Con respecto a los uniformes, supongamos que van a ir introduciéndolos gradualmente (como pasó con las FFAA y los uniformes nuevos). No le veo mucho sentido tirar a la basura toda la ropa de los ex PFA y ex Metropolitana.
En cuanto al traspaso, no sería tan liviano en la crítica. Es un proceso harto complejo, que por mejor planificado que esté, siempre van a haber desajustes (sumémosle que, además, los protagonistas no son justamente monjas de convento).
A mí tampoco me gusta criticar livianamente desde atrás de un teclado a gente que está haciendo tareas mucho más complicadas y trascendentes que las que hago yo. Sin embargo, creo que para el cargo de Ministro de Seguridad más importante de la historia de la Ciudad, deberían haber elegido a alguien que realmente sepa de seguridad y conozca a fondo la institución policial. Una institución no es solamente la función que cumple, también tiene un aspecto histórico-cultural, un aspecto corporativo, un sentido de pertenencia. Armar una policía de cero, tomando gente que no se siente identificada con ella, incluso que la odia, vestirlos con un uniforme ridículo y no armar una cultura, una tradición, es contraproducente. Sorprende porque el mismo PRO armó de cero la Policía Metropolitana, que fue una excelente institución.
Otra cosa de la que me quejo es de la tremenda reducción de facultades que supuso la Ley 5688, que casi no le brinda herramientas a la Policía para cumplir su función. Aunque, en una Legislatura formada en un 60% por partidos de izquierda, es muy difícil hacer pasar una ley que sea seria y que brinde facultades adecuadas y razonables (los famosos ius agendi, quarendi y persequendi).