Mas informacion adicional al tema, y se considera posible además que las bajas (o parte de ellas) sea anticipada para proveer de dotaciones a las fragatas en construcción.
Diria que la probabilidad #1 esta en un reemplazo por T-23, que al considerar la información acumulada durante los ultimos meses, da a entender de que ya existen conversaciones informales y además ya estaria la aprobación del gobierno para proceder con la compra (si no hay contratiempos de ultima hora, o alguna otra oferta mejor).
Creo que esto debiera cerrarse, si se da, el segundo semestre del 2021
https://www.x.com/latam/2018/07/17/noticia-espina-confirma-programa-reemplazo-fragatas-clase.html
Espina confirma el reemplazo de las fragatas clase L y type 22
Fragata antiaérea clase L FFG-14 Almirante Latorre. Foto: Armada de Chile
17/07/2018 | Valparaíso
Nicolás García
El ministro de Defensa,
Alberto Espina, ratificó que la
Armada de Chile desarrollará un programa para reemplazar las dos fragatas antiaéreas
clase L y una antisubmarina
type 22 de la
Escuadra Nacional.
La autoridad manifestó en una entrevista publicada por el diario
El Mercurio de Santiago que la institución requiere "renovar al menos tres fragatas de aquí a los próximos años" y que existe un proyecto de desarrollo para materializar esta iniciativa de gran importancia para el país.
El comandante en jefe de la Armada de Chile, almirante
Julio Leiva, había anunciado en el mes de enero que su institución analiza diferentes alternativas para reemplazar a las fragatas antiaéreas clase
L FFG-11 Capitán Prat y
FFG-14 Almirante Latorre en 2025. Las unidades cumplirán su vida útil por obsolescencia logística a mediados de la próxima década y la Escuadra Nacional requiere mantener una fuerza operativa de ocho buques de superficie para garantizar la seguridad y la protección de los intereses nacionales.
Las dos fragatas de la clase
L entraron en operación en la
Real Armada de Países Bajos (
Koninklijke Marine) a mediados de la década de 1980 y fueron adquiridas de segunda mano por Chile en 2004. Estos buques dejarán de contar con soporte técnico para el sistema antiaéreo
SM-1 Standard de
Raytheon en 2020.
En cuanto a su propulsión, existe un contrato de mantenimiento para turbinas
Olympus de
Rolls Royce que expirará en 2024. Esto último impactará también en la disponibilidad operacional de la fragata antisubmarina
type 22 batch 2 FF-19 Almirante Williams que es la tercera fragata de mayor antigüedad en la institución y que por este motivo deberá ser reemplazada en los próximos años.
Proyecciones
Para el reemplazo de las tres unidades de la Escuadra Nacional se evaluarán como opciones la construcción en
Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) y la compra de fragatas usadas.
La primera solución es la que despierta mayor interés ya que permite fortalecer la industria nacional y generar beneficios estratégicos para el país. La institución ha decidido potenciar la construcción naval encargando proyectos al astillero como el nuevo buque rompehielos
Antártica I. Sin embargo el alto monto que demandará un programa de estas características y el tiempo requerido para producir los nuevos buques constituye una gran desventaja.
La adquisición de fragatas usadas emerge como la alternativa más factible. Chile mantiene una relación estratégica con el Reino Unido que a contar de la próxima década retirará las fragatas
type 23 similares a las tres que el país tiene en servicio.
La Armada de Chile posee una amplia experiencia en la operación y sostenimiento de este tipo de buques y Asmar en la actualidad realiza un profundo programa de modernización en la fragata FF-05 Almirante Cochrane. Los reemplazos de los buques británicos, las fragatas type 26, comenzarán a ser entregadas a contar de 2023 y la necesidad de nuevas tripulaciones en la Royal Navy podría abrir una ventana de oportunidad para una venta anticipada a Chile.
La
Armada Real de Canadá (RCN) es otra de las instituciones con las que la Armada de Chile mantiene estrechos lazos. La RCN tendrá disponibles en la próxima década las fragatas clase
Halifax. Estos buques, sin embargo, cuentan con propulsión y sistemas distintos lo que implicaría generar nuevas cadenas logísticas para la institución e incrementaría el gasto en mantenimiento.
Su programa de reemplazo tiene retraso y eso impactará en el inicio de enajenación de las unidades.