Pensar la Armada Argentina implica referirse a una fuerza militar que entiende la defensa nacional de manera integral. Por mar, tierra y aire, el objetivo siempre ha sido y continuará siendo bregar por los derechos soberanos de todos los argentinos.
Hoy se conmemora el 143º aniversario de la creación de la Infantería de Marina, componente fundamental para proyectar el poder naval desde el mar hacia la tierra. “Patriae Semper Vigiles” (“Siempre Alertas por la Patria”) es su lema y definición de su razón de ser.
El componente terrestre de la Armada Argentina nació con los efectivos enviados al Río de la Plata para operar en el mantenimiento de las fronteras del Virreinato. En este sentido, puede mencionarse la reconquista de las Islas Malvinas en 1767 y la defensa de la Banda Oriental por el Virrey Cevallos en 1776. A esto le siguieron las invasiones inglesas de 1806 y 1807; y los combates en la Isla Martín García y frente a las costas de Montevideo, donde el personal estuvo a cargo del Almirante Brown.
Sin embargo, los antecedentes de este Cuerpo trasponen no solo el período del nacimiento y consolidación de la Patria, sino que pueden ser rastreados en la etapa colonial y aún más allá, en la historia marinera de España. La Infantería de Marina española, los Tercios de la Armada, surgieron en la Edad Media como tropa embarcada para combatir desde la cubierta de las galeras.
En la Marina de Guerra española, durante la época de los Borbones, la tropa embarcada fue organizada como «Batallones de Marina». En estos últimos prestaron servicios criollos que luego cumplieron una brillante trayectoria en las luchas por la Independencia y consolidación de la Patria naciente, como José Matías Zapiola, Martín de Warnes y el mismísimo General José de San Martín. Precisamente, entre ellos, estuvo Cándido de Lasala, quien fue posteriormente considerado como héroe precursor de la Infantería de Marina argentina.
La Infantería de Marina como fuerza integrante de la Armada Argentina, según se la conoce actualmente, fue creada a fines de 1946 mediante la promulgación de la Ley N° 12.883 como elemento anfibio integrante de la Marina de Guerra capacitada para actuar sobre la costa, conformada con unidades de las distintas armas que fueran necesarias para el cumplimiento de su misión. A partir de ese momento el Cuerpo pasó a denominarse Infantería de Marina, y los uniformes y grados pasaron a ser definitivamente los de la Armada.
Este cambio de situación impuso a la Infantería de Marina transitar una nueva etapa, que se tradujo en la adopción de medidas tendientes a reorganizar el Cuerpo; generar doctrina y procedimientos para un adiestramiento especializado; e incorporar nuevos medios, basados en las necesidades tecnológicas que se presentaban.
Las Islas Malvinas se recuperaron mediante una operación anfibia denominada «Operación Rosario», siendo el núcleo de la Fuerza de Desembarco el Batallón de Infantería de Marina Nº 2 Ec., el Batallón de Infantería de Marina Nº 1, la Agrupación Comandos Anfibios, el Batallón de Vehículos Anfibios Nº 1, una sección de comunicaciones del Batallón de Comunicaciones Nº 1 Ec., el Batallón de Artillería de Campaña Nº 1 Ec., los grupos de apoyo logístico del Batallón de Apoyo Logístico, elementos de la Agrupación Buzos Tácticos y una sección del Ejército Argentino.
Durante la segunda etapa del conflicto, la I.M. se empeñó con 1.357 efectivos, con un 70% de la fuerza efectiva compuesta por conscriptos. En este período pueden marcarse como hitos el combate de Monte Tumbledown, donde el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 Ec. resistió y repelió con bravura el ataque sobre su posición por parte de las fuerzas británicas compuesta por unidades de guardias escoceses, galeses y gurkhas.
También puede mencionarse el combate de Monte Longdon, durante el cual los conscriptos Inchauspe, Giuseppetti, Maciel y Fernández, pertenecientes al Batallón Comando (BICO), detuvieron con sus ametralladoras a toda una compañía británica de casi 120 hombres, ocasionando un elevado número de bajas y permitiendo el repliegue de sus camaradas. Estas son solo algunas de las acciones destacadas de todo un componente de la Armada que se caracterizó por su valentía y profesionalismo.
La Infantería de Marina –cuyo comando se encuentra en la Base Naval Puerto Belgrano– posee unidades organizadas y en permanente adiestramiento. Opera en la amplia variedad de condiciones topográficas y climas que nuestro territorio posee, integrándose a las unidades navales y aeronavales de la Armada. Asimismo, forman parte de los contingentes de Misiones de Paz que, bajo la órbita de las Naciones Unidas, son desplegados a zonas de conflicto en todo el mundo.
Este componente, hoy tiene como autoridad principal al Comodoro de Marina I.M. Fernando Daniel Terribile, quien ocupa el cargo de Comandante de la Infantería de Marina. Junto a su Estado Mayor han comenzado hace algunos años un proceso de modernización de la doctrina del componente que data de los años ’80, logrando incorporar nuevos términos y conceptos innovadores que permiten formar personal capacitado para interactuar con todas las Infanterías de Marina del mundo.
