Esto probablemente suene mas a una defensa de la CONAE y del proyecto Tronador pero creo que es importante decirlo. El proyecto efectivamente tiene muchísimos años, inclusive mas de 25 aunque VENG comienza en el 98. Ahora, todo proyecto de este tipo depende de financiación e investigación y desarrollo, y digamos que durante los últimos 25 años estos no han sido constantes. Las primeras pruebas con combustible líquido se realizaron recién en 2007 y 2008, y eran prototipos muy acordes a los presupuestos involucrados, después de eso, la financiación tuvo los altibajos propios de los cambios de prioridades y de gobierno, que traen aparejados pérdida de capital humano tanto en investigación como en desarrollo, capital que es difícil volver a formar o conseguir.Independientemente del manejo del gobierno actual, creo que el proyecto Tronador merece una amplia auditoría y reformulación. El proyecto arrancó hace 25 años y no pudo presentar muchos resultados mas allá de algunas pruebas de prototipos parciales; acumuló sobrecostos y dilataciones durante décadas, siempre fue una promesa a 5-10 años y nunca pudo cumplir ningún plazo ni arrojar algún resultado cierto. A su vez el Tronador está asociado a los satélites SARE que parecieran estar sufriendo la misma situación endémica del propio Tronador.
Y para rematarla, durante las décadas que a demorado el desarrollo del Tronador, en el mercado mundial fueron apareciendo muchos cohetes privados que podrían sustituirlo de modo mucho mas competitivo.
¿Eso significa no revisar, auditar o reformular el proyecto? No para nada, se debe revisar constantemente, y de hecho, se reformula periodicamente en base a la experiencia ganada, y a nuevas realidades y desafíos, el tema pasa también por quién esté capacitado para hacer dicho revisión. No hay que olvidar comparaciones que se hacen con VENG en torno, por ejemplo, a la cantidad de empleados, cuando VENG no solo desarrolla el lanzador sino que construye mas cosas. Entonces una buena auditoria es muy difícil en ese sentido y lo más importante es evaluar si el dinero invertido se gastó realmente en lo que se decía que se estaba haciendo.
Por supuesto, el tema más controvertido son los tiempos, pero hagamos una comparación no con SpaceX, que tiene capital económico y humano de sobra, y el apoyo de la NASA, sino con empresas más locales, como LIA Aerospace o Tlon Space. LIA me parece que dejó de buscar el inyector y se concentró en un motor para satélites, Tlon Space viene prometiendo desde hace bastante tiempo un inyector, y de hecho, viene demorado con los lanzamientos, seguramente la coyuntura del país tampoco es la mas adecuada, pero tiene dificultades para cumplir los plazos basicamente porque están en territorio virgen. ¿No sirven esos ejemplos? Bueno, veamos el Miura de España de la empresa PLD Space, ¿acaso no tuvo retrazos? y eso que ellos tiene apoyo de la ESA, y acceso a un montón de recursos y tecnologías que nosotros no, y la empresa empezó en 2011 más o menos y recién estiman poder probar el inyector satelital en 2026 como pronto. Es decir, para nuestra realidad como pais y en especial a nuestra realidad política y económica tampoco es tan sorpredente los retrazos.