Reserva Naval
“Me alejé de la carrera militar, pero no puedo renegar de lo que siento”
9-7-2010 | Pablo López es ingeniero agrónomo y hoy es uno de los más de 24.000 reservistas navales voluntarios listos para prestar servicio.
Pablo Gabriel López se formó en el Colegio Militar del Ejército. Posteriormente se alejó del ámbito militar para formarse como ingeniero agrónomo. Hoy es uno de los tantos hombres que conforman la Reserva Naval.
“La vida me llevó a tomar la decisión de alejarme de la carrera militar. Pero uno no puede renegar de lo que siente. Afortunadamente la comodidad económica me permitió ser reservista voluntario y hacer lo que me gusta: aventurarme en el terreno y recibir instrucción de Infantería de Marina”, aseguró.
A diferencia de López, Rafael Araya se formó como abogado en una de las tantas universidades del país. Tras recibir su diploma, eligió asimilarse a la Armada, seducido por la promesa de seguir especializándose y participar en operaciones como las Misiones de Paz.
“Siento como un honor el poder incorporarme a la fuerza. Si bien no recibimos un sueldo es importante retomar los valores fundamentales de servicio y servir de puente entre lo puramente militar y lo civil, dos ámbitos que conforman en igual medida nuestra Nación”.
La Reserva Naval
Con la misión de complementar la labor de los efectivos permanentes de la institución, el 13 de mayo de 1945 se creó el Centro de Reservistas de la Armada Argentina, en el marco de la Ley 19.101 para personal militar.
Fue en el marco de esta norma que se determinó quiénes iban a componer el cuadro de la Reserva Naval del Personal Superior, Subalterno y Tropa de las Fuerzas Armadas: todos los argentinos que “habiendo o no cumplido sus obligaciones del servicio militar, obtengan títulos, aptitudes o especializaciones calificadas para pasar a la reserva con un grado de Oficial, Suboficial o Marinero, en caso de convocatoria".
Actualmente, esta Reserva Naval cuenta con 24.372 hombres procedentes del cuadro permanente, que pasaron a situación de retiro o fueron dados de baja y que conservaron su aptitud para prestar servicios militares en caso de ser convocados.
Asimismo, conforman el cuerpo unos 337 hombres que no han recibido instrucción en las Fuerzas Armadas o Centros Especiales de Adiestramiento y/o reclutamiento, pero que participan, con mayor o menor frecuencia, del Plan Básico de Instrucción, a partir del cual se establece el dictado de clases y cursos.
No fue hasta 2006, que tanto los oficiales como los suboficiales de la Reserva Naval Fuera de Servicio, juraron la bandera junto al personal de Marineros Tropa Voluntaria y los suboficiales que recibieron espadas en la sede del Estado Mayor General de la Armada.
Todo por la Defensa Nacional
Según indicó el jefe del Departamento Reservas y Pensionados de la Dirección de Armamento del Personal Naval, capitán de navío Pablo Ramón Marín, entre las prioridades de este cuerpo se cuenta la necesidad de efectivizar la Ley de Movilización Nacional.
La misma definiría el proceso de adecuación del poder y potencial nacional a los requerimientos de la Defensa, “a fin de disponer y asignar oportunamente los recursos necesarios para afrontar situaciones de emergencia ocasionadas por conflictos o desastres que atenten contra la seguridad, cuando éstos superen las previsiones de personal, bienes y servicios así como las posibilidades económicas y financieras”.
En tanto, Marín concluyó que “es digno de destacar, la voluntad y sacrificio puestos de manifiesto por estos ciudadanos civiles que se integran a la Reserva Naval, para cumplir con las actividades que se les ordenan, dejando su actividad personal y familiar para instruirse en Defensa de la Nación”.
Fuente:
http://www.gacetamarinera.com.ar/nota.asp?idNota=2076&idSec=7