“Nuestra gente tiene que estar capacitada para operar en áreas del multidominio. Además de la cuestión terrestre y marítima, que nos son inherentes, hay otras áreas de diferentes dominios como el cognitivo, el humano, el aeroespacial y la ciberdefensa, que nos imponen otros desafíos a los que teníamos antes y debemos estar preparados”, explicó el Comodoro de Marina Terribile.
En este nuevo escenario es fundamental, según explicó, la instancia de enseñanza/ aprendizaje: “Estamos en enlace con las escuelas de formación y de capacitación. Nos interesamos por lo que están dando y cuál es la bibliografía. Para esto último disponemos de una plataforma digital que ha sido promulgada por la Armada para que, justamente, se capaciten en el nivel que nosotros pretendemos, porque todo el recurso humano vuelve a la organización”.
Con respecto al adiestramiento y alistamiento, también se inició una era de cambios tendiente a operar en el ámbito conjunto y combinado. En esta línea, el Comandante de la Infantería de Marina explicó: “Nuestro componente es la única fuerza de proyección que tiene la Nación Argentina. No existe en el país un elemento como la brigada anfibia y estamos diseñándola de manera tal que siendo una fuerza de tareas de armas combinadas pueda satisfacer los requerimientos que hoy tiene o que derivan de la estrategia militar o de las Directivas de la Política de Defensa Nacional”.
Además, agregó que el adiestramiento incluye un sistema tendiente a que las unidades puedan rotar hacia el sur, del sur hacia el norte, del norte al centro y así sucesivamente, en un período de 5 años. Para ello tiene un valor primordial la función anfibia, la cual se pretende llevar a su máximo potencial, ya que es la fuerza que se puede proyectar desde una plataforma marítima hacia un punto en el terreno determinado.
“Nosotros, los Infantes de Marina, somos parte indisoluble de la Armada Argentina. Nuestra línea de partida siempre es el mar hacia la costa o hacia el interior. Nos llamamos a nosotros mismos como el puño de la Armada: soldados del mar”, reflexionó el Comandante de la Infantería de Marina.
Créditos: Gaceta Marinera Digital
Hoy se conmemora el 143º aniversario de la creación de la Infantería de Marina, componente fundamental para proyectar el poder naval desde el mar hacia la tierra. “Patriae Semper Vigiles” (“Siempre Alertas por la Patria”) es su lema y definición de su razón de ser.
El componente terrestre de la Armada Argentina nació con los efectivos enviados al Río de la Plata para operar en el mantenimiento de las fronteras del Virreinato. En este sentido, puede mencionarse la reconquista de las Islas Malvinas en 1767 y la defensa de la Banda Oriental por el Virrey Cevallos en 1776. A esto le siguieron las invasiones inglesas de 1806 y 1807; y los combates en la Isla Martín García y frente a las costas de Montevideo, donde el personal estuvo a cargo del Almirante Brown.
Sin embargo, los antecedentes de este Cuerpo trasponen no solo el período del nacimiento y consolidación de la Patria, sino que pueden ser rastreados en la etapa colonial y aún más allá, en la historia marinera de España. La Infantería de Marina española, los Tercios de la Armada, surgieron en la Edad Media como tropa embarcada para combatir desde la cubierta de las galeras.
En la Marina de Guerra española, durante la época de los Borbones, la tropa embarcada fue organizada como «Batallones de Marina». En estos últimos prestaron servicios criollos que luego cumplieron una brillante trayectoria en las luchas por la Independencia y consolidación de la Patria naciente, como José Matías Zapiola, Martín de Warnes y el mismísimo General José de San Martín. Precisamente, entre ellos, estuvo Cándido de Lasala, quien fue posteriormente considerado como héroe precursor de la Infantería de Marina argentina.
La Infantería de Marina como fuerza integrante de la Armada Argentina, según se la conoce actualmente, fue creada a fines de 1946 mediante la promulgación de la Ley N° 12.883 como elemento anfibio integrante de la Marina de Guerra capacitada para actuar sobre la costa, conformada con unidades de las distintas armas que fueran necesarias para el cumplimiento de su misión. A partir de ese momento el Cuerpo pasó a denominarse Infantería de Marina, y los uniformes y grados pasaron a ser definitivamente los de la Armada.
Este cambio de situación impuso a la Infantería de Marina transitar una nueva etapa, que se tradujo en la adopción de medidas tendientes a reorganizar el Cuerpo; generar doctrina y procedimientos para un adiestramiento especializado; e incorporar nuevos medios, basados en las necesidades tecnológicas que se presentaban.
