Es un poco off topic, pero sabian esto ???
El Gobierno gastó un dineral en fusiles que ahora no puede usar
(La Paz - La Razón)
La munición es muy cara. Ni los fabricantes israelíes usan este tipo de Galil en el conflicto con Palestina. El problema es el calibre 5.56. La medida convencional es 7.62.
La compra de los fusiles Galil fue un tiro por la culata. Cerca de 10.000 armas que adquirió el Gobierno, por una suma total de 11 millones de dólares, están en los cajones del depósito por falta de munición.
Las cotizaciones se disparan cuando las autoridades militares hacen números para intentar proveerse de las balas originales que se fabrican en Israel.
El problema es que el modelo que compró el Ministerio de Defensa, en la gestión de Fernando Kieffer, es de calibre 5.56. Las balas convencionales que usan las Fuerzas Armadas de Bolivia son de calibre 7.62.
“Los fusiles Galil los tenemos en stand bye. No estamos utilizando... No tenemos munición para el Galil y ese armamento está prácticamente almacenado, inutilizado en este momento, y no ha sido de ninguna utilidad para el Ejército”, confirmó el comandante de esa fuerza, general Juan Hurtado Rosales.
“No tenemos munición, porque se necesita munición de fábrica, munición verdadera. Mientras no nos doten de la munición original, ese armamento lo vamos a tener en reserva”.
Según el general Hurtado, el peligro de usar otras balas que no sean las originales tiene el riesgo de causar daños irreversibles en el armamento.
Desde la adquisición de los fusiles Galil han pasado cuatro años. Mientras otras fuerzas militares de la región renuevan su tecnología, la que compró el Gobierno “se está pasando de moda”.
El Comandante del Ejército dejó constancia de que, en la práctica, hace 22 años que las Fuerzas Armadas no reciben un repotenciamiento de sus armas ni de su parque automotor.
Los fusiles que compró el Estado costaron, por unidad, 1.100 dólares. El monto total de la transacción fue de 11 millones de dólares. El proveedor fue Mario Asbún, de la empresa Armor Holding. Esta redacción intentó conversar con él, pero sus allegados dijeron que estaba de viaje y que tardaría en volver.
El 2001, este mismo empresario fue el que vendió al Ministerio de Gobierno un lote de material antimotines por un costo de dos millones de dólares.
De todo el arsenal de los fusiles israelíes, 8.000 armas fueron entregadas al Ejército, 1.000 a la Fuerza Aérea y 1.000 a la Fuerza Naval, de acuerdo al detalle del Ministerio de Defensa.
Cuando ese arsenal fue importado, llegó con algunas municiones de prueba.
Según una fuente militar, las balas que luego se cotizaron fueron de industria china, de menor calidad, pero a menor precio. “El costo del millar de municiones es de 1.317 (bolivianos). Es de industria China. El proveedor original debe estar doblando este precio, debe estar alrededor de 2.500 (bolivianos). Pero lo original siempre es mejor. Nosotros buscamos lo más económico, lo que esté al alcance de nuestro presupuesto, sin querer decir que compramos lo peor”.
Las Fuerzas Armadas de Bolivia tienen su propia fábrica de municiones en Cochabamba, pero sus equipos no son adecuados para fabricar el calibre 5.56.
Su producción está limitada a proveer balas para los fusiles Fal (7.62). Por cada mil su costo no pasa de 200 bolivianos.
Una autoridad castrense dijo que no se puede modificar el calibre de los fusiles, pero está en estudio la posibilidad de adaptar equipos de fabricación de municiones a la medida de los Galil.
Otro militar que pidió no ser identificado confirmó esa versión. “Hace algunos años queríamos convertir nuestra planta de fabricación porque los países empezaron a usar el calibre 5.56, pero los costos eran muy altos. Esa transformación costaba cerca de un millón de dólares. Tal vez ahora se puedan conseguir esos equipos de 300 a 400 mil dólares”.
Un oficial precisó que varios fusiles Galil fueron entregados a las tropas de las Fuerzas Especiales. Algunas de sus unidades son el Ranger de Challapata, Ranger de Santa Cruz, Cite en Cochabamba y otra unidad en Trinidad.
De acuerdo con los datos técnicos proporcionados por el experto en fusiles José Samuel Montaño, los Galil son fabricados por las Industrias Militares de Israel. Puede efectuar entre 630 y 700 disparos por minuto.
El uso del cañón tiene una capacidad de 25.000 a 30.000 disparos. El impacto es efectivo entre 500 y 800 metros. La vida útil oscila entre 10 y 15 años.
El armamento fue diseñado para el desierto
Combate • Los fusiles Galil intentaron reemplazar a los AK-47, de industria rusa.
Durante el conflicto bélico entre árabes e israelíes de 1997, los fusiles AK-47 demostraron ser más resistentes porque disparaban aun en medio de tormentas de arena y tenían mayor capacidad de fuego.
