Israel intenta silenciar y confundir a la prensa extranjera en el conflicto de Gaza
Al bombardeo de edificios que albergan oficinas de los medios en la franja palestina se añade una añagaza castrense a los corresponsales internacionales sobre una “operación terrestre” que nunca existió
Una torre de 12 plantas, que albergaba las oficinas locales de Associated Press y Al Jazeera, era alcanzada por un misil israelí, el sábado en la ciudad de Gaza.
Nunca ha sido fácil la comunicación de los medios internacionales con las autoridades civiles o militares de Israel. Pero cuando
un conflicto como el de Gaza, con decenas de víctimas civiles, amenaza con empañar la imagen del Estado judío la relación se torna ardua.
Al
bombardeo de un edificio en la capital gazatí que hasta el sábado albergaba oficinas de medios de alcance global, como la agencia estadounidense Associated Press, se añade la añagaza de un portavoz militar israelí que, en la madrugada del viernes, intentó confundir a corresponsales extranjeros sobre una inexistente “operación terrestre” dentro del enclave palestino.
La Federación de la Prensa Extranjera (FPA, por sus siglas en inglés) en Jerusalén ha advertido en un comunicado de que la “destrucción de oficinas de medios informativos suscita interrogantes sobre si Israel trata de interferir en la libertad de prensa”. “Israel no ha presentado evidencias de que el edificio [atacado] estaba siendo utilizado por Hamás”, precisa la FPA al tiempo que exige una investigación oficial, en alusión al argumento de los portavoces militares para justificar la destrucción de la torre Jala de Gaza.
Al igual que en la llamada Operación Plomo Fundido (2008-2009), las autoridades israelíes no han permitido ahora el acceso de periodistas extranjeros a Gaza. Los reporteros locales palestinos que colaboran con medios internacionales son los únicos ojos con los que cuenta hoy el mundo para conocer la versión de los hechos sobre el terreno.
Al bombardeo de edificios que albergan oficinas de los medios en la franja palestina se añade una añagaza castrense a los corresponsales internacionales sobre una “operación terrestre” que nunca existió
elpais.com