Noticias de Siria

Sebastian

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EE UU y la ONU busca un país donde destruir el arsenal químico de Siria

Los inspectores ya han liquidado los sistemas para producir más armas

David Alandete / Isabel Ferrer Jerusalén 26 OCT 2013 - 21:07 CET28


Captura de la televisión oficial que muestra a los inspectores en Siria. / AFP

A punto de completar la primera fase en la destrucción del arsenal químico del régimen sirio, los inspectores de la misión conjunta de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y Naciones Unidas se hallan frente a unos desafíos que deben salvar de forma inmediata, si quieren que su misión tenga finalmente éxito.

Existen, en principio, una serie de discrepancias entre los depósitos que ha declarado Damasco y los que describen algunos militares desertores que conocen bien esas reservas. Y de momento no se ha identificado a un solo país que esté dispuesto a recibir las armas y sustancias tóxicas para destruirlas en su territorio, ya que Siria no cuenta con las instalaciones necesarias, y construirlas sería imposible en el contexto de una guerra que se ha cobrado ya más de 100.000 vidas y ha obligado a abandonar sus hogares a seis millones de personas.

Estados Unidos, que el mes pasado desistió de un ataque con misiles contra el régimen sirio a cambio de un acuerdo en el marco de la ONU para que este acepte deshacerse de sus arsenales químicos, ha pedido a una serie de países que reciban parte de ese armamento para destruirlo. De esa lista secreta solo ha respondido por ahora Noruega, que dijo el viernes públicamente que no podrá hacerlo por "limitaciones temporales y factores externos", según un comunicado de su ministerio de Exteriores.

El material de esos arsenales más difícil de destruir son los misiles y obuses ya cargados con armas químicas, como aquellos que se emplearon en los ataques con gas sarín en la provincia de Damasco el 21 de agosto, en los que murieron cientos de personas y que provocaron la amenaza de intervención.

Los 27 expertos de la OPAQ que se hallan en Damasco mantienen que el 1 de noviembre habrán culminado lo que han denominado "destrucción funcional" del arsenal químico sirio. Han visitado ya 18 de los 23 emplazamientos identificados por el régimen de Bachar el Asad, donde han aplicado una tecnología simple para inutilizar los sistemas de mezcla y rellenado de proyectiles. "Ello supone romper, aplastar con apisonadoras o bien cortar el equipamiento esencial para la producción de este armamento", según Michael Luhan, portavoz de la OPAQ. Anulada entonces la capacidad técnica esencial de producir armas químicas, Siria debe presentar hoy el primer plan general destinado al desmantelamiento de sus depósitos, con inventarios completos.

Frente a los 23 depósitos declarados hasta ahora, el espionaje occidental considera que El Asad dispone de como mínimo 50, ninguno en zona rebelde. Y si las reservas de gas sarín y otras sustancias venenosas que ha detallado el régimen ascienden a 1.000 toneladas, varios militares que se han pasado al bando rebelde sostienen que la cantidad real alcanza las 2.500 toneladas. El general desertor Zaher al Sakat mantiene que Damasco tiene al menos cuatro instalaciones secretas y que ha trasladado parte de sus arsenales a Líbano e Irak, una denuncia que también ha formulado el general al mando del rebelde Ejército Libre Sirio, Salim Idriss.

La OPAQ verificará y supervisará la destrucción de los arsenales, una labor que, según la convención sobre armas químicas, recae sobre el régimen sirio. Hace tres semanas, la OPAQ fue galardonada con el premio Nobel de la Paz por sus "esfuerzos para eliminar las armas químicas".

El plazo dado por el Consejo de Seguridad de la ONU para acabar con esos arsenales es junio de 2014. "Los plazos marcados son un desafío, pero con la experiencia y tecnología existentes, se pueden cumplir, siempre y cuando se pueda controlar el contexto de seguridad", asegura el consultor Ralf Trapp, uno de los cofundadores de la OPAQ.

De momento, el hotel donde se alojan los inspectores en Damasco ha sido atacado con morteros, sin causar daños de consideración. La OPAQ ha pedido un alto el fuego en las zonas en que trabajen sus inspectores, algo a lo que las partes no se han comprometido.

"De momento, hay 27 inspectores sobre el terreno, aunque Naciones Unidas ha dicho que habrá hasta 100. En un caso precedente, el de Irak, trabajaron 1.000 inspectores y tardaron más de cinco años. Los plazos marcados solo pueden calificarse de muy optimistas", asegura Ely Karmon, experto en armas químicas en el Centro Interdisciplinar de Herzliya, Israel.

En otro caso previo, el de Libia, su líder, Muamar el Gadafi, fue capaz de esconder varias toneladas de gas mostaza. Desde 2003, cuando comenzó el proceso de inspección, aquellos arsenales aún no han sido destruidos.

Para la eliminación total de los arsenales se barajan varios métodos ya probados. Uno es incinerar las armas en instalaciones especiales para evitar emisiones nocivas. Otra modalidad es la hidrólisis, que consiste en añadir los gases a otra sustancia para provocar una reacción química que le permita pasar a formar parte de un residuo. Si bien este último también es tóxico, limpiarlo no es difícil.

Por su parte, Estados Unidos ha ofrecido sus unidades móviles para explosionar munición con su carga química en cámaras acorazadas. Pulverizar la munición a altas temperaturas es otra de las técnicas que se pueden utilizar para destruir el arsenal químico del régimen de Al Asad, la gran amenaza para la seguridad regional a ojos de Occidente.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/26/actualidad/1382814425_257032.html
 

Sebastian

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La guerra entre grupos rebeldes rompe a la oposición a El Asad

Los yihadistas luchan contra el Ejército Libre Sirio en varios frentes
David Alandete Jerusalén 26 OCT 2013 - 20:55 CET


Un rebelde sirio rasga un paquete de tabaco confiscado en un puesto de control en Alepo. Algunos grupos salafistas consideran que fumar es contrario a su religión. / KARAM AL-MASRI (AFP)

A los rebeldes que desde 2011 tratan de acabar con cuatro décadas de régimen de la familia El Asad en Siria se les ha abierto otro frente: el propio. La fragmentación de la oposición, rota en más de 30 facciones, le ha despejado el camino al régimen en Damasco, cada vez más afianzado sobre un sólido terreno bélico y diplomático.

Dependiendo del momento y el lugar, las milicias islamistas, nutridas de yihadistas extranjeros, luchan con o contra el moderado Ejército Libre Sirio. Este ha quedado en la complicada posición de defender ante la comunidad internacional su legitimidad, y, cada vez más debilitado, sigue pidiendo armamento a unos aliados nominales, como Estados Unidos, que han pasado de estar a punto de atacar al régimen en Damasco a tratarle como un interlocutor legítimo para pactar con él vías de desarme químico.

La Coalición Nacional Siria, la amalgama de grupos opositores a los que Occidente y la Liga Árabe consideran representantes legítimos del pueblo sirio, sostiene que son 100.000 los combatientes en los varios batallones del Ejército Libre Sirio, su brazo armado. El espionaje occidental estima que luchan en Siria como mínimo 30.000 yihadistas extranjeros llegados de lugares tan distantes como Chechenia, Yemen o Afganistán. El régimen en Damasco eleva esa cifra, de forma poco plausible, hasta 70.000.

El grupo más radical es el denominado Estado Islámico de Irak y Siria que, como el Frente Al Nusra, ha jurado lealtad a Al Qaeda. Ambos son fuertes en el norte del país y, sobre todo, en la frontera con Turquía. Junto al más moderado Ahrar al Sham, compuesto en su mayoría por salafistas, controlan la capital provincial de Raqqa.

