Salmán ordena a la Guardia Nacional saudí unirse a la campaña en Yemen
Dos ataques aéreos dejan al menos 40 muertos, la mayoría civiles, y decenas de heridos
Ángeles Espinosa Dubái
21 ABR 2015 - 19:18 CEST
Un hombre en su casa destruida por un bombardeo, este lunes en Saná (Yemen). / MOHAMED AL-SAYAGHI (REUTERS)
El rey Salmán de Arabia Saudí ha ordenado este martes a la Guardia Nacional que se sume a las operaciones militares contra
los rebeldes Huthi en Yemen. El recurso a ese cuerpo, independiente del Ejército y considerado la fuerza de tierra mejor equipada del reino, se produce cuando van a cumplirse
cuatro semanas de bombardeos sin haber logrado la rendición de la milicia yemení.
“Todos los sectores de la Guardia Nacional están preparados para participar en la Operación Tormenta Decisiva junto con el Ejército”,
declaró el príncipe Miteb Bin Abdalá, jefe de esa fuerza, durante la visita a una de sus bases en Riad. El responsable también alabó la buena actuación de las Fuerzas Armadas saudíes al frente de una coalición de países árabes.
El anuncio se produce el mismo día en que al menos 40 personas, la mayoría de ellas, civiles, han muerto en dos ataques aéreos, según han asegurado fuentes médicas a Reuters, que han indicado que también hay decenas de heridos. Uno de los bombardeos iba dirigido a un puente en la provincia de Ibb por el que pasaban rebeldes Huthis, según han afirmado algunos residentes. Murieron al menos 20 personas, la mayoría civiles. El segundo ataque se dirigió contra un edificio de seguridad en la ciudad de Haradh, cerca de la frontera yemení con Arabia Saudí, y en él murieron 13 civiles y siete soldados.
Hasta ahora la campaña militar ha estado en manos de la fuerza aérea y de las fuerzas terrestres del Ejército, que responden al Ministerio de Defensa. La Guardia Nacional, que cuenta con unos cien mil efectivos, depende de su propio ministerio, al frente del cual se encuentra desde 2010 Miteb, hijo del
fallecido rey Abdalá, quien la dirigió durante las tres décadas anteriores.
“Es una decisión tanto política como militar”, asegura a EL PAÍS Theodore Karasik, un analista de Dubái especializado en asuntos saudíes. “Por un lado, el príncipe Miteb ha tratado de distanciarse de Mohamed Bin Salmán y el rey le obliga así a alinearse en ese campo”, explica en referencia al hijo favorito del monarca y
ministro de Defensa a quien muchos observadores
atribuyen la intervención en Yemen. El componente militar se basa en la misión de la propia Guardia, una fuerza de base tribal para hacer frente a las amenazas internas. “Existe una creciente posibilidad de violencia relacionada con los Huthi dentro del reino; así que [ese cuerpo] tiene que ser parte de la ecuación”, estima Karasik.
De hecho, los medios saudíes se han hecho eco esta semana de un
aumento de la seguridad en torno a infraestructuras petroleras y grandes superficies debido a amenazas. “Hay información sobre un posible ataque contra un centro comercial o las instalaciones de Aramco [la empresa nacional de petróleo]”, ha declarado el general Mansur al Turki, portavoz del Ministerio del Interior.
Además de encabezar la campaña contra los Huthi en Yemen, Arabia Saudí también forma parte de la coalición de EE. UU. contra el Estado Islámico, aunque como el resto de los países árabes sólo bombardea posiciones de ese grupo en Siria, no en Irak. En los últimos meses, se han producido varios incidentes, aparentemente inconexos de ataques a ciudadanos occidentales y a policías en Riad, la capital saudí, y en la Provincia Oriental.
El Ministerio de Exteriores de España considera que
“el riesgo de ataques contra objetivos occidentales, incluidos los españoles, es muy alto”. Por lo tanto, desaconseja viajar a Arabia Saudí salvo por razones de necesidad. En concreto, recomienda evitar las zonas fronterizas con Irak, Yemen y Jordania, así como los desplazamientos a la Provincia Oriental. Estados Unidos, por su parte, cerró sus consulados durante una semana el pasado marzo.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/04/21/actualidad/1429626150_815907.html