre ellos cabe destacar el Estabilizador Horizontal con un elevado contenido de elementos producidos en fibra de carbono.
• Coproducción de varios subsistemas de aviónica como son: el sistema de gestión de armamento, el sistema de control de comunicaciones, las pantallas multifuncionales de presentación de datos y las fuentes de alimentación de bajo voltaje para radar.
• Debido al entrenamiento y apoyo por parte de MDC, las empresas españolas CESELSA y EESA, en la actualidad consolidadas en INDRA, produjeron respectivamente el Simulador Táctico y Operativo y los Bancos Automáticos de Prueba y Diagnosis del avión. Estos dos grandes conjuntos de sistemas fueron excluidos del caso FMS por decisión de las autoridades españolas, para que pudieran ser producidos por la industria española en pro de consolidar su desarrollo tecnológico en ambos campos.
• Se materializaron transferencias de tecnología a favor de nuestro Ejército del Aire, que dieron lugar a la creación del CLAEX y a que dispusiera de un amplio y profundo conocimiento en la ingeniería del sistema de armas EF-18, a la vez que un alto grado de autosuficiencia para el apoyo logístico durante su ciclo de vida. Esto último ha permitido que la Actualización de Media Vida (MLU, Mid Life Upgrade) de los aviones se haya podido llevar a cabo en España sin apoyo alguno del fabricante del avión.
Este programa de MLU constituye un hito industrial reseñable para nuestro país, pues España ha sido el único de los países usuarios y operadores del avión F-18, fuera de EEUU, que ha podido llevarlo a cabo con sus propios recursos tecnológicos e industriales.
En el campo civil el programa de compensaciones EF-18 constituyó un medio excelente para fomentar la exportación de productos españoles de elevado contenido tecnológico a un mercado tan competitivo como el de EEUU. A título de ejemplos pueden citarse entre otros los siguientes:
• Exportación de proyectos llave en mano relativos a centrales térmicas de cogeneración eléctrica.
• Exportación de dos buques de lujo producidos por Astilleros de Levante para un operador de Boca Ratón, Florida.
• Venta de un buque escuela para una escuela naval de Massachussets.
• Exportación de máquina-herramienta y bienes de equipo españoles.
• Utilización de contrapartidas industriales para campañas de promoción de la imagen española en el exterior, en coincidencia con los acontecimientos del Quinto Centenario del Descubrimiento de América.
• Establecimiento de programas de formación para posgraduados mediante contratos de trabajo en empresas norteamericanas, programas de formación de ingenieros en diferentes disciplinas tecnológicas avanzadas, así como programas de absorción de tecnologías de última generación.
En suma, el Programa de Compensaciones F-18, iniciado en 1984, constituyó el comienzo de una doctrina de actuación por parte del Ministerio de Defensa de España en lo relativo a contrapartidas industriales asociadas a sus programas de adquisición, que no sólo se ha mantenido y potenciado hasta el momento presente, si no que además ha constituido un referente mundial en su gestión, control y resultados.