“La situación se puede describir como muy fragmentada. Eso conlleva que no habría ningún grupo opositor que en realidad estuviera en disposición, en este momento, de poder tomar el control en Siria en el caso de que el régimen cayera. En las zonas rebeldes hay un caos generalizado y un gran fraccionamiento. En cierto sentido, cada localidad tomada por los propios opositores es su propio Estado”, explica Aymenn Jawad al Tamimi, investigador Shillman-Ginsburg en la organización Middle East Forum. “Tampoco es correcto hablar de un Ejército Libre Sirio unificado. Este a su vez está compuesto por diversos batallones, algunos con sus propias estrategias y objetivos, más o menos dispuestos a alinearse con los grupos islamistas”.

El mes pasado, por ejemplo, según información facilitada por el régimen, el Ejército Libre Sirio atacó y tomó brevemente, junto a milicianos islamistas del Frente al Nusra y Ahrar al Sham, la localidad de Malula, de mayoría cristiana. En los mismos días, sin embargo, el ELS combatió contra yihadistas del Estado Islámico en Azaz, una localidad norteña. Tan intensos fueron los enfrentamientos que las autoridades turcas se vieron obligadas a cerrar un paso fronterizo de forma temporal. Una de las principales reservas por parte de EE UU y sus aliados a la hora de facilitarle al Ejército Libre Sirio armamento es precisamente esa infiltración islamista, que era nimia al principio del conflicto, pero que se va agrandando según se prolonga la guerra.

“En ese sentido es una profecía autocumplida. Primero, Estados Unidos y los países europeos se resistían a actuar por el temor a la entrada de yihadistas extranjeros. Ahora que han entrado los yihadistas, dicen que su presencia es una razón para no actuar ni apoyar a los opositores legítimos con armas”, explica Khaled Saleh, portavoz de la Coalición Nacional Siria, quien añade que “es innegable que en Siria hay foráneos, aunque en los dos bandos, pues el régimen sobrevive por el apoyo de Hezbolá y los combatientes iraníes e iraquíes”. Según estimaciones de la inteligencia occidental, hay hasta 60.000 combatientes extranjeros en Siria luchando junto a las tropas de El Asad.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/26/actualidad/1382813749_128548.html
 

Sebastian

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La polio reaparece en Siria y la OMS teme que se extienda por la región

El conflicto revive una enfermedad que se considera endémica solo en un puñado de países subdesarrollados. Las zonas asediadas se enfrentan a hambruna e infecciones
David Alandete Jerusalén 29 OCT 2013 - 17:26 CET5


Miembros de la Media Luna Roja trasladan a un ciudadano durante una operación de evacuación en Muadamiya, una zona rural de Damasco. / STR (EFE)

La poliomielitis, una enfermedad infecciosa e incurable que provoca atrofia y parálisis de los músculos, ha reaparecido en Siria tras 31 meses de conflicto. La ha detectado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 10 niños menores de dos años en Deir el Zor, provincia en el noreste del país contestada por los rebeldes. En un conflicto que ha provocado ya seis millones de desplazamientos, el temor de las organizaciones humanitarias es que el virus que la provoca se extienda por la región. Siria se creía libre de poliomielitis desde 1999. Mientras siguen el conflicto y los asedios a zonas rebeldes, el régimen de Bachar el Asad presentó el domingo un inventario final de sus arsenales químicos que, según se supo este martes, concuerda con las estimaciones de la inteligencia occidental, demostrando la disposición de Damasco de destruirlos dentro de plazo.

La OMS recibió hace dos semanas informes de un tipo de parálisis asociada a la poliomielitis en al menos 22 niños de Deir el Zor. Sus técnicos tomaron muestras a los afectados y las analizaron en un laboratorio de Túnez. Al menos 10 han dado un resultado positivo a la prueba del virus responsable. De los 12 casos restantes aún no hay resultados. Según Oliver Rosenbauer, portavoz de la OMS, existe un gran riesgo de que la dolencia “pueda expandirse a otras áreas, con un elevado riesgo de que se propague por la región”. De los seis millones de desplazados que suma el conflicto, dos millones han huido al extranjero, sobre todo a países vecinos como Jordania o Líbano. La OMS ha revelado en un informe que si en 2010 se vacunaba a un 91% de niños sirios contra la poliomielitis, esa cifra el año pasado cayó a un 68%.

Hoy la poliomielitis es endémica solo en países como Afganistán, desde donde han acudido a luchar a Siria numerosos yihadistas. El riesgo de propagación de enfermedades infecciosas que se creían casi erradicadas ha provocado el lanzamiento de una campaña internacional destinada a vacunar, en los próximos seis meses, a 1,6 millones de niños sirios contra poliomielitis, sarampión, rubéola y paperas. Considera UNICEF que medio millón de niños no han recibido las inmunizaciones necesarias desde que comenzó la revuelta contra el régimen de El Asad. “Vacunar a niños es un gesto no político en su naturaleza y no tiene conexión con consideraciones militares”, dijo al término de una visita a Damasco el director ejecutivo de ese programa de la ONU, Anthony Lake.

Este martes, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) reveló que Siria ha declarado 41 depósitos en 23 instalaciones que conforman su arsenal químico, con un total de 1.300 toneladas agentes tóxicos, además de 1.230 proyectiles no rellenados con sustancias venenosas. Esas cantidades están en consonancia con las estimaciones de la inteligencia de EE UU e Israel. Los inspectores ha visitado 21 instalaciones y a las otras “no han llegado por razones de seguridad”, según ha dicho la institución en un comunicado. El miércoles vence el plazo para que ese equipo de inspectores haya destruido los laboratorios y haya acabado con la capacidad de Siria de producir más armas químicas.

Posteriormente, el régimen deberá destrozar él mismo sus arsenales. El plazo dado por el Consejo de Seguridad de la ONU es junio de 2014, aunque Damasco no dispone de la tecnología para hacerlo. Estados Unidos ha pedido a varios gobiernos aliados que acepten parte de las reservas para destrozarlas en su territorio. De momento, sólo Noruega ha respondido públicamente, rechazando hacerlo por motivos de seguridad. “Los requerimientos logísticos de mover tan grandes cantidades de armas químicas en largas distancias son enormes”, explica Ralf Trapp, experto en armas químicas y miembro fundador de la OPAQ. “Ese tipo de transporte debe planificarse de forma cuidadosa y es necesario tomar precauciones para enfrentarse a cualquier accidente o pérdida”.

Este martes, con la mediación de la Cruz Roja y la Media Luna Roja Siria, cientos de civiles atrapados pudieran escapar del asedio a Muadamiya, una localidad en las afueras de Damasco que lleva cercada por el régimen más de 300 días. La Coalición Nacional Siria, principal grupo opositor moderado, estimaba que quedaban allí 2.000 civiles, sobre todo niños y mujeres. “Los más vulnerables se enfrentan a una muerte segura si se quedan en el área asediada sin acceso a comida, agua o los medicamentos necesarios para sobrevivir”, asegura Bayan Khatib, portavoz de ese grupo opositor. “Nos preocupa ahora que los civiles evacuados se enfrenten a interrogatorios y detenciones”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/29/actualidad/1383063998_147744.html
 

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La verdad que a estos dementes cada dia los paso menos.

Amenaza a los cristianos de Siria: "Conviértanse al islam o serán crucificados como Jesús"

La minoría es blanco de Al Qaeda. Profanan sus iglesias, atacan a sus fieles y obligan a pueblos enteros a huir

El estadounidense The Whashington Post difundió los testimonios de los cristianos que soportan el asedio de los extremistas. Yussef Naame y su esposa, Norma, una pareja de ancianos cristianos de Maalula, describieron cómo los rebeldes islamistas asaltaron la localidad a principios del mes pasado. Irrumpieron con gritos de "¡Dios es grande! Conviértanse al islam o serán crucificados como Jesús'", revivió con voz temblorosa Yussef.