De ahí surgió el fusil Galil de calibre 5.56, una imitación israelí del arsenal ruso, con el que también se intentó desplazar en el desierto a las armas FAL 7.62.
José Samuel Montaño, experto en armamento, sostiene que “al igual que en la guerra del Vietnam, en varias ocasiones, los soldados de Israel tiraban a un lado sus fusiles para ***** los AK-47, capturados a los árabes, y con ellos seguían combatiendo”.
En realidad, dice Montaño, el diseño de esas armas no dio resultado. Israel tuvo que mejorar las versiones del fusil de asalto estadounidense M-16 y relegar el Galil sólo para equipar unidades de apoyo y de segunda línea en el combate.
“Posteriormente, Industrias Militares de Israel trató de mejorar los fusiles Galil, pero sus versiones no tuvieron mucho éxito en ventas en los ejércitos más experimentados”.
Algunos países del Tercer Mundo, particularmente en América Latina, pidieron la provisión de esas armas.
Entre los compradores están Guatemala, Perú y Chile, pero este último país los cambió por los fusiles SIG de fabricación Suiza, “produciéndolos luego bajo licencia”.
La Guardia Nacional de Nicaragua, durante el régimen de Anastasio Somoza, adquirió los Galil, pero cuando subieron los sandinistas al poder los reemplazaron por los AK-47.
Montaño señala que Colombia también usa esas armas en su conflicto interno.
En América, Asia, Europa y Australia, el Galil 5.56 “ha sido el gran perdedor en las distintas competencias y evaluaciones a las que ha sido sometido por los ejércitos profesionales”.
Potencialidades del arma israelí
Información técnica • Una proveedora de armas ofrece datos técnicos sobre armamento en la página de internet http://aster./espana.es/aster/library/galil.htm. donde el usuario Francisco Adolfo Jiménez Baracaldo hace comparaciones.
Ventajas • Su limpieza es sencilla y su armado y desarmado se puede hacer en tiempo corto. Es confiable si tiene un buen mantenimiento. Es preciso en el impacto. Sólo se traba con cartuchos defectuosos y su culata es plegable.
Desventajas • Es frágil si se le da mal uso. Tiene problemas cuando entra agua en su interior. Resulta muy difícil limpiar el interior de la caja de mecanismos. La mira delantera se rompe con facilidad. No resiste las granadas de fusil. El seguro no es confiable.
Willy
El Gobierno gastó un dineral en fusiles que ahora no puede usar
(La Paz - La Razón)
La munición es muy cara. Ni los fabricantes israelíes usan este tipo de Galil en el conflicto con Palestina. El problema es el calibre 5.56. La medida convencional es 7.62.
La compra de los fusiles Galil fue un tiro por la culata. Cerca de 10.000 armas que adquirió el Gobierno, por una suma total de 11 millones de dólares, están en los cajones del depósito por falta de munición.
Las cotizaciones se disparan cuando las autoridades militares hacen números para intentar proveerse de las balas originales que se fabrican en Israel.
El problema es que el modelo que compró el Ministerio de Defensa, en la gestión de Fernando Kieffer, es de calibre 5.56. Las balas convencionales que usan las Fuerzas Armadas de Bolivia son de calibre 7.62.
“Los fusiles Galil los tenemos en stand bye. No estamos utilizando... No tenemos munición para el Galil y ese armamento está prácticamente almacenado, inutilizado en este momento, y no ha sido de ninguna utilidad para el Ejército”, confirmó el comandante de esa fuerza, general Juan Hurtado Rosales.
“No tenemos munición, porque se necesita munición de fábrica, munición verdadera. Mientras no nos doten de la munición original, ese armamento lo vamos a tener en reserva”.
Según el general Hurtado, el peligro de usar otras balas que no sean las originales tiene el riesgo de causar daños irreversibles en el armamento.
Desde la adquisición de los fusiles Galil han pasado cuatro años. Mientras otras fuerzas militares de la región renuevan su tecnología, la que compró el Gobierno “se está pasando de moda”.
El Comandante del Ejército dejó constancia de que, en la práctica, hace 22 años que las Fuerzas Armadas no reciben un repotenciamiento de sus armas ni de su parque automotor.
Los fusiles que compró el Estado costaron, por unidad, 1.100 dólares. El monto total de la transacción fue de 11 millones de dólares. El proveedor fue Mario Asbún, de la empresa Armor Holding. Esta redacción intentó conversar con él, pero sus allegados dijeron que estaba de viaje y que tardaría en volver.
El 2001, este mismo empresario fue el que vendió al Ministerio de Gobierno un lote de material antimotines por un costo de dos millones de dólares.
De todo el arsenal de los fusiles israelíes, 8.000 armas fueron entregadas al Ejército, 1.000 a la Fuerza Aérea y 1.000 a la Fuerza Naval, de acuerdo al detalle del Ministerio de Defensa.
Cuando ese arsenal fue importado, llegó con algunas municiones de prueba.
Según una fuente militar, las balas que luego se cotizaron fueron de industria china, de menor calidad, pero a menor precio. “El costo del millar de municiones es de 1.317 (bolivianos). Es de industria China. El proveedor original debe estar doblando este precio, debe estar alrededor de 2.500 (bolivianos). Pero lo original siempre es mejor. Nosotros buscamos lo más económico, lo que esté al alcance de nuestro presupuesto, sin querer decir que compramos lo peor”.
Las Fuerzas Armadas de Bolivia tienen su propia fábrica de municiones en Cochabamba, pero sus equipos no son adecuados para fabricar el calibre 5.56.
Su producción está limitada a proveer balas para los fusiles Fal (7.62). Por cada mil su costo no pasa de 200 bolivianos.
Una autoridad castrense dijo que no se puede modificar el calibre de los fusiles, pero está en estudio la posibilidad de adaptar equipos de fabricación de municiones a la medida de los Galil.
Otro militar que pidió no ser identificado confirmó esa versión. “Hace algunos años queríamos convertir nuestra planta de fabricación porque los países empezaron a usar el calibre 5.56, pero los costos eran muy altos. Esa transformación costaba cerca de un millón de dólares. Tal vez ahora se puedan conseguir esos equipos de 300 a 400 mil dólares”.
Un oficial precisó que varios fusiles Galil fueron entregados a las tropas de las Fuerzas Especiales. Algunas de sus unidades son el Ranger de Challapata, Ranger de Santa Cruz, Cite en Cochabamba y otra unidad en Trinidad.
De acuerdo con los datos técnicos proporcionados por el experto en fusiles José Samuel Montaño, los Galil son fabricados por las Industrias Militares de Israel. Puede efectuar entre 630 y 700 disparos por minuto.
El uso del cañón tiene una capacidad de 25.000 a 30.000 disparos. El impacto es efectivo entre 500 y 800 metros. La vida útil oscila entre 10 y 15 años.
El armamento fue diseñado para el desierto
Combate • Los fusiles Galil intentaron reemplazar a los AK-47, de industria rusa.
Durante el conflicto bélico entre árabes e israelíes de 1997, los fusiles AK-47 demostraron ser más resistentes porque disparaban aun en medio de tormentas de arena y tenían mayor capacidad de fuego.
De ahí surgió el fusil Galil de calibre 5.56, una imitación israelí del arsenal ruso, con el que también se intentó desplazar en el desierto a las armas FAL 7.62.
José Samuel Montaño, experto en armamento, sostiene que “al igual que en la guerra del Vietnam, en varias ocasiones, los soldados de Israel tiraban a un lado sus fusiles para ***** los AK-47, capturados a los árabes, y con ellos seguían combatiendo”.
En realidad, dice Montaño, el diseño de esas armas no dio resultado. Israel tuvo que mejorar las versiones del fusil de asalto estadounidense M-16 y relegar el Galil sólo para equipar unidades de apoyo y de segunda línea en el combate.
“Posteriormente, Industrias Militares de Israel trató de mejorar los fusiles Galil, pero sus versiones no tuvieron mucho éxito en ventas en los ejércitos más experimentados”.
Algunos países del Tercer Mundo, particularmente en América Latina, pidieron la provisión de esas armas.
Entre los compradores están Guatemala, Perú y Chile, pero este último país los cambió por los fusiles SIG de fabricación Suiza, “produciéndolos luego bajo licencia”.
La Guardia Nacional de Nicaragua, durante el régimen de Anastasio Somoza, adquirió los Galil, pero cuando subieron los sandinistas al poder los reemplazaron por los AK-47.
Montaño señala que Colombia también usa esas armas en su conflicto interno.
En América, Asia, Europa y Australia, el Galil 5.56 “ha sido el gran perdedor en las distintas competencias y evaluaciones a las que ha sido sometido por los ejércitos profesionales”.
Potencialidades del arma israelí
Información técnica • Una proveedora de armas ofrece datos técnicos sobre armamento en la página de internet http://aster./espana.es/aster/library/galil.htm. donde el usuario Francisco Adolfo Jiménez Baracaldo hace comparaciones.
Ventajas • Su limpieza es sencilla y su armado y desarmado se puede hacer en tiempo corto. Es confiable si tiene un buen mantenimiento. Es preciso en el impacto. Sólo se traba con cartuchos defectuosos y su culata es plegable.
Desventajas • Es frágil si se le da mal uso. Tiene problemas cuando entra agua en su interior. Resulta muy difícil limpiar el interior de la caja de mecanismos. La mira delantera se rompe con facilidad. No resiste las granadas de fusil. El seguro no es confiable.
Willy