El asedio a Kobane arroja ya más de 1.000 víctimas mortales
El cerco a la ciudad kurdo siria de Kobane -también conocida como Ain al Arab- cumple medio centenar de días arrojando un balance de víctimas atroz: más de 1.000 muertos según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. De acuerdo con el organismo, la mayoría de finados son yihadistas del Estado Islámico (IS, en siglas inglesas).
"Al menos 1.013 personas han muerto en la batalla por Ain al Arab desde el inicio de la ofensiva hasta anoche [por anteayer por la noche ]", informó ayer el comunicado emitido por el Observatorio, basado en Londres, que recoge datos a partir de una red de activistas sobre el terreno. De estos 1.000, contó 609 militantes del IS, 363 miembros de las custodias Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y 16 voluntarios kurdos, además de 24 civiles.
Sobre el terreno, a pesar de la reciente llegada de docenas de soldados kurdoiraquíes 'peshmergas' y de milicianos rebeldes del Ejército Libre de Siria (ELS) -uno de los cuales figura entre los finados-, la lucha sigue fiera y sin avances significativos.
"El IS todavía está golpeando. Los peshmergas, en la retaguardia, responden con fuego de mortero y cohetes", explica a EL MUNDO Ahmed Deeb, portavoz de las YPG. "En las últimas horas las YPG han recuperado un barrio, pero todo va muy lento", lamenta.
La cruenta guerra de Siria
El reguero de muertos provocados por la guerra de Siria, iniciada en 2011 y que ya acumula más de 191.000 vidas, prosiguió en otros puntos del país. Helicópteros del Gobierno sirio tiraron barriles de dinamita ayer por la tarde sobre Al Bab, sita al noreste de Alepo y controlada por el IS. Mataron a 21 personas, entre ellas un niño. El Observatorio también ha dado cuenta, con anterioridad, de unos 10 civiles muertos por bombardeos de la coalición anti IS.
En el mismo día, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, se citó en Damasco con el ministro de Exteriores de la Administración de Bashar Asad, Walid Mualem. Es su segunda visita desde que de Mistura tomó el cargo el julio pasado. Su objetivo, entre otros, es acordar un plan de ceses al fuego locales. Ardua tarea que por ahora no despierta expectativa de éxito alguna.
Mientras tanto, en Irak, soldados del Gobierno iraquí se adentraron en la ciudad norteña de Baiji, de 200.000 habitantes. Cerca se encuentra la mayor refinería del país, cercada por los yihadistas desde hace cinco meses. A fin de romper el asedio, los militares de Bagdad penetraron por el sur y el oeste. Según testigos, alcanzaron el centro de la localidad.
El medio pro kurdo 'Rudaw' publicó ayer que fuerzas kurdo iraquíes están arrestando a cientos de militantes del Estado Islámico que intentan entrar en suelo kurdo. Muchos a través de puestos de control y con identificaciones falsas. 'Rudaw' los cita como "desertores" y añade que algunos llegan heridos o alegando enfermedad. "Estos combatientes escapan a Kirkuk -bajo control de tropas kurdas- y cada uno vierte sus excusas" para quedarse, explica Idris Riffat, responsable de Seguridad de esa ciudad.
Infiltrados entre el enemigo
Una de las tácticas corrientes empleadas por el IS en sus ofensivas ha sido la de infiltrarse en el enemigo, bien empleando sus uniformes y símbolos o adentrándose sigilosamente para golpear en la retaguardia. Por eso, el jefe policial de la zona aledaña a Kirkuk, Sarhad Abdulqadir, ha admitido el encarcelamiento de los sospechosos "bajo el artículo 4 de la ley antiterrorista" y "a la espera de juicio".
También contribuye al incipiente retroceso del IS, según 'Rudaw', el levantamiento contra el califato de algunos clanes árabes suníes de la zona. No hace mucho el IS ejecutó algunos críticos de estos grupos cerca de Kirkuk por rechazar el pago de tasas abusivas y aceptar las imposiciones yihadistas. Hace un mes, 322 relativos de la tribu Albu Nimr fueron abatidos en las proximidades de Bagdad por negarse a acatar la autoridad del IS.
http://www.elmundo.es/internacional/2014/11/10/545fa2bc22601d982e8b457a.html