Los cristianos en Damasco están convencidos de que los extremistas están apuntando deliberadamente hacia sus barrios mientras combaten contra las fuerzas leales a Al Assad, en un intento por expulsarlos de sus pueblos y ciudades de las afueras de Damasco.

Sospechan que el ensañamiento es primero religioso y después político. Es que los cristianos de Siria representan un 10% de los 23 millones de habitantes del país y, como minoría, siempre han apoyado las políticas de la otra minoría del país, los alawitas (la secta del presidente Bashar Al Assad).

El periódico detalla que los casi 50.000 cristianos que habitaban en la ciudad de Homs han huido y otros 200.000 han escapado también de la ciudad septentrional de Alepo. Cuando los insurgentes ocuparon la ciudad estratégica de Qusair en 2012, unos 7.000 católicos fueron obligados a abandonar sus hogares y sus pertenencias fueron saqueadas. La quema de iglesias cristianas, los asesinatos de fieles y religiosos católicos y ortodoxos y el ultraje de símbolos de esta religión ya son habituales en medio de la guerra.

En todo el país, unos 450.000 cristianos han huido de sus casas, una parte de los 7 millones de sirios que han abandonado el país desde que comenzó la guerra, de acuerdo con funcionarios de la Iglesia.

La amenaza de Maalula desnuda el drama de los cristianos de Siria, que temen correr la misma suerte que las comunidades iraquíes de esa confesión que, desde 2003, se convirtieron en blanco de los extremistas islámicos que siguieron golpeando a la minoría cristiana de Irak, mediante atentados, asesinatos y actos de discriminación de todo tipo. El resultado es el éxodo definitivo de varios cientos de miles de familias.

http://www.infobae.com/2013/10/29/1...anse-al-islam-o-seran-crucificados-como-jesus
 

Barbanegra

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El enviado sirio se reúne con Asad buscando apoyo a la negociación de paz
El enviado de Naciones Unidas Lajdar Brahimi se reunió el miércoles con el presidente sirio, Bashar el Asad, en Damasco, en un esfuerzo por reforzar el apoyo a las conversaciones de paz.

Las conversaciones de "Ginebra 2", planeadas tentativamente para el 23 de noviembre, buscan lanzar un proceso político para poner fin a la guerra civil en Siria en la que más de 100.000 personas perdieron la vida.

Asad dijo que "el éxito de cualquier solución política está ligado a detener el respaldo a grupos terroristas", según fue citado por la televisión estatal.

Brahimi enfureció a la oposición siria al decir que Irán, el principal respaldo de Asad durante la guerra, debería asistir a Ginebra.

La oposición política y los rebeldes dicen que cualquier negociación debe estar basada en una salida de Asad del poder.

El presidente sirio e Irán, sin embargo, han dicho que sólo participarán en unas conversaciones que no fijen precondiciones.

Mohamad Riza Shebani, el embajador iraní en Siria, dijo el miércoles a periodistas en Damasco que Irán estaba preparado para asistir a la reunión en Ginebra.

"Por supuesto, todos conocen los esfuerzos de Irán para ayudar a una solución política a la crisis siria. La ausencia de Irán a esta reunión no beneficia a la reunión", sostuvo.

El conflicto sirio comenzó a principios de 2011 como un movimiento de protesta pacífico contra cuatro décadas de gobierno de la familia Asad, pero ha degenerado en una guerra civil sectaria y ha forzado a millones de huir.

El ministro de Relaciones Exteriores, Walid el Mualem, dijo el martes que Siria asistirá a las planeadas conversaciones de paz, pero que dependía de los sirios decidir su futuro político y sus líderes.

La televisión estatal citó a Mualem diciendo que los sirios también rechazaban "cualquier forma de intervención extranjera".

REUTERS
 

Barbanegra

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Los inspectores dicen que han destruido los equipamientos para producir armas químicas sirias
Los inspectores que trabajan en Siria dicen que han destruido los equipamientos para producir armas químicas sirias en cumplimiento del programa de desarme, según un documento al que ha tenido acceso la agencia Reuters.

El equipo internacional formado por expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, en sus siglas en inglés) asegura en el texto que sus equipos han inspeccionado 21 de los 23 arsenales de armas químicas en todo el país. Los otros dos, que eran muy peligrosos, han sido trasladados a otros lugares, que los expertos también han visitado.

"La OPCW está satisfecha de haber verificado, y visto destruido, todo el equipo de producción de armas químicas de 23 lugares", según afirma el documento.

Tras el acuerdo alcanzado entre EEUU y Rusia, Damasco aceptó destruir todas sus armas químicas, después de que Washington amenazase con usar la fuerza en respuesta a la matanza de cientos de personas tras un ataque con armas químicas a las afueras de Damasco.

Estados Unidos y sus aliados culparon a las fuerzas de Assad de haber usado armas químicas en ese ataque, algo que siempre fue desmentido por el presidente sirio.

En el calendario de desarme, Siria tenía que inutilizar todos los equipos de producción de armas químicas el 1 de noviembre, un objetivo que se ha cumplido. A mediados de 2014, tendrá que haber destruido todo su arsenal de armas químicas.

REUTERS
 

Shandor

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El hambre como arma: la nueva táctica del régimen sirio para ganar la guerra
Las fuerzas leales a Al-Assad bloquean el ingreso de alimentos y medicamentos a los barrios controlados por los rebeldes


