Alemania terminó de pagar las reparaciones de guerra en 1983.
Si la memoria no me falla, fueron las indemnizaciones de la Primera Guerra Mundial.
Muy sintéticamente, se considero que la vieja tradición de las indemnizaciones de guerra había contribuido al ascenso de los regímenes totalitarios y conducido a la Segunda Guerra Mundial.
Así que, entre otras novedades que trajo la última gran guerra, se prohibieron las indemnizaciones de guerra.
También se prohiben los botines de guerra. Aunque, productos de las guerras árabes-israelíes, no se considera contrario a ello que un país se apropie del material que su enemigo allá dejado en terrorismo propio.
No quiero escribir un extenso post que podría caer en off toppic, tratare de ser lo más sintético y genérico posible. Pero temo que el resultado sea incomprensible.
Hay que tener en cuenta que el acenso estadounidense como superpotencia implicó la reconfiguration de todas las instituciones de derecho y tradición del mundo eurocentrico, básicamente desterrando todo vestigio del concierto europeo (incluyendo las indemnizaciones de guerra, derechos de conquista, botines de guerra, redefinición de limites, etc., etc.) y estableciendo un nuevo marco institucional profundamente americanista.
En mi humilde opinión, para bien en muchos de estos aspectos.
La URSS también fue afín a este nuevo orden internacional. Aunque la actual Rusia parece desentenderse de ello.
Uno de los aspectos a estudiar de la retórica ucraniana, polaca, rusa y de algunos otros países de Europa del Este de los últimos ¿meses? es que están trayendo de regreso la retórica del concierto europeo preexistente a las Grandes Guerras.
Esto trae varias preguntas ¿se acabó la supremacía moral e institucional estadounidense? ¿Estamos ante la de reescritura del nuevo orden mundial y algunos países y grupos de interés consideran que el futuro se encuentra en recuperar las más antiguas tradiciones europeas?
En todo caso, es llamativo que Ucrania exige el respeto supremo al principio de la integridad territorial (una institución del nuevo orden de posguerra) y, simultáneamente, exijan indemnizaciones de guerra (una extinta institución del viejo orden).
Para no poner todo el asentó en Ucrania, tenemos en Rusia una retórica que se sienta sobre la tradición del pan-eslavismo. Algo que nos retrotrae al periodo zarista.
Tenemos también cosas interesantes, como que, en distintos momentos, tanto Rusia como Ucrania establecen como requisitos para entablar negociaciones diplomáticas el cambio del gobierno de sus enemigos.
Como están dadas las respectivas retóricas, gane Ucrania o Rusia, parece que también ganan las antiguas leyes de guerra del viejo mundo. Extraña reencarnación que implicaría la decadencia del sistema internacional basado en reglas universales asentadas sobre la supremacía estadounidense.
Si esta retórica se termina reflejando en los hechos, estamos observando el retroceso de la supremacia estadounidense y el nacimiento de un nuevo orden. Un nuevo orden donde las reglas no son universales, sino que cambian de una región a otra, y donde conviven una mixtura de normas de la tradición estadounidense con otras normas reencarnadas del viejo orden.
Dudo que Estados Unidos tenga interés en que estas retóricas prosperen.