Canadair CL-215 en la Argentina.
El hidroavión de propósitos múltiples Canadair CL-215 conocido a lo largo del mundo por sus habilidades como avión hidrante o “Bombero Aéreo” registra por lo menos dos visitas documentadas a la Argentina. La primera ocasión se produjo el 27 de setiembre de 1973 cuando una aeronave canadiense del Ministerio de Transporte de la Gobernación de Ouebec, realizó una demostración de lanzamiento de agua en el Río de la Plata. La visita fue organizada por José Fernández Racca presidente del directorio de la firma Representaciones Aero Comerciales Argentinas Sociedad Anónima (RACA SA.), quien había obtenido la representación y distribución de Canadair para la Argentina. Durante la demostración se encontraban presentes autoridades de la Secretaría de Agricultura, entre ellos el subsecretario de Recursos Renovables ingeniero Lucas Tortorelli, del Servicio Nacional Forestal, jefe del departamento Prevención y Lucha contra Incendios J. Gaillard, de la Fuerza Aérea, de la marina y del Ministerio de Defensa, junto a productores forestales y representantes de los medios gráficos y televisivos. Por la empresa organizadora se encontraba presente el director de RACA SA C. Galina y por la firma canadiense el gerente de ventas C. Fincham.
La demostración efectuada por el CL-215 piloteado por el capitán L. Lejeune partiendo desde el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires consistió en la carga de los depósitos durante la carrera de despegue por el Río de la Plata y su posterior descarga a baja altura.
Las tratativas para la compra de cuatro a seis unidades por parte del gobierno estaba bastante avanzada según se pudo saber del propio Fernández Racca, pero la operación no se concretó debido a una férrea oposición de un oficial de marina quien habría argumentado que tratándose de hidroaviones su operación era incumbencia de la Aviación Naval pero que no había interés en esa clase de aeronaves. Así terminó un buen intento de contar con medios aéreos para el control de incendios.
La segunda oportunidad en que los Canadair surcaron cielos argentinos se trató de una iniciativa más seria. A principios de enero de 1980 llegaron a San Carlos de Bariloche dos CL-215 que habían sido contratados por el Instituto Forestal Nacional (IFONA). El plan del IFONA era complementar el accionar de la gente de Parques Nacionales durante los tres meses de verano en la lucha contra los incendios forestales. Durante esa presentación uno de los “bomberos volantes” hizo una demostración de carga de agua en el lago Nahuel Huapi en 9 segundos en un vuelo rasante sobre la superficie para luego elevarse invertir su rumbo y lanzar la carga de agua sobre el mismo punto en que llenó los tanques. Durante este vuelo el avión llevaba a bordo a los miembros del IFONA y de Parques Nacionales que gestionaron el contrato, así como también autoridades locales. Durante la temporada fueron empleados en control de incendios producidos cerca de Bariloche, en El Follel, El Bolsón y en Alicur. También actuaron en la implementación de cursillos de adiestramiento para equipos terrestres que operaban en San Martín de los Andes, Los Alerces, Los Glaciares, Bariloche, El Bolsón y Ushuaia. Esta modalidad de arrendamiento en temporada crítica tuvo muy buenos resultados pero con el correr del tiempo se fue abandonando en gran parte por desinterés de las autoridades de nivel jerárquico, lo que provocó una lenta disminución de los fondos disponibles para el alquiler de las aeronaves, haciendo imposible la continuidad del sistema.
Mas tarde, debido a las enormes pérdidas forestales provocadas por los sucesivos incendios que afectaron hace unos años, y aún afectarían mas tarde, a la zona de Bariloche es que por 1997 se realizaron los primeros contactos con la Canadair, la cual envió a nuestro país con fines evaluativos un ejemplar del CL-415 (N.C. 2029). Operando desde el Aeroparque Jorge Newbery, la máquina realizó en unos días múltiples demostraciones de sus aptitudes operativas. En cada uno de estos vuelos, que incluía la carga y lanzamiento de agua sobre el Río de la Plata, fue piloteada por personal de las fuerzas armadas y de seguridad. Lamentablemente el entusiasmo demostrado inicialmente por las autoridades competentes se diluyó al poco tiempo y, luego de casi dos meses de indecisión la Canadair decidió devolverlo a la fábrica.
El hidroavión más grande de la historia: H-4 Hercules Durante bastante tiempo también fue el más grande del mundo, todavía es el más ancho y...
aviaciong.blogspot.com