Soldados uruguayos en el Congo abatieron al menos a 12 milicianos en últimos enfrentamientos antes del relevo anual del batallón
Primero atacaron a una patrulla con lanzas, arcos y flechas. Cuando los cascos azules uruguayos respondieron con disparos, los locales fueron a buscar fusiles AK-47 y contraatacaron.
Una nueva disputa entre grupos armados de la etnia agricultora lendu y la ganadera hema en la zona de Bunia, al noreste de la República Democrática del Congo, tuvo como protagonistas, hace algunas semanas, a soldados uruguayos asignados a la protección de civiles.
Luego de la respuesta, que causó al menos dos muertos de la etnia lendu y ninguna baja en la compañía uruguaya desplegada en la zona montañosa cerca de la frontera con Uganda, en pocos días restablecieron la confianza de la población civil, la que fue retornando a sus casas, dijo a
Búsqueda el coronel Walter Berger, jefe hasta este mes del batallón uruguayo en el Congo.
El coronel Berger explicó que las buenas condiciones de apresto y el vínculo con la población local han permitido a los militares bajo sus órdenes cumplir con éxito las misiones asignadas por el comando de la fuerza de Naciones Unidas, a pesar de las difíciles condiciones geográficas en una zona montañosa y carente de buenas carreteras y caminos.
Berger informó que en las semanas antes del relevo de tropas “se produjeron cinco incidentes con intercambio de fuego que causaron en total 12 bajas confirmadas entre los grupos armados que nos atacaron”.
Unos dos tercios de los 935 militares uruguayos desplegados en Congo (788 del Ejército) comenzará el domingo 20 una nueva rotación anual de personal. Cinco vuelos contratados por Naciones Unidas transportarán a los soldados y oficiales de la fuerza de tierra que regresarán a sus hogares después de un año fuera de casa y transportarán a los que ocuparán su lugar. En el marco de ese recambio, Berger será sustituido como jefe del batallón por el coronel Carlos Frachelle.
Todas las bajas uruguayas en Congo han sido hasta ahora por accidentes y enfermedades. De hecho, desde la muerte del soldado del 10º de Infantería de Treinta y Tres, Gerardo Aquino, que se produjo en Camboya en 2002, no hubo ningún caído en combate.
Legisladores.
Una de las tareas asignadas a los cascos azules uruguayos en 2018 será dar seguridad a la campaña electoral previa a los comicios para suceder al presidente Joseph Kabila.
Las elecciones, a las cuales Kabila no se puede presentar porque ya fue reelecto una vez, estaban previstas para el año pasado, pero fueron aplazadas.
Este año, junto a los militares que relevarán a sus camaradas desplegados en el Congo viajarán cuatro legisladores: los senadores Patricia Ayala (Frente Amplio) y Javier García (Partido Nacional), y los integrantes de la Comisión de Defensa de Diputados Gonzalo Novales (Partido Nacional) y Carlos Rodríguez Galvez (Frente Amplio).
El senador García dijo a
Búsqueda que el viaje de los legisladores es “una señal de respaldo” a los efectivos en un momento en que “el gobierno perdió el rumbo” luego de una reducción de efectivos en las misiones y en medio de “un proceso de deterioro de la situación de las Fuerzas Armadas”.
La mayor parte de los efectivos están desplegados en la ciudad de Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte, cerca de la frontera con Ruanda. Además, alrededor de 140 cascos azules del Ejército operan en una zona montañosa que está por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar y donde están activos varios grupos armados, entre ellos el ADF-Nalu, una milicia vinculada con el Estado Islámico.
La compañía al mando de un mayor tiene su base desde julio del 2017 en la ciudad de Butembo, un importante centro comercial de unos 700.000 habitantes situado a 80 kilómetros de la frontera con Uganda.
La misión de la compañía uruguaya, equipada con nueve blindados canadienses Mowag y seis camiones rusos Ural, es proteger a la población civil en esta zona de la provincia de Kivu del Norte, donde se registran alrededor de 300 incidentes violentos al mes.
El año pasado, una sección de cascos azules uruguayos fue recibida con disparos en un edificio oficial. El intercambio, que duró unos minutos, terminó con tres milicianos muertos.
En este caso, los milicianos, conocidos como Mai-Mai, no pertenecían al ADF Nalu sino al grupo Mazembe, que también opera en la zona desde hace años y que ha protagonizado ataques motivados por enfrentamientos étnicos e intereses comerciales de empresas extranjeras que explotan recursos naturales.
Una fuente militar dijo a
Búsqueda que la amenaza a la que está sometida la compañía desplegada en Butembo de parte de los grupos que actúan en la zona es de nivel medio y medio alto.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca comenzó una presión para aumentar la eficiencia de una misión que lleva casi dos décadas.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), que recibe el 29% de la financiación de las misiones de Estados Unidos a pesar de que aporta pocos efectivos, creó una “brigada de intervención” en el marco de la misión de paz en el Congo para desarrollar ofensivas militares en ese país. Al poco tiempo resolvió que los cascos azules apostados en Mali emprendieran “operaciones directas” contra grupos terroristas que supusieran una amenaza para la seguridad.
El gobierno uruguayo manifestó preocupación por estas decisiones, porque considera que el Consejo de Seguridad cruzó “una línea roja”, abre la posibilidad de que los cascos azules pierdan la protección del Derecho Internacional Humanitario y puso en discusión la futura participación de Uruguay en nuevas misiones.
Aumento de sueldos.
Un artículo publicado en la edición de mayo de la revista del Centro Militar
El Soldado informa que “la naturaleza cambiante de los conflictos y los nuevos escenarios en que los cascos azules se ven envueltos en la actualidad han producido una serie importante de cambios doctrinarios”.
El autor del artículo, el coronel Roque García, un oficial de estado mayor con vasta experiencia en misiones, sostuvo que hay “cuatro escenarios bien establecidos en que la fuerza puede y debe ser usada: para defenderse, para proteger personal, material o instalaciones de Naciones Unidas, para proteger civiles bajo amenaza directa de violencia física y para defender el mandato”.
También informa de un aumento de sueldos de 30%, lo que no representó un mayor presupuesto, sino que se reasignaron recursos y se hicieron ahorros también en sueldos cuando los equipos no estaban en condiciones.
García sostuvo que si bien el impacto de los casos de acoso y explotación sexual ha disminuido en las misiones en números globales, el tema de la conducta y la disciplina es de alta sensibilidad “por su repercusión en los medios de comunicación”.
Los militares uruguayos en el Congo, desplegados por mandato de Naciones Unidas, están hasta ahora en la capital Kinshasa y las ciudades de Goma y Kisangani. Además, 140 efectivos de la Fuerza Aérea operan el aeropuerto de Bukavu, situado en la provincia de Kivu del Sur.
Luego de finalizada la polémica misión en Haití, lejos de abandonar el envío de tropas al exterior, a pedido de ONU, el gobierno dio luz verde a la formación de un segundo batallón en el Congo, que podría desplegarse antes de fin de año.
http://www.busqueda.com.uy/nota/sol...enos-12-milicianos-en-ultimos-enfrentamientos