RACA S.A.
La empresa de José Fernández Raca, se inició sus actividades en 1969 y en 1972 encaró el ensamblaje de helicópteros, siendo el modelo elegido el Hughes H-500, del cual planeaba armar 120 aparatos para distintos usos (civiles y militares). Sus planes de llegar a un porcentaje integración local del 40% nunca llegaron a concretarse, no llegando al 20% de piezas locales y la producción de helicópteros finalizó antes de completarse las 70 unidades. Principalmente ante la falta de pedidos estatales, tales como el Comando de Aviación de Ejército (eligió al FH-1100 versión civil del OH-5B), diversos organismos estatales nacionales, provinciales, y la Policía Federal (que optó por el BO-105), sin embargo la GN y la PNA lo tuvieron entre sus clientes.
RACA continuó como taller de rehabilitación de aeronaves y el mantenimiento mayor de helicópteros Hughes, lamentablemente al no cumplirse los planes esperados hizo que su infraestructura edilicia de la planta en San Fernando quedara sobredimensionada y los operarios sin actividad. Sin embargo esto no desanimó a Fernández Raca, que inició contactos con la FAA para desarrollar proyectos militares de la flota de VTOL de la fuerza.
Así entonces iniciaron trabajos de conversión estructural de los fuselajes para alojar armamento, pero lejos de detenerse allí, en Enero de 1988 Raca avanzó hacia planes más ambiciosos tecnológicamente, y emprendió junto a miembros de su compañía un viaje a Arizona, sede de McDonnell Douglas Helicopters Division, para participar de la presentación de las primeras versiones del VTOL de demostración NOTAR (NO Tail Rotor), el MD-520 y del MDX. Entonces Raca colocó una orden por 2 y 5 aparatos respectivamente que serían entregados tres años más tarde a un costo de U$S 9.7M (U$S 1.2M los MD-520 y U$S 8.5M los MDX), los cuales RACA esperaba colocarlos en el mercado regional.
Pero además de negocios, Raca mantenía aún los planes de reanudar la fabricación helicópteros en el país dado que disponía de mucha capacidad ociosa, poniendo sus perspectivas en la construcción de los modelos MD-520N y en un futuro planear la fabricación del MDX.
Para ello entrevistó al CEO de MCDH junto a una reducida delegación de técnicos locales, sin embargo no encontró eco en MCDH para la financiación de su proyecto, por lo que decidió usar su propio crédito para financiar su producción, que desde ya era limitado. Las expectativas de ventas no eran de gran envergadura ya que esperaban no más de 35 aparatos, cifra que aún cerraba para una armadora local. Para iniciar el programa disponía sólo de U$S 2M, que de todos modos alcanzarían para reacondicionar la planta de San Fernando, y aunque se desconocen más datos, lo cierto es que también intentó una asociación con FAMA para la producción del MD-520N, que a su vez también estaba en tratativas con Agusta Spa. para producir el A-129 Utility, del que hablaremos más adelante.
Raca, sin embargo expresó que este proyecto no competía con el de Agusta, ya que ambos modelos tenían diferencias de mercado y características, y así era efectivamente, porque ambos abarcaban una amplia gama de aeronaves VTOL, que cubrirían necesidades distintas de la FF.AA.
Lamentablemente, en medio de las negociaciones, la crisis financiera Argentina hizo truncos los esfuerzos de Fernández Raca y la posterior política cambiaria del 1 a 1 hizo desistir definitivamente la idea de producir en el país, ya que era evidente que importar era más barato que fabricarlo localmente.
Actualmente RACA, realiza mantenimiento de la línea de helicópteros RACA-Hughes H-500, y el 24 de noviembre del 2002, Heriberto Maruzza, Director de RACA S.A., anunció un acuerdo con la empresa INVAP S.E. para producir componentes, partes y servicios para ofrecer a sus clientes en el mercado nacional e internacional (EE.UU y Europa).