UNA OPINIÓN SOBRE LA DEFENSA NACIONAL
Señor Presidente de la Nación, Ud. es el Cte. en Jefe de las FFAA argentinas y por tanto responsable de la defensa del país que encabeza.
Nuestras Fuerzas Armadas pasan por un trance parecido a la Alemania emergente de la I Guerra Mundial bajo las restricciones del Tratado Versalles, pues soportan el Versalles de “lo políticamente correcto” por haber derrotado a la marea bolchevique que inundó a Latinoamérica durante el siglo pasado, y cuyos ecos violentos, todavía sacuden nuestra actualidad.
Argentina, séptimo u octavo país en extensión del mundo, posee reservorios de agua dulce, minerales estratégicos, reservas en petróleo y gas, una extensa superficie con las tierras más fértiles del planeta y un inmenso litoral con riquezas que subyacen bajo el agua y fondo marino.
A pesar de las crisis económicas, el país desarrolló tecnologías de avanzada en diversos rubros: centrales nucleares; complejos de generación eléctrica; producción de aluminio; altos hornos de larga data; puentes uniendo la Mesopotamia con el resto del territorio; autopistas y viaductos en crecimiento; establecimientos industriales (automotriz, aeronáutico, satélites y radares, maquinarias de todo tipo, fabricaciones de uso militar, astilleros, procesamiento de alimentos, etc.) puertos fluviales y marítimos; gasoductos y líneas de alta tensión; destilerías y establecimientos de explotación gasífera; etc.
Esta infraestructura ayuda a crecer a los argentinos en un contexto mundial cada vez más competitivo, donde los poderosos no tienen demasiados pruritos en forzar situaciones con tal de agregar a su inventario fuentes de energía y materias primas
Sr. Presidente ¿Cómo se defiende lo descripto, además de otros intereses nacionales no mencionado en estas líneas? En principio mediante una estructura de gobierno seria y eficiente, y con Fuerzas Armadas acordes a las amenazas; mas hoy nuestras FFAA están impedidas de cumplir con lo que la ley les encomienda. Al respecto, van algunas consideraciones.
Dice San Juan Pablo II: “Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra sea sinónimo de una paz verdadera, si no viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y de solidaridad”. La crónica mundial insinúa que las sustantivaciones del pontífice tienen poca incidencia, opacadas por los intereses circulantes en el planeta. No está demás destacar que una hipótesis de conflicto se arma en un breve lapso; se precisa más tiempo y disponibilidad económica para con urgencia, “improvisar” Fuerzas Armadas.
Imaginemos negociaciones entre dos países (ante temas cruciales para ambos). Uno de ellos es una nación organizada social y políticamente, con prestigio ante la comunidad internacional y con fuerzas armadas eficientes. La otra parte en la disputa (por el momento diplomática) es un país con baja credibilidad, plagado de reyertas internas, con instituciones mediocres y sus Fuerzas Armadas casi inexistentes.
Surge la pregunta: ¿Cuál de los dos países, está en condiciones de negociar con una firme actitud de defensa (por ahora diplomática) sus intereses? La respuesta es obvia.
Para un burócrata la Defensa puede estar en un segundo o tercer plano, no obstante la realidad tarde o temprano impondrá atención al problema; y sino advierta Sr. Presidente que Ud. consideró, ante dudas sobre el futuro de acuerdos y tratados oportunamente firmados, negociar personalmente con el nuevo gobierno brasileño; creemos que durante el trance, Ud. deseó una Argentina con mayor fortaleza de la que dispuso. Puede haber amistad entre personas, pero entre países existen solo intereses; intereses que pueden oponerse generando conflictos (generalmente diplomáticos), o intereses que originan proyectos comunes para beneficio mutuo; pero la moraleja es una, debe contarse con fortaleza para negociar.
Por otra parte, tenga en cuenta Sr. Presidente que una porción del territorio nacional, seguramente se ha vuelto un objetivo militar de algún país de la OTAN (me refiero a las instalaciones chinas en Neuquén); o aprecie Ud. que a causa de nuestra debilidad, los argentinos ven impotentes los impedimentos derivados de los Acuerdos de Madrid, a tal punto por ejemplo, que nuestras aerocomerciales no vuelan a Malvinas, mientras extranjeros se reparten ese mercado.
Estos pocos ejemplos pretenden mostrar que las FFAA no son una entidad aparte, alejada de la realidad nacional, sino que junto a otros organismos del Estado son una herramienta de poder más al servicio del país; y en el último de los casos, constituyen la garantía que sostiene la supervivencia organizada de la Nación.
Debemos aprender de las naciones que nos rodean; Ud. no encontrará ningún país de la región, no importa el color político de su gobierno, que haya descuidado sus FFAA de la manera que se hizo en Argentina. Aún aquellos gobiernos que se inclinan por lo social (socialistas) se esfuerzan para mantener en un nivel adecuado su defensa. Basta con ver lo ocurrido en Chile, Brasil, Ecuador, o la misma Venezuela, quien cuando todavía funcionaba como un estado sujeto a derecho, obró de igual manera.
Hoy seguramente los Jefes de Estado Mayor y su gente, ponen ingenio y voluntad para sobrellevar su “Versalles” particular, pero… esta situación debería revertirse, si se pretende que el país muestre una Defensa que inspire, aunque fuese, algo de disuasión.
Brig.My. (R) VGM Guillermo A. Donadille
DNI 7.998.211