Aberraciones de soldados estadounidenses
Mercedes Gallego
Agencia Colpisa
Nueva York. Los fantasmas de Vietnam han cobrado vida en Irak. Los abusos traspasan los muros de Abu Ghraib. Poco a poco empiezan a salir a la luz los crímenes y aberraciones de soldados embrutecidos por la guerra y convertidos en animales. Sólo así se puede describir el crimen del que se declaró ayer culpable el soldado James Barker, quien planeó con sus compañeros violar a una iraquí de 14 años, para asesinarla después, junto a sus padres y su hermanita de 6, antes de quemar los cadáveres.
A cambio de testificar contra cuatro de sus compañeros, Barker, de 23 años, se libra de la pena de muerte, y aunque se espera que sea condenado a cadena perpetua, podría salir en libertad provisional dentro de 20 años, cuando tenga 43.
A sus 14 años, Abeer Qassen Hamza al Janabi ya sentía las miradas lascivas de los soldados cada vez que pasaba por el control de carretera establecido junto a su casa de Hamdaniya, a 20 kilómetros al sur de Bagdad. Lo que no sabía es que cuando se emborrachaban de noche intercambiaban comentarios soeces sobre ella. Pero el crimen no se debió a los efluvios del alcohol, sino que fue planeado con toda alevosía.
Los cinco soldados se camuflaron de negro para pasar por insurgentes. Tumbaron la puerta, encerraron al resto de la familia en una habitación y violaron a la chica entre todos. En ello estaban cuando se oyó una ráfaga de disparos en la habitación. Steven Green, de 21 años, apareció en la puerta orgulloso. "Los acabo de matar a todos", les dijo. El grupo siguió con lo que hacía, luego disparó contra la chica y roció los cuerpos con querosén.
La idea era hacer pasar el crimen por una venganza de sunitas contra chiítas, pero resultó que la familia no era chiíta sino sunita, y que la joven había denunciado el acoso de los soldados.
Traumados. Aun así, el crimen del pasado 14 de marzo, que inflamó aún más a la comarca, hubiera quedado impune si esa unidad, la compañía B del primer batallón de infantería, de la División 101 de paracaidistas, no hubiera sufrido en los siguientes meses emboscadas y secuestros que traumatizaron a sus miembros. En una de las sesiones para tratar el estrés del combate, uno de los soldados contó lo que había oído. Y su testimonio coincidía con el de otros, lo que se sumaba a las mentiras detectadas en el informe oficial.
Para entonces Green había sido expulsado del ejército por ser "mentalmente inadecuado", por lo que encaró los crímenes frente a un tribunal civil. Ayer mismo se declaró inocente. Tres de sus compañeros, Jesse Spielman, Bryan Howard y el sargento Paul Cortez, pueden ser condenados a muerte gracias al testimonio de Barker. Un sexto, Anthony Yribe, ha sido expulsado por mirar hacia otro lado. Pero el caso no es una excepción, y se suma a los que acumulan los tribunales militares por todo el país.