Mendoza
El primer jeep argentino fue la atracción de la FIA
Un todoterreno de uso militar y civil concentró la atención de los visitantes. Uno similar trasladó los restos de Perón.
Alejandro Gamero
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Argentino y machazo como el gaucho en su rancho. Así es el nuevo jeep de fabricación nacional, justamente bautizado bajo el nombre de Gaucho, cuyo primer prototipo (hoy en Brasil)
saltó a la fama al trasladar recientemente los restos del ex presidente Juan Domingo Perón.
Rústico y versátil, como el autóctono habitante de las pampas, es el primer todo terreno de uso militar y civil que fabrica la Argentina y que durante toda la semana se exhibió, sin que pasara desapercibido, en la Feria Internacional Aconcagua 2007, que anoche llegó a su fin.
El que se presentó en la FIA es el segundo prototipo fabricado. Actualmente ya son 14 los que salieron del Batallón 601 de Boulogne, Buenos Aires, y serán montados otros 25 más.
El sargento ayudante Ariel del Valle Robles, quien proviene de ese batallón y es el encargado de Producción del vehículo, aseguró que “está previsto que en el futuro sea fabricado en serie para uso civil”.
El proyecto, que vio sus primeros frutos en el 2005, fue encarado por Argentina y Brasil en cuanto al diseño y el montaje del primer todoterreno. Logrado el objetivo, sólo nuestro país se ocupó en iniciar la producción preserie.
Con el moderno vocablo de “vehículo multipropósito”, quienes lo presentaron aquí intentaron resumir sus diversas funciones y bondades, que –a entender de los hombres del Ejército Argentino– “lo coloca en primera línea con similares de otros países”.
Desde la óptica militar, está preparado para ser veloz en el llano, trepador en las pendientes y ágil en zonas casi inaccesibles. También sirve para cargar y trasladar armas, convertirlo en un vehículo para llevar heridos y, por supuesto, para entrar combate.
Desde la óptica civil, ha sido pensado como un vehículo útil para el campo y apto en lo que respecta a seguridad. No obstante, algunas de sus características no lo hacen demasiado atractivo para zonas urbanas.
Del Valle Robles destacó a UNO que “su principal característica es la versatilidad. Además de ser todoterreno y doble tracción,
tiene el motor estándar y mejorado de una 4x4 como las que encontramos hoy en el mercado, lo que permite una rápida reparación”.
Resaltó que “se destaca también por su modularidad. Con facilidad se le pueden montar y desmontar las puertas y el techo o agregar un módulo sobre éste para trasladar hasta dos heridos. En poco tiempo puede pasar de ser un jeep clásico a uno totalmente cerrado”.
El hombre del Ejército destacó otra bondad para el uso militar: “Se los puede apilar uno encima de otro sin que se dañen. Eso nos permite trasladar en un avión Hércules, por esta particularidad, el doble de una flota que la aeronave permitiría”.
Son pocos y están en fase experimental
En fase experimental dentro de las filas del Ejército, donde ya ha satisfecho con creces las expectativas de quienes dirigen el proyecto, el Gaucho no tardó en meterse en el corazón de los visitantes de la FIA, donde fue una de las principales atracciones y les sacó ventaja –por ser una novedad– a las gigantescas palas y topadoras que todos los años lucen allí, y hasta a un avión de la guerra de Malvinas.
Por supuesto, fue el público masculino el que se volcó a admirarlo. Las señoras apenas lo ojeaban con indiferencia, preguntando para qué servía ese auto.
En cambio, los hombres traspasaban el cordón puesto para no acercarse y escudriñaban el motor. No dudaban en preguntar qué cilindrada tenía, qué combustible usaba y cuánto consumía, qué tipo de motor llevaba y hasta cuánto valía. Es más, quedaban sorprendidos cuando se enteraban de que es de fabricación nacional.
Mientras este ritual se repetía una y otra vez, los varones menores de edad no dudaban en treparse al vehículo sin permiso y sentarse en sus butacas, tocando los comandos y siendo la pesadilla de los tres militares apostados, quienes lucían orgullosamente el todoterreno, que sienten como un hijo propio.
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