Un chico vende dulces en una calle de Aleppo, en el norte de Siria.
DAMASCO (Reuters).- Un agente de seguridad sirio llamó "Campaña de hambruna hasta la sumisión" al bloqueo del ingreso de alimentos y medicinas y al egreso de personas de las zonas sitiadas de Siria.
A lo largo de la guerra civil, las fuerzas leales al presidente Bashar al-Assad ya han utilizado la táctica de asedios parciales para extirpar a las fuerzas rebeldes de las áreas residenciales. Pero el reciente fortalecimiento de los bloqueos alrededor de zonas cercanas a la capital está causando hambruna y muerte, según informan los residentes y el personal médico a una periodista de Reuters, que mantuvo el anonimato por razones de seguridad.
A principios de este mes, en un puesto de control del ejército que separa el centro de Damasco, controlado por el gobierno, y los barrios suburbanos del Este, un adolescente delgado rodeó con su bicicleta a un soldado y le rogó que lo dejara llevar una bolsa de pan a los suburbios orientales. El soldado se negó, pero el chico siguió pidiendo "por lo menos un pan".
El soldado finalmente le gritó: "Ya te digo que no está permitido entrar ni un mordisco ahí adentro. Yo no hago las reglas. Gente que está por encima de nosotros y que nos está mirando ahora mismo las hace. Así que andate a tu casa". El soldado, visiblemente perturbado, respiró aliviado cuando el joven se fue.
El incidente ilustra el modo en que los bloqueos funcionan como un arma, en una guerra que se desprendió de las protestas prodemocráticas de mediados de 2011, y agravan la ya grave crisis humanitaria. Los bloqueos son empleados mayormente por el gobierno, pero también y en menor medida por la oposición armada.
Rara vez se permite que alimentos y medicamentos, que podrían ser utilizados por los bandos enfrentados, ingresen en las zonas sitiadas, y la entrada y salida de los individuos también está restringida.
Más de un millón de sirios están atrapados en zonas donde las entregas de ayuda humanitaria están detenidas, según Naciones Unidas.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios dijo el mes pasado en un informe que la mitad de esas personas está en las zonas rurales de Damasco y que alrededor de 310.000 personas más están atrapadas en la provincia de Homs, en Siria central.
En un puesto de control en el centro de Damasco, se le escuchó decir al oficial de seguridad conocido como Abu Haidar que prefieren llamarlo "Campaña de hambruna hasta la sumisión". Se trata de una frase cada vez más utilizada por los seguidores de Al-Assad en la capital.
El gobierno sirio no ha hecho comentarios sobre la acusación de usar el hambre como arma de guerra.
La posición del régimen sirio es que los vecinos "son rehenes de terroristas". Los trabajadores humanitarios dicen que se les niega el acceso a esas zonas. Ambos bandos usan los retenes para marcar territorio e impedir el movimiento de adversarios y combatientes enemigos.
Las ciudades tomadas por los rebeldes en el este, sur y oeste de Damasco están parcialmente sitiadas, y Abu Haidar dijo que el ejército ya comenzó a bloquear las ciudades de Qudsayya y Hameh, 15 minutos al Norte por ruta desde el centro de Damasco, en la cordillera Qasioun.
Los habitantes de esas dos ciudades dijeron a principios de este mes, el primer día de la festividad musulmana de Eid al-Adha, que a muchos se les impidió salir de la localidad para visitar a parientes de otros lugares.
Las chances de atravesar con éxito un puesto de control dependen del documento de identidad que uno tenga: a los empleados públicos y a los escolares a veces se los deja pasar. Los padres, en cambio, deben esperarlos de su lado.
La situación es grave para los vecinos de Mouadamiya, en el extremo sudoeste de los suburbios de Damasco, que está bajo sitio desde hace un año y ha sufrido ataque con armas químicas y un bombardeo constante.
La oposición dice que en Mouadamiya hay 12.000 personas que enfrentan actualmente la hambruna y la muerte. Cerca de un 90% de la localidad ha sido destruida, y quedan pocos médicos.
El vecino y activista de Qusair Zakarya dijo estar al tanto de que sólo este mes han muerto 12 mujeres y niños a causa de la hambruna, incluida la pequeña Dua al-Sheikh, de 7 años, única hija de sus padres.
Zakarya dijo que después de meses de vivir a base de arroz, cebada y trigo burgol que tenían acopiados, a las familias ahora les quedan apenas aceitunas y aceite de oliva para cubrir las tres comidas diarias.
Los civiles de las zonas sitiadas dicen que los granjeros se transforman en blanco cuando intentan levantar la cosecha a campo abierto. También dicen que el gobierno les prende fuego deliberadamente a las cosechas en los alrededores de Damasco y en la provincia de Homs.
En Mouadamiya, hace tiempo que la gente empezó a plantar rúcula en los pequeños parques de tierra que quedan entre los edificios, para evitar salir a campo abierto.
Y Zakarya agregó: "A veces la ensalada es de pasto, con aceitunas y aceite de oliva".
Detectan un brote de polio
La Organización Mundial de la Salud confirmó ayer 10 casos de polio en Siria, los primeros desde 1999, y alertó sobre el "alto riesgo" de que se extienda. Los casos se localizaron en el noreste del país y corresponden a menores de dos años que por la inseguridad y la precariedad de la zona nunca fueron vacunados.
la nacion
 

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Israel ataca en Siria misiles sofisticados destinados a Hizbulá
El Gobierno israelí opta por el silencio ante las informaciones iniciales en medios árabes y las posteriores declaraciones bajo el anonimato de fuentes norteamericanas sobre un ataque de su Ejército contra objetivos militares de Siria este miércoles.

Según fuentes de la Administración de Washington citadas esta noche por la cadena CNN, cazas de combate israelíes atacaron un objetivo militar cerca del puerto de la ciudad siria de Latakia.

El blanco del raid era un convoy de sofisticados misiles tierra-aire destinado al grupo chiÍ Hizbulá en el Líbano. Este partido-milicia proiraní es un aliado importante del régimen de Bashar Asad.

Horas antes de la información de la CNN, la cadena árabe Al Arabiya había afirmado que Israel había lanzado un ataque similar y con una misma finalidad en la zona de Damasco. Según sus fuentes, los misiles SA-8 (de fabricación rusa) fueron destruidos por completo.

Una línea roja muy sonora
La zona de la ciudad portuaria de Latakia es un punto estratégico e importante para Asad a nivel geográfico y militar. Sin olvidar que allí cuenta, en su lucha de supervivencia política contra los rebeldes, con gran apoyo debido a la presencia alauí.

Fuentes israelíes consultadas por EL MUNDO.es han declinado hacer comentarios. La misma respuesta cuando se informó- según fuentes sirias y libanesas- que la explosión en Latakia en la tarde del miércoles se debió a un disparo de misiles desde el mar.

No es la primera vez que Israel no confirma ni desmiente un supuesto ataque contra convoyes de armas a Hizbulá. Tampoco es la primera vez que la acusación procede de su gran aliado, Estados Unidos.

Silencio israelí con una línea roja muy sonora

Hace unos días, era refrendada por el ministro de Defensa, Moshe Yaalon. "Israel no está ni desea involucrarse en la guerra civil siria pero está atenta y preparada para garantizar la línea roja marcada sobre las armas que pueden llegar a los grupos terroristas", advertía en alusión al envío de armas sofisticadas a Hizbulá, su gran enemigo en el Líbano.

Gracias al suministro iraní y sirio, el grupo del jeque Hassan Nasralá dispone de decenas de misiles de medio y largo alcance. Hizbulá está centrado en una intensa asistencia militar a las tropas de Asad frente a los grupos armados rebeldes en Siria. La caída de Asad sería un golpe muy duro para Hizbulá.

Desde enero del 2013, se cree que la Fuerza Aérea israelí ha lanzado cuatro ataques como mínimo contra convoys, bases o depósitos que contenían avanzado arsenal (de fabricación iraní y rusa) en Siria. Solamente cuando el bombardeo y sus efectos resultados evidentes al producirse en la zona de la capital, el régimen de Asad no tuvo más remedio que denunciar la ofensiva y amenazar con una "dolorosa respuesta contra la retaguardia del enemigo sionista si comete otra agresión contra Siria".

http://www.elmundo.es/internacional/2013/10/31/5272bc5e61fd3d61798b4587.html
 

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Enviado de paz a Siria pide diálogo
El enviado de la ONU y la Liga Arabe a Siria concluyo el viernes una visita a Damasco y exhortó al gobierno y a la oposición a que asistan a una conferencia de paz en Ginebra, programada para más adelante este mes, aunque reconoció que la cita no puede concretarse si la oposición se niega a participar.

Lakhdar Brahimi, quien viajó a Siria a finales de un recorrido por el Medio Oriente para impulsar el apoyo regional a la conferencia de paz, pareció poco seguro de las perspectivas de la reunión.

"Sólo podremos decir que se concretó cuando así sea", dijo a los reporteros en Damasco, exhortando a ambas partes a cooperar.

Estados Unidos y Rusia presionan para que el gobierno y la oposición siria asistan a la conferencia de pesa. Más de 120.000 personas han perdido la vida en casi tres años de guerra civil, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo con sede en Gran Bretaña que observa de cerca la situación en el país a través de una red de activistas.

Brahimi advirtió que si la crisis se mantiene las consecuencias de la guerra pudieran afectar a la mitad de la población de Siria, que es de 23 millones de personas.

El enviado, que se reunió esta semana con el presidente Bashar Assad y grupos de oposición de Damasco, dijo que el gobierno sirio le confirmó que está dispuesto a asistir a la reunión.

Pero los grupos opositores, profundamente divididos, no han decidido si asistir a la conferencia de Ginebra.