La Infantería de Marina en Malvinas
La participación del puño armado de la Armada Argentina en el Conflicto del Atlántico Sur puede dividirse en dos etapas: el de la recuperación de la soberanía y, a posteriori, en la defensa de las Islas como consecuencia de la escalada militar.Las Islas Malvinas se recuperaron mediante una operación anfibia denominada «Operación Rosario», siendo el núcleo de la Fuerza de Desembarco el Batallón de Infantería de Marina Nº 2 Ec., el Batallón de Infantería de Marina Nº 1, la Agrupación Comandos Anfibios, el Batallón de Vehículos Anfibios Nº 1, una sección de comunicaciones del Batallón de Comunicaciones Nº 1 Ec., el Batallón de Artillería de Campaña Nº 1 Ec., los grupos de apoyo logístico del Batallón de Apoyo Logístico, elementos de la Agrupación Buzos Tácticos y una sección del Ejército Argentino.
Durante la segunda etapa del conflicto, la I.M. se empeñó con 1.357 efectivos, con un 70% de la fuerza efectiva compuesta por conscriptos. En este período pueden marcarse como hitos el combate de Monte Tumbledown, donde el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 Ec. resistió y repelió con bravura el ataque sobre su posición por parte de las fuerzas británicas compuesta por unidades de guardias escoceses, galeses y gurkhas.
También puede mencionarse el combate de Monte Longdon, durante el cual los conscriptos Inchauspe, Giuseppetti, Maciel y Fernández, pertenecientes al Batallón Comando (BICO), detuvieron con sus ametralladoras a toda una compañía británica de casi 120 hombres, ocasionando un elevado número de bajas y permitiendo el repliegue de sus camaradas. Estas son solo algunas de las acciones destacadas de todo un componente de la Armada que se caracterizó por su valentía y profesionalismo.
El presente
Cada uno de los Infantes de Marina constituyen hoy el puño de la Armada y se convierten en custodios del legado histórico de muchas generaciones precedentes que, con su accionar, fortaleza y gran compromiso por la Patria, supieron acompañar a la Armada Argentina desde sus albores.La Infantería de Marina –cuyo comando se encuentra en la Base Naval Puerto Belgrano– posee unidades organizadas y en permanente adiestramiento. Opera en la amplia variedad de condiciones topográficas y climas que nuestro territorio posee, integrándose a las unidades navales y aeronavales de la Armada. Asimismo, forman parte de los contingentes de Misiones de Paz que, bajo la órbita de las Naciones Unidas, son desplegados a zonas de conflicto en todo el mundo.
Este componente, hoy tiene como autoridad principal al Comodoro de Marina I.M. Fernando Daniel Terribile, quien ocupa el cargo de Comandante de la Infantería de Marina. Junto a su Estado Mayor han comenzado hace algunos años un proceso de modernización de la doctrina del componente que data de los años ’80, logrando incorporar nuevos términos y conceptos innovadores que permiten formar personal capacitado para interactuar con todas las Infanterías de Marina del mundo.
“Nuestra gente tiene que estar capacitada para operar en áreas del multidominio. Además de la cuestión terrestre y marítima, que nos son inherentes, hay otras áreas de diferentes dominios como el cognitivo, el humano, el aeroespacial y la ciberdefensa, que nos imponen otros desafíos a los que teníamos antes y debemos estar preparados”, explicó el Comodoro de Marina Terribile.
En este nuevo escenario es fundamental, según explicó, la instancia de enseñanza/ aprendizaje: “Estamos en enlace con las escuelas de formación y de capacitación. Nos interesamos por lo que están dando y cuál es la bibliografía. Para esto último disponemos de una plataforma digital que ha sido promulgada por la Armada para que, justamente, se capaciten en el nivel que nosotros pretendemos, porque todo el recurso humano vuelve a la organización”.
Con respecto al adiestramiento y alistamiento, también se inició una era de cambios tendiente a operar en el ámbito conjunto y combinado. En esta línea, el Comandante de la Infantería de Marina explicó: “Nuestro componente es la única fuerza de proyección que tiene la Nación Argentina. No existe en el país un elemento como la brigada anfibia y estamos diseñándola de manera tal que siendo una fuerza de tareas de armas combinadas pueda satisfacer los requerimientos que hoy tiene o que derivan de la estrategia militar o de las Directivas de la Política de Defensa Nacional”.
Además, agregó que el adiestramiento incluye un sistema tendiente a que las unidades puedan rotar hacia el sur, del sur hacia el norte, del norte al centro y así sucesivamente, en un período de 5 años. Para ello tiene un valor primordial la función anfibia, la cual se pretende llevar a su máximo potencial, ya que es la fuerza que se puede proyectar desde una plataforma marítima hacia un punto en el terreno determinado.
“Nosotros, los Infantes de Marina, somos parte indisoluble de la Armada Argentina. Nuestra línea de partida siempre es el mar hacia la costa o hacia el interior. Nos llamamos a nosotros mismos como el puño de la Armada: soldados del mar”, reflexionó el Comandante de la Infantería de Marina.
Créditos: Gaceta Marinera Digital