“A treinta años…”
Por María Delicia Rearte de Giachino
Un viejo poema de Gaspar Núñez de Arce comienza con aquellas palabras tanta veces repetidas “TREINTA AÑOS, QUIÉN LO DIRÍA…”
Se dice que a los treinta años la mujer luce en todo su esplendor y el varón ya debe haberse realizado.
NUESTRO SEÑOR inició su vida pública a los treinta años, camino a su CALVARIO.
Y hoy MALVINAS, entra “¡quién lo diría!”… con sus treinta años, en la madurez de su trágica belleza, en la grandeza de su honor, en el destino a su Gólgota….
Desde 1982 hasta este 2012, podemos decir que la GUERRA DEL ATLÁNTICO SUR vivió “su vida oculta” y durante ella muchas cosas sucedieron en la ARGENTINA y en el mundo, que es bueno recordar…
El 2 de Abril de 1982, por la sangre de un soldado argentino, la PATRIA fue redimida de 150 años de vasallaje. Cuando descaradamente escritores de nota, políticos improvisados, legisladores ausentes, periodistas historiadores a dedo, altísimas autoridades del poder por el poder, hablan de la “invasión a las islas” demuestran una ignorancia supina y culpable, un desprecio absoluto hacia la dignidad de la tierra en que por la gracia de Dios, nacieron.
El 2 de Abril de 1982 una patrulla de 16 hombres y su jefe produjo la rendición del usurpador, del tal vez en esos momentos, el imperio más poderoso del mundo… Valga ese solo hecho para orgullo y honor de los argentinos y reconocimiento universal.
La PATRIA se levantó de su letargo y en una algarabía desbordante recorrió toda su geografía sin distinción alguna. Las lisonjas vernáculas no se ocultaban y es así como las ISLAS, no más irredentas se llenaron de patriotas que vibraban con los acordes de la “MARCHA DE MALVINAS”, mientras un poeta cantor, Argentino Luna, en la soledad de esa noche de Gloria escribía: “AUNQUE HAY LUTO EN LA ALEGRÍA DE TU TIERRA MENDOCINA…”
Y nadie en esos momentos hubiera osado hablar de invasión a su propia tierra… Era el triunfo del honor contra el despojo. Era el triunfo del coraje criollo contra el poderío colonialista. Era la demostración de lo que puede el profesionalismo cuando va unido al DEBER y al AMOR. Era la celeste y blanca izada en el mástil de la JUSTICIA y la DIGNIDAD recuperadas…
Pero, como era de esperar, el enemigo no podía soportar tamaña ofensa y en medio de negociaciones, traiciones de amigos, apoyos inesperados, dilaciones, aciertos y desacierto, de Argentina, el Reino Unido envía su flota a reparar el honor mancillado y en un histérico rugido el viejo león, escupe su saña y… ¡¡¡HUNDAN AL BELGRANO!!!
Y volvemos a llorar por 323 hombres sepultados en el mar, acogidos en su seno maternal por STELLA MARIS para consuelo de las manos vacías de cientos de mujeres argentinas…
Y comienza aquella GUERRA a la que JUAN LUIS GALLARDO llamó “LA BELLA GESTA DE ABRIL” y “LA ÚLTIMA GUERRA ROMÁNTICA DEL SIGLO”, porque fue peleada con el coraje y el desinterés que brotan de la estirpe sanmartiniana, de la gallardía rebelde del gaucho, de las cuentas de un rosario y del saber que la GUERRA JUSTA la ganan los justos aunque no triunfen.
Y así durante 74 días ARGENTINA, a su modo, vivió su primera guerra de verdad contra un poderosísimo enemigo. Y la peleó y la sufrió y la vivó y la lloró. Hasta que en una, ahora si, verdadera nueva invasión como en 1806, 1807 y 1833, Inglaterra arrancó los colores del cielo e izó la bandera pirata…
Ese día, 14 de junio de 1982, fue la derrota de una batalla. Las guerras de la Independencia, todavía no terminaban. Allí quedaban 649 argentinos, miles de heridos y sombras y dolores en los que volvieron, en sus familias, en sus noches y en sus desvelos.
Hasta aquí la guerra, en adelante la pos guerra que lleva ya treinta años.
Embelesados en el triunfalismo, la capitulación fue tomada en forma vergonzante por las autoridades gobernantes en el momento y militares y civiles, taparon las desnudeces de los valientes que volvían de la muerte viva, con los harapos de los cobardes que se quedaron quietos en la quietud de los vivos muertos.
Y aquellos mismos que vitoreaban la hazaña, ocultaron a sus bravos, los enmudecieron arteramente, los despreciaron, los sumieron en el más profundo olvido y pusieron toda su ilusión en la diosa DEMOCRACIA.
Y así, democráticamente, comenzó una encarnizada “desmalvinización”, atroz, sucia, renegada. Se prohibieron las conmemoraciones, se borraron el heroísmo y la muerte, se traficó con el enemigo, se desprestigió el valor y se sepultó al VETERANO en el ostracismo y la vergüenza. Sigilosamente, se fue destruyendo la PATRIA, remplazándola por un ESTADO confundido con las mieles del poder, ideologizado, sembrador de odio y venganza, al que no le importaba el dolor de miles de argentinos que lucían en sus cuerpos y en sus almas las más altas condecoraciones a que aspira un soldado, sus heridas, sus recuerdos, sus amores…
Y así durante estos treinta años se sucedieron gobiernos de distinto signo y con ellos sus respectivas cancillerías ineptas y desconocedoras de la magnitud del enemigo. Claudicación tras claudicación, el reclamo de SOBERANÍA, cada vez era menos tomado en cuenta. Desde el desprecio por el TIAR en adelante se manosearon tratados, reclamaciones y documentos…
Inglaterra seguía firme su avance sobre nuestras Islas explotaba sus riquezas naturales y militarizaba la zona en la tierra y en el mar y el aire. Una base militar imponente frente a la firma de acuerdos acomodaticios(MADRID, LONDRES, etc.), a las tibias reclamaciones ante los foros internacionales, a los acercamientos ingenuos y seductores a los kelpers, a la falta de reacción ante la posesión más soberbia del usurpador que extendía la zona de exclusión de su “territorio de ultramar”, su “país ribereño” a 350 millas, para solaz de los “deseos” de sus súbditos que ahora habían reemplazado la “tarjeta blanca” del vasallaje por un real documento de identidad, que incluía un inexistente derecho a la “autodeterminación…
Pero también, durante estos treinta años, MALVINAS fue reconstituyendo su orgullo mancillado y en las catacumbas de las conciencias de miles de argentinos, volvió a izarse la bandera ultrajada de donde nunca más será arriada por intereses mezquinos y oportunistas expresados en consignas ambiguas, que envuelven en palabreríos vacíos las realidades del hecho más significativo de nuestra historia del siglo XX con su gran cuota de sacrificio y ejemplo de las grandes potencias del mundo.
Por eso, hoy, inesperadamente a los treinta años, el gobierno nacional tira sobre el tapete la CUESTIÓN MALVINAS y sin el menor reparo la trata de “acción suicida”, de “salvataje de un gobierno decadente”, de “invasión genocida”, reservándose para si el mérito de abrir caducos informes, de exigir mesas de diálogo sobre temas de la importancia de la SOBERANÍA sin denunciar los tratados firmados y en vigencia, de buscar apoyo en quienes en su momento hicieron pública su traición, de denigrar la memoria de la muerte valiente tratándola de inútil e innecesaria en una descarnada ofensa al dolor ajeno, todo confundido en una mezcla política, económica, ideológica, para cubrir la incapacidad de instituciones decadentes sobre las cuales debió descansar el “honor nacional”.