AP
 

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Albania ofrece su territorio para destruir las armas químicas de Siria
Albania está dispuesta a recibir en su territorio los agentes tóxicos de las armas químicas sirias con el fin de destruirlos, aseguró hoy en una entrevista a Efe la nueva ministra de Defensa, Mimi Kodheli.

"Creo que todos tenemos la obligación -los países de la OTAN mucho más que los demás- de hacer posible la destrucción de armas químicas sirias, que son una amenaza no sólo para el pueblo sirio, sino también para cualquier país fronterizo o incluso más lejos de las fronteras de Siria", declaró Kodheli.

La ministra, de 49 años, opinó que es una obligación moral de las sociedades democráticas decidir cómo llevar a cabo la destrucción del arsenal químico sirio solicitada en la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el 28 de septiembre y cuyo uso está prohibido por convenios internacionales.

En cumplimiento de las resoluciones de la ONU, el Gobierno sirio de Bashar Al Asad anunció en los últimos días que ha destruido la infraestructura de producción de armas químicas, un hecho verificado por los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).

Sin embargo, los inspectores se enfrentan ahora al reto de destruir las reservas de armas químicas, que según el régimen ascienden a 1.000 toneladas, aunque otras fuentes elevan esa cantidad.

Ahora se busca un país voluntario que reciba el arsenal químico para su destrucción y, según la prensa internacional, Estados Unidos habría sondeado a Albania, Bélgica, Francia y Noruega, siendo este último país el único que ha denegado públicamente la petición.

En su entrevista con Efe, Kodheli desmintió que EEUU u otro país haya presentado una solicitud concreta al respecto, aunque renovó su disposición a que Albania sea utilizada para la destrucción del arsenal.

Pese a que el país balcánico se declaró limpio de armas químicas en 2007, tras destruir 16 toneladas de sustancias de este tipo heredadas de la época comunista, aún quedan en Qaf Molle, en las cercanías de Tirana, algunos contenedores que no han sido trasladados a un lugar seguro para su almacenamiento.

"Hay un proyecto conjunto de la OSCE y el anterior ministro de Defensa para reempaquetar y poner la sustancias en nuevos contenedores a modo de transportarlos fácilmente", añadió.

La idea para la destrucción del arsenal sirio sería ofrecer el territorio albanés para alojarlas y que se encargasen de ello empresas especializadas.

Kodheli, la primera mujer en la historia de Albania que dirige la Defensa, después de su partido ganara las elecciones del pasado junio, afirmó que su país seguirá siendo un factor de estabilidad en la región balcánica.

El país tiene desplegadas 50 tropas de combate que operan en el marco de la misión de seguridad ISAF en Afganistán, y unos 25 militares en la misión de la OTAN en Kosovo (KFOR) y Kodheli aseguró que seguirán siendo fieles a sus compromisos a pesar de su plan para reducir de 10.000 a 8.500 el número de militares del Ejército albanés.

"Permaneceremos en Afganistán después de que concluya la misión de ISAF en octubre del 2014 como parte integrante de las tropas que entrenan a las fuerzas de seguridad locales", afirmó.

Economista de profesión, Kodheli dijo que pese a la pésima situación económica derivada de la mala gestión de las finanzas públicas por el Gobierno anterior conservador, los recortes en el presupuesto del 2014 no afectarán a las "obligaciones" que mantiene Albania con la OTAN.

En realidad, subrayó Kodheli, los gastos anuales en Defensa han sido de entre el 0,80 % y 0,82 % del producto interno bruto (PIB), y no del 1,3 % como aseguraba el Gobierno anterior, mientras que los dirigentes de la OTAN reclaman un gasto del 2 %.

Entre las prioridades del nuevo Gobierno destaca la mejora de la gestión de todas las estructuras de las Fuerzas Armadas, el marco legal y la elaboración de la nueva Estrategia de la Seguridad y Defensa Nacional, ya que se opera con un documento de 2004, cinco años antes de que Albania ingresara en la OTAN.

Además se impulsará la lucha contra la corrupción dentro de las filas del Ejército -ya que se han detectado abusos de dinero público y en la concesión de grados- y se estimulará la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas.

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Las penurias de los sirios, cada vez más desesperantes
La guerra civil amenaza con hacer retroceder en décadas el desarrollo del país

DAMASCO.- Alrededor de cinco millones de sirios son actualmente refugiados dentro de su propio país, y muchos subsisten con lo mínimo en edificios abandonados, escuelas, mezquitas, plazas o hacinados en las casas de sus parientes. Otros están atrapados en barrios aislados por los bloqueos de los militares, fuera del alcance de los grupos de ayuda humanitaria.
El invierno se acerca y necesitan desesperadamente alimentos y remedios, y podrían llegar a sucumbir en un gran número a causa de la hambruna o el frío, advirtieron los trabajadores humanitarios.
La guerra civil ya empujó fuera de las fronteras del país a dos millones de sirios, pero más del doble de esa cifra enfrentan privaciones en sus hogares, y las víctimas siguen en aumento.
La profundización de la crisis humanitaria amenaza con hacer retroceder en décadas el desarrollo del país, y sobrepasa cualquier esfuerzo que pueda hacerse sin que se detenga el conflicto, según concuerdan voluntarios y analistas.
Sólo el costo de reemplazar los hogares y la infraestructura dañada está estimado en más de 30.000 millones de dólares. Más de la mitad de los hospitales del país fueron destruidos o están cerrados, y según la organización Save the Children, una quinta parte de las familias sirias se quedan sin comida durante una semana al mes.
Incluso en zonas relativamente seguras, una mirada atenta al bullicio de las calles revela a los desalojados ocupando cada rincón. En la ciudad costera de Latakia, miles de personas viven en los gimnasios y corredores de un polideportivo convertido en refugio estatal.
En la capital, Damasco, los recién llegados se apiñan en hoteles destartalados y edificios a medio construir. Frente a las puertas de las pocas panaderías que todavía funcionan se forman filas interminables. En algunos de los suburbios hay gente que confesó haber comido perros y gatos, y los imanes hasta emitieron un decreto en el que se dice que es lícito desde el punto de vista religioso.
Incluso quienes todavía viven en sus hogares sufren, mientras la inflación crece y la escasez de alimentos se profundiza, especialmente en zonas bloqueadas por el gobierno o los rebeldes. A muchos los enoja y desconcierta que no les haya llegado más ayuda del mundo exterior.
Un paquete de ayuda internacional de 1500 millones de dólares, llevado adelante en condiciones peligrosas y políticamente tensas por la ONU, la Media Luna Roja Árabe Siria y otras organizaciones sociales más chicas, suministra alimentos, escolaridad y medicamentos paliativos para millones de personas. Pero el programa está subfinanciado, cubre apenas una fracción de las necesidades, no llega a las personas de las zonas sitiadas y ni siquiera empezó a ocuparse del colapso de la infraestructura de salud, industria y educación.
"Si seguimos tratando esta crisis como si fuera un desastre de corto plazo y no como un arduo trabajo a largo plazo, la región enfrentará consecuencias aún peores", escribió Neal Keny-Guyer, director ejecutivo de la agencia humanitaria Mercy Corps, que pidió más financiamiento de Estados Unidos y un mayor énfasis en los proyectos de desarrollo a largo plazo, como la reparación del tendido y suministro de agua.
Algunos van más allá y dicen que la única acción humanitaria que tiene sentido ahora es terminar con la guerra. Omar Abdelaziz al-Hallaj, un asesor sirio independiente en temas de ayuda humanitaria, desarrollo y resolución de conflictos en la región, dijo a la Asociación Económica Libanesa que ahora hay que "pasar de salvar algunas vidas a salvar más vidas poniendo fin a la violencia".
Desintegración
La guerra, dijeron Al-Hallaj y otros funcionarios de la ONU en Siria, está desintegrando las estructuras administrativas y sociales a un ritmo que hace imposible suministrar ayuda humanitaria por más que estuviese el financiamiento, que de momento no está.
"Nadie donó jamás la magnitud de dinero que haría falta para ayudar a Siria", señaló Al-Hallaj.
Si la guerra continuara un año más, el asesor dijo que Siria "volverá al primer escalón del desarrollo, junto a países como Somalia y Yemen".
Barbara Atherly, jefa del programa de educación de Unicef para Siria, dijo que la agencia provee escolaridad a un millón de chicos, bajo la forma cada vez más frecuente del reparto de materiales educativos a las familias y comunidades para que organicen sus propias clases, ya que muchas escuelas fueron destruidas y los profesores se dispersaron.
Pero ya hace un año que dos millones de chicos no tienen acceso a una escolaridad formal, destacó Atherly, y agregó que, mientras la guerra continúe, "existe un riesgo real de que se pierda una generación completa de ciudadanos sirios".
Ataque aéreo de Israel
La fuerza aérea israelí atacó una base militar en la ciudad siria de Latakia, en la costa del Mediterráneo, para evitar un posible envío de armas al grupo terrorista libanesa Hezbollah, informó ayer la cadena CNN, que citó fuentes del gobierno de Estados Unidos.
Según el informe, las autoridades israelíes -que no confirmaron el ataque- consideraron que se preparaba un envío de armas que contenía un "equipo sofisticado" de misiles tierra-aire.
Por su parte, la cadena Al-Arabiya, de Emiratos Árabes Unidos, informó que la aviación israelí lanzó dos bombardeos en las cercanías de Damasco y Latakia contra cargamentos de misiles
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Líbano detiene a sirio por ataque en Trípoli
El ejército libanés detuvo a un sirio armado ante la sospecha de que formó parte de un grupo que atacó un autobús en una inestable ciudad del norte del país e hirió a seis personas.

