El 17 de Marzo pasado la presidenta de la Nación anunció en la ex FMA con bombos y platillos su reestatización. Siendo un anuncio evidentemente proselitista y lejos de tranquilizar la situación de todo el personal de la fábrica, lo complicó. La aproximación del Estado Argentino a LMAASA estuvo a cargo de la ministra de defensa Nilda Garré quien envió a una representante, Mirta Iriondo, quien según el sindicato APTA ha permitido que se sucedan una serie de acontecimientos que perjudican el futuro de la empresa, tal como la tercerización de trabajos, retiro de materiales, canibalización en aeronaves de la FAA e incluso trabajos realizados por fuera de la fábrica.
Al estado argentino le molestó que APTA hiciera públicos éstos problemas y en medio de discusiones sin sentido, la gestión Garré podría incorporar al plantel de la fábrica entre 200 a 300 personas con cargos administrativos y gerenciales , con el agravante de abrir una brecha en las relaciones laborales al querer hacer desembarcar al gremio ATE.
El primer paso se extendió por tres semanas y concluyó con la visita de algunos funcionarios que días previos a las elecciones visitaron la planta, pero ante la ausencia de novedades y acuerdos, el paro se hizo extensivo y hasta el día de hoy la fábrica sigue totalmente paralizada y sin mayor actividad.
Se habló de realizar el mantenimiento de los aviones de Aerolíneas y Austral en la fábrica, algo que ha sido rechazado sistemáticamente por los distintos gremios, ya que ello implica trasladar parte de los talleres de mantenimiento que existen en AEP y EZE hasta Córdoba.
A la fecha el proyecto de reestatización está en comisión. El estado argentino debería desembolsar 63 millones de pesos a Lockheed para retomar el control, y los más optimistas hablan de posibles inversiones que en el mejor de los casos llegarían a 10 ó 15 millones de pesos. Hoy no hay un sólo acuerdo firmado con Embraer ni con Airbus, y se rumorea que la FAA trata en lo posible de realizar las tareas de mantenimiento en sus propias bases antes de tener que derivarlos a la ex FMA porque ello implica que un trabajo de 10 días puede extenderse por meses, tal como sucede con el TC-56 sigue en la ex FMA a la espera. Algo similar sucedería con los AT-63.
editado y una fábrica que se pierde como tal.
Al estado argentino le molestó que APTA hiciera públicos éstos problemas y en medio de discusiones sin sentido, la gestión Garré podría incorporar al plantel de la fábrica entre 200 a 300 personas con cargos administrativos y gerenciales , con el agravante de abrir una brecha en las relaciones laborales al querer hacer desembarcar al gremio ATE.
El primer paso se extendió por tres semanas y concluyó con la visita de algunos funcionarios que días previos a las elecciones visitaron la planta, pero ante la ausencia de novedades y acuerdos, el paro se hizo extensivo y hasta el día de hoy la fábrica sigue totalmente paralizada y sin mayor actividad.
Se habló de realizar el mantenimiento de los aviones de Aerolíneas y Austral en la fábrica, algo que ha sido rechazado sistemáticamente por los distintos gremios, ya que ello implica trasladar parte de los talleres de mantenimiento que existen en AEP y EZE hasta Córdoba.
A la fecha el proyecto de reestatización está en comisión. El estado argentino debería desembolsar 63 millones de pesos a Lockheed para retomar el control, y los más optimistas hablan de posibles inversiones que en el mejor de los casos llegarían a 10 ó 15 millones de pesos. Hoy no hay un sólo acuerdo firmado con Embraer ni con Airbus, y se rumorea que la FAA trata en lo posible de realizar las tareas de mantenimiento en sus propias bases antes de tener que derivarlos a la ex FMA porque ello implica que un trabajo de 10 días puede extenderse por meses, tal como sucede con el TC-56 sigue en la ex FMA a la espera. Algo similar sucedería con los AT-63.
editado y una fábrica que se pierde como tal.