Malvinas: se reedita la operación Tabarin
Intención británica de ampliar su presencia científica y militar en el Atlántico, reflejada por el RRS Sir David Attenborough
Por
Roberto García Moritán
30 Ene, 2024
Islas Malvinas
La presencia en
puertos del Atlántico Sur del buque polar científico multipropósito del
Reino Unido,
RRS Sir David Attenborough, deja en evidencia la intención británica de seguir ampliando la capacidad científica y la investigación oceanográfica, meteorológica y pesquera en el
Atlántico Sudoccidental y
Austral que ya cuenta con el apoyo de un abanico renovado de bases duales, científicas y de aplicaciones militares. Los
objetivos geoestratégicos de
Londres apuntan a continuar reafirmando el control colonial de las
Islas Malvinas,
Georgias del Sur,
Sándwich del Sur, zonas marítimas adyacentes y los territorios británicos antárticos, que se superponen con la
Antártida Argentina.
Las características instrumentales y de suplemento colateral militar del rompehielos de última generación,
altera sustancialmente el balance de medios navales involucrados en la investigación científica del Atlántico Sur. Cuenta además con el apoyo logístico de la
base militar de Malvinas, el nuevo puerto de abastecimiento en Georgias del Sur o alternativamente
Punta Arenas para el suministro de combustible. El buque pertenece al
Natural Environment Research Council (NERC) y es operado por el
British Antartic Survey (BAS). Sin embargo, está registrado y abanderado en las
Islas Malvinas y repite el desafortunado antecedente de los buques
RRS Ernest Shackleton y
RRS James Clark Ross, que operaban tanto con la bandera ilegítima de las islas como con la del
Reino Unido.
La cuestión merece atención en virtud que al ser el registro náutico malvinense una ficción normativa,
sus efectos y consecuencias son ilegales. La ciudad de asiento del
RRS Sir David Attenborough figura como
Stanley y utiliza alternativamente la bandera ilegítima de la colonia. También plantea inconsistencias de derecho internacional al poner en jaque el artículo 92 de la
Convención de Derecho del Mar de 1982. Al mismo tiempo, el buque se encuentra sujeto a las prohibiciones acordadas por el
Mercosur y países asociados que impide el ingreso a puertos a los buques con bandera de Malvinas, por
considerarla ilegal.
La decisión del gobierno británico de haber registrado al rompehielos en
Malvinas no ha sido un acto inocente ni un descuido administrativo. La decisión fue
intencional y se adoptó estando el buque en el astillero en Liverpool. Es lamentable que
Londres haya sumado adrede incomodidades diplomáticas en un tema sensible como es el abanderamiento y que, por tratarse de un buque de investigación, contradice el espíritu de cooperación científica que consagra el
Tratado Antártico.
Es decepcionante que el
Reino Unido, con la presencia inamistosa del rompehielos
RRS Sir David Attenborough en
puertos del Atlántico Sur, intente mantener en materia de investigación científica oceánica
una posición que parecería reeditar la Operación Tabarin de 1943, que reafirmó la presencia británica en la Antártida. Los antecedentes históricos señalan que en una réplica del
Foreign Office a
Winston Churchill, la
Operación no fue lanzada a causa de que
Estados Unidos no hubiera reconocido las reclamaciones territoriales británicas en la
Antártida, sino para desmerecer las de
Argentina y
Chile.
Es hora que el
Reino Unido de vuelta la página y propicie un clima más cooperativo,
modificando comportamientos provocativos. Es necesario encontrar nuevas fórmulas de aproximaciones diplomáticas constructivas. El campo de la investigación científica oceanográfica y pesquera podrían ser disciplinas para
encarar con mayor inteligencia geopolítica temas de creciente importancia en las relaciones internacionales como es la
Antártida y el
Atlántico Sur. En el siglo XXI ya no hay lugar para nuevas versiones del código naval
Tabarin.
Intención británica de ampliar su presencia científica y militar en el Atlántico, reflejada por el RRS Sir David Attenborough
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