Un comunicado de las fuerzas armadas del país publicado el domingo en el servicio oficial de noticias del Líbano indicó que soldados detuvieron a un sirio que sospechaban estaba detrás del atentado sucedido un día antes en el vecindario de Trípoli predominantemente suní. Los seis hombres lesionados provienen de un vecindario de mayoría alauita.

Trípoli ha sido testigo de intensos enfrentamientos entre facciones libanesas que apoyan bandos opuestos en el conflicto de Siria. El ataque del sábado generó los temores de que más de dos años de choques entre rebeldes suníes musulmanes y seguidores del presidente Bashar Assad, que es alauita, reiniciarían la explosiva mezcla sectaria del Líbano.

La guerra civil libanesa de 15 años terminó en 1990.

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En medio de la guerra, levantan en Siria un enorme Cristo de bronce


Con los brazos abiertos. La estatua tiene más de 12 metros de altura./AP
En medio de un conflicto cargado de sectarismo, una enorme estatua de bronce de Jesús ha sido erigida en una montaña siria, al parecer bajo el amparo de una tregua entre tres facciones de la guerra civil.

Jesús permanece de pie, con los brazos extendidos, en el monte Cherubim, por encima de una ruta que los peregrinos tomaban de Constantinopla a Jerusalén en tiempos antiguos. La estatua mide 12,3 metros de altura y está sobre una base que eleva esa altura a 32 metros, según calculan los organizadores del proyecto.
Que la estatua haya llegado a Siria y haya sido instalada sin incidentes el 14 de octubre es algo extraordinario. El proyecto tomó ocho años y fue retrasado por la guerra civil que siguió a la sublevación de marzo del 2011 contra el presidente Bashar al Assad.
Cristianos y otras minorías son blancos de ataques en el conflicto, y la seguridad de la estatua no está para nada garantizada. Se encuentra en medio de aldeas en las que algunos milicianos, vinculados con Al Qaeda, tienen poca simpatía por los cristianos.
Entonces, ¿por qué erigir una estatua de Cristo en medio de tantos contratiempos y peligros? Porque “Jesús lo habría hecho’’, manifestó el organizador del santuario Samir al-Ghadban.
clarin
 

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Damasco: un espejismo de normalidad en el corazón de la guerra siria
Entre los muros de la capital sobreviven refugiados cristianos, musulmanes suníes y alauíes.
Nos adentramos en este bastión del régimen de Bachar el Asad, donde no cesa el ruido de la artillería y las patrullas de las milicias

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Solo el estruendo ocasional de los morteros y la artillería distantes rompe la melancólica melodía del laúd en el escenario. Los tiempos han cambiado y lo que antes fue un restaurante de paso obligado para turistas, extranjeros y nacionales, languidece hoy con unas pocas mesas ocupadas. A pesar de todo, los sirios sonríen. Es normal. Pocos lugares hay como el restaurante Abo Al-Ezz. Damasco regala uno de sus cielos nítidos. Tras los ventanales asoma la mezquita de los Omeyas. Abajo bulle el zoco, donde se venden ya pocos souvenires, pero uno encuentra cosas más prosaicas: ropa interior, pañuelos o jabones de Alepo. La capital siria se aferra a un espejismo de cotidianidad, sitiada por la guerra, empeñada en soñar con los débiles recuerdos del pasado.
“Siria era un lugar en el que una mujer como yo podía decidir si quería llevar velo o no”, cuenta Nabila Hadi, de 37 años, sentada a una mesa junto a una amiga. “Siria era…”, así comienzan a narrar muchos damascenos, como si el tiempo y el lugar en el que viven fuera cosa de otra era. Aquellos que quedan en la burbuja de relativa calma que es Damasco apoyan en su mayoría el régimen de Bachar el Asad, que aguanta desde marzo de 2011 el embiste de unos rebeldes que se levantaron con las primeras ráfagas de la primavera árabe. A Nabila no le asusta la guerra en sí. Hasta hace dos meses vivía cómodamente en los Emiratos Árabes Unidos, pero regresó para estar con a su madre, que se niega a abandonar Damasco a pesar de los coches bomba, los morteros, los puestos de control y el tenso silencio que se apodera de esta majestuosa ciudad de noche. “Lo que sí me da miedo es que vengan los otros y nos pongan a todas el velo”, dice.
Nabila no va tapada a pesar de ser musulmana suní. En eso, Damasco acabó siendo una capital única en el mundo islámico. El régimen de la familia El Asad, de confesión alauí, ha mantenido unida cuatro décadas una amalgama de religiones, sin dejarse dominar por ninguna. “No queremos convertirnos en Egipto. ¿Ha visto a alguna mujer recientemente en El Cairo sin velo? Allí, los islamistas avanzaron un extremismo que nada tiene que ver con la fe, que es una cuestión individual”, explica. Frente a ella, asiente su amiga Rima Hakim, peluquera, de 37 años, también con el cabello, rubio, descubierto. Su negocio aguanta, aunque con menos clientes. Mantiene unidos como puede los retazos de su vida antes de la guerra, como venir a comer al Abo Al-Ezz. “Las mujeres éramos libres. Puede que eso se esté acabando”, dice bajando la voz y señalando a otra mesa en la que varias mujeres con velo comen calladas junto a sus maridos.
El bando rebelde ha quedado fragmentado, cautivo de milicias yihadistas que cometen matanzas en nombre de la ley islámica. En Damasco no se encuentra a sirios que renieguen de El Asad. Es el bastión del régimen, y quienes disienten no hablan en alto, pues Siria es famosa aún por la ubicuidad de la Mujabarat, el servicio secreto.
Suerte tienen quienes aguantan con sus negocios. Muchas tiendas de antigüedades en la ciudad vieja siguen abiertas porque sus propietarios no tienen otra cosa en la que ocupar su tiempo. Hoy levantan las persianas, sacan su silla a la calle y ven el día pasar, unas veces plácidamente, otras sacudido por atentados.
Sam Darbouli, de 32 años, ha escapado en varias ocasiones de la muerte. Hace unos meses, un coche bomba estalló cuando pasaba por la céntrica plaza de Marjeh. La semana pasada evitó la explosión de los morteros por unos metros cuando acudía al gimnasio. Muchos de sus trayectos habituales han quedado en ruinas. Y se ha visto obligado a congelar el proyecto de su vida, Beit Chames, una lujosa casa de huéspedes abierta en 2009, que logró llenos constantes y alabanzas en las guías de viaje. Hoy ocupan las habitaciones sus padres y hermanos, que abandonaron sus hogares.
“Los últimos clientes se marcharon en abril de 2011”, dice con aire nostálgico. Su casa mantiene el color burdeos con el que pintó las paredes y el suntuoso mobiliario damasceno de madera y madreperla. La revuelta contra Bachar el Asad comenzó, con manifestaciones en el sur del país, en marzo de aquel año. Pronto las agencias de viaje empezaron a emitir recomendaciones en contra de viajar a Siria. Sam tenía el hotel completamente reservado hasta julio, pero todos los huéspedes cancelaron sus viajes. Hoy sueña con que el futuro le devuelva el pasado. “Teníamos seguridad y estabilidad. Nos sentíamos libres, no necesitábamos que vinieran a decirnos qué es la democracia”, dice.
Frente a Beit Chames queda un socavón y los restos de lo que parece un suntuoso palacio. Iba a ser un hotel Serena, una cadena propiedad del agá Jan, que quiso erigir allí un monumento residencial al lujo. Hoy quedan las excavaciones, unos restos más de la capital cosmopolita que Damasco creía ser; de aquellos años en los que el país se abría al mundo después de que Bachar el Asad heredara el poder tras la muerte de su padre en 2000. Llegó con él Asma, su mujer, nacida en Londres. La elegante primera dama se dejaba ver en exclusivos restaurantes y cultivaba la amistad del diseñador Christian Louboutin, quien venía a Siria a comprar seda para sus zapatos y acabó adquiriendo un palacio en Alepo, hoy abandonado en un bastión rebelde. Todas esas caras famosas han desaparecido.
Hace un tiempo que tampoco se ve a Abu Shadi, el contador de historias que cada tarde acudía al café Al Nofara, que se jacta de ser el más antiguo de la ciudad, en un callejón que lleva a la mezquita de los Omeyas. Con su fez rojo y su larga túnica, Abu Shadi narraba hazañas de olvidados reyes y valientes guerreros. Al acabar solía clavar una espada sobre una mesa, provocando el pánico en los extranjeros y la risa de los asiduos. Hoy, en Al Nofara los jóvenes fuman de la pipa de agua, pero no queda rastro de cuentos ni de turistas.
Atacada en verano por los yihadistas, muchos cristianos huyeron a Damasco. “Mis familiares vinieron a quedarse con nosotros y asumen que no podrán volver en un tiempo”, dice. La guerra ha obligado a abandonar sus hogares a seis millones de personas. Dos millones se han refugiado en el extranjero.
Los cristianos recuerdan que cuando comenzaron las revueltas, apoyadas sobre todo por suníes, en las mezquitas se gritaba: “¡Los cristianos, a Beirut, y los alauíes, a la tumba!”. “Cuando vieron que no nos íbamos, cambiaron la frase y comenzaron a decir que alauíes y cristianos deberíamos ir a la tumba”, recuerda el padre ortodoxo Gabriel Daoud, de 36 años, en su iglesia, la de San Jorge, en el barrio cristiano de Bab Tuma. En sus dependencias duermen desplazados de Malula. Sobre la fachada, un cartel muestra fotos de los obispos Boulos Yazigi y Yuhanna Ibrahim, secuestrados por los rebeldes en abril. Nada se sabe de ellos.
Los cristianos de Damasco sienten que la historia les ha devuelto a aquellos años que recuerdan de los libros de historia, en los que su comunidad era perseguida, cuando su credo se abría camino en el mundo y se reforzaba precisamente en lugares como la actual Siria, donde Pablo de Tarso se convirtió a la fe de Jesucristo. El padre Daoud habla hoy de exterminio, de terrorismo, de limpieza religiosa por parte de los opositores. Lo hace sin miedo, a pesar de las amenazas que ha recibido por carta y por teléfono. “Tras la guerra de Irak han desaparecido de allí los cristianos. En Egipto son también perseguidos. Somos los siguientes”, dice. “Los terroristas”, añade, en referencia a los opositores, “no conocen a Dios. Solo creen en derramar sangre, en matar, no aceptan a nadie que piense distinto a ellos”.
Las explosiones sacuden ocasionalmente este barrio de Bab Tuma. El último atentado mató en junio a cuatro personas. Controlan las calles civiles armados que operan con la aquiescencia del Gobierno. Siguen a quienes consideran sospechosos, inspeccionan mochilas y bolsos, montan puestos de control y barricadas. Damasco no puede negar que está en guerra. Por mucho que sus habitantes se aferren a su espejismo de normalidad, la contienda se filtra insidiosa en la vida cotidiana con sus barricadas, sus detectores de bombas, los soldados en la calle y las explosiones. De noche se las oye más claro, y desde las terrazas se ve en el cielo el resplandor del fuego de artillería procedente del monte Casium, la fortaleza del régimen donde reside el presidente.
El 21 de agosto, un ataque con misiles cargados con gas sarín, un arma química altamente tóxica, golpeó esta y otras zonas. Estados Unidos dice haber contado 1.429 muertos, 426 de ellos niños, y responsabiliza al régimen, que niega su implicación. Una misión de la ONU ha recabado pruebas irrefutables del ataque, pero sin atribuir la autoría a ningún bando. Estos días, una misión conjunta de la ONU y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas se halla en Damasco supervisando la destrucción de arsenales químicos a la que se ha comprometido El Asad.
De los horrores de Muadamia huyó el año pasado Bachar Shahin, de 42 años. Llegó a Damasco, donde trabajaba como guía en el museo nacional, aprovechando su excelente inglés. Los jardines del edificio siguen abiertos, con algunas obras arqueológicas al aire libre. Pero los verdaderos tesoros, como el alfabeto más antiguo del mundo, están en los sótanos de edificios públicos por miedo a que sean dañados. Los únicos en visitar estos jardines son estudiantes. Bachar, sin casa, duerme en el museo. Ha enviado a su mujer y dos hijos a Azerbayán. Y muestra su decepción con la revolución: “Al principio había gente que apoyaba a los rebeldes”, cuenta. “Decían que buscaban la libertad. Pero si querían democracia, ¿por qué matan a civiles? ¿Por qué destrozaron mi casa? ¿Por qué me han dejado sin hogar?”.
Muchos se hacen las mismas preguntas, incluso los que proceden de bastiones rebeldes como Homs. De allí huyó Sahar Turkmani, de 53 años, dejándolo todo atrás. Vino a Damasco con su marido y Asma, de 14 años, la más joven de sus 10 hijos. El padre de familia murió hace ocho meses. Dice Sahar que se le paró el corazón tras tanto sufrimiento. Ella y Asma viven en una escuela en el distrito de Mezzeh, convertida en un centro de refugiados. Las aulas han sido minuciosamente divididas con paredes de fina madera para crear un laberinto de hogares que habitan 260 personas. Madre e hija comen y duermen en el suelo, sobre unos delgados colchones. Tienen un hornillo y junto a la ventana guardan prendas y accesorios que cosen y venden para sacar algo de dinero.
“Solo podemos sentir gratitud por el Gobierno”, dice Sahar, su cabello cubierto por un velo negro. “En Homs vivíamos con miedo. Aquí por lo menos tenemos seguridad. Podemos salir a la calle a comer un helado incluso hasta las diez de la noche”. Estos refugiados desafían también la idea generalizada de que Siria vive una ofensiva de una mayoría musulmana suní contra las minorías imperantes. Tanto Sahar como la práctica totalidad de los residentes de este centro son suníes. La curiosidad que pudieran sentir por aquellas promesas de democracia y libertad de los opositores ha dado paso a una clara voluntad de recobrar la seguridad y la estabilidad perdidas hace largo tiempo.
“No hay piedad en el bando rebelde”, dice con amargura Abdel Azi Nahar, de 70 años, que era imán, también suní, en su mezquita en Berzé, en las afueras de Damasco. Cometió la ofensa de tratar de mediar entre el Gobierno y los rebeldes en una conferencia de paz interna, y quedó marcado. Le robaron el dinero de la mezquita. Le afeitaron la barba. Le secuestraron dos veces. Cuando a su hijo Mohamed, de 18 años, un francotirador le plantó una bala cerca del ojo, hiriéndole de gravedad, decidió buscar refugio en Damasco. “Los que nos hicieron estas cosas son extranjeros, son chechenos e iraquíes, son Al Qaeda. Nada tienen que ver con el islam. No quieren paz”, dice.
Hafez el Asad en los años sesenta y setenta del siglo pasado. El Asad procedía de la villa alauí de Qurdaha, en el noroeste. Para consolidar su poder colocó en el Gobierno y la cúpula militar a personas de su clan. Hoy son 2,5 millones, algo más de un 10% de la población, y el objetivo principal de las milicias rebeldes.
Munir, de 19 años, esconde su credo con una cruz en el cuello para fingir que es cristiano. “Mi madre me lo ha pedido. Cree que si me capturan los terroristas, es menos probable que maten a un cristiano que a un alauí”, dice. Pide que no se revele su apellido por temor a exponer a su familia, parte de la cual ha huido a Líbano. Está de regreso en Damasco, tras haber servido siete meses en el ejército y haber quedado gravemente herido en la pierna derecha en un enfrentamiento en Homs. Aunque aún cojea, ha solicitado volver a filas. “Si no logro volver al ejército, intentaré ingresar en la Fuerza de Defensa Nacional”, dice, en referencia a una milicia paramilitar apoyada por el Gobierno, compuesta mayoritariamente por alauíes, a la que los opositores acusan de excesos y crímenes de guerra, como la ejecución de 450 civiles, en su mayoría suníes, en las afueras de la localidad de Banias, en mayo.
Munir no defiende a ultranza al presidente. “No luchamos solo por Bachar”, dice. “Hizo cosas mal. No supo gestionar esta crisis al principio. Pero ya da igual. Ahora luchamos porque nuestros hermanos han sido asesinados, porque los terroristas se dedican a cazar alauíes, porque si se les deja gobernar harán lo posible por exterminarnos”. Más que un régimen, en Siria todo un sistema de intereses y comunidades resiste la embestida rebelde. Mientras, Munir hace lo que cualquier joven: acude con amigos de su credo a Pages, un café en el centro que podría estar en el Soho neoyorquino.
Algunos lujos se mantienen en Damasco. Hay discotecas abiertas. En el centro comercial Boulevard, varios comercios venden ropa de marca y gafas de diseñador. El esqueleto de lo que era un Zara, aún con sus carteles, vende hoy ropa hecha en Siria. Y en el último piso del Cham Palace, un hotel mítico y de un glamour añejo, aún se mueve un restaurante giratorio con vistas panorámicas. De noche, sin embargo, se ve una ciudad callada y tensa, despertada a intervalos por las luces y el estruendo de una guerra que, tozuda, llama a la puerta
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Siria: Israel se hace cargo de molestas baterías SAM


Israel lanzó ataques sobre sitios misiles de defensa costera en Siria


Los sitios de misiles bombardeados cerca de la costa de Latakia

Las autoridades estadounidenses han confirmado que Israel atacó sitios de misiles costeros sirios el miércoles, según informa CNN.
El sitio supuestamente contenía sistemas de misiles superficie-aire de fabricación rusa que se supone estaba que programada para su entrega a Hezbolá en el Líbano.

Los ataques se llevaron a cabo contra misiles antiaéreos SA-8, el Times of Israel informó. El sistema SA-8 es montado en un camión y de gran movilidad, pero es más baja altitud y de corto alcance.

El Times de Israel y el Jerusalem Post, citando imágenes de satélite obtenidas por el Canal 2, informa que los misiles antiaéreos tierra-aire de fabricación rusa Neva S-125 y baterías de misiles SA-3 - que también incluye un centro de control con radar y antenas para rastrear los misiles y sus objetivos - se observaron en la zona Latakia.

Los misiles S-125 tienen una autonomía de hasta 9 kilómetros y están equipados para derribar pequeñas aeronaves a baja a media altura. Ellos fueron uno de los favoritos de los egipcios en la guerra de Yom Kipper, y de los iraquíes durante la primera Guerra del Golfo, The Times señaló.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó de una fuerte explosión en una base del ejército sirio y un funcionario de seguridad de Siria confirmó que había un ataque.

The Times of Israel citó a usuarios de Twitter que dijeron que la explosión ocurrió cerca Snobar Jableh, al sur de Latakia.

El sitio de noticias pro- régimen sirio toma Dam Press informó que el sitio estaba muy dañado, pero no hubo heridos.

Fuentes de noticias de Siria, Líbano, e Israel especularon que Israel llevó a cabo el ataque desde el Mediterráneo. El subreddit r / syriancivilwar tiene un resumen de todos los informes.

Fuentes de Arutz Sheva en Siria y el Líbano culparon a Israel por el ataque.

La agencia de noticias del gobierno libanés informó que seis aviones israelíes volaron por el espacio aéreo libanés a lo largo de la costa norte de Beirut el miércoles.


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El usuario de Twitter @ RamiAlLolah primero informó que se había producido un ataque, diciendo que un misil el mar fue visto golpeando las instalaciones y observaron a aviones israelíes entrando en el espacio aéreo libanés al principio del día.
"Durante la noche, nos dimos cuenta de que había mucha actividad de aviones", dijo un testigo a una cadena de noticias libanesa Al-Mustaqbal." En un momento dado, nos despertó por el sonido de las explosiones y vimos un gran fuego y muchas explosiones en el instituto agrícola. Militares y fuerzas de seguridad llegaron al lugar, apagaron las llamas, y bloquearon el área entera por kilómetros".

Israel ha sido sospechado de bombardear los envíos de misiles con bombas sospechosos de llegar al grupo de servidores pro-iraníes de Hezbollah en el Líbano al menos cinco veces desde enero.

Aquí está un mapa de toda la región. La (A) indica el puerto de Tartous, que es el sitio del único resto de la base militar internacional de Rusia fuera de la ex Unión Soviética.


Los ataques llegan después de que se cayó un acuerdo para que Rusia actualizara los misiles tierra-aire S300 de Siria, una versión de largo alcance, de gran altura capaz de derribar un avión civil.

Business Insider
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Los ataques llegan después de que se cayó un acuerdo para que Rusia actualizara los misiles tierra-aire S300 de Siria, una versión de largo alcance, de gran altura capaz de derribar un avión civil.

¿Ehh?
 
Ah. Que alivio. Yo le iba a recomendar que no compara pasajes.
Pero si ya los compro... disfrute de los fuegos artificiales.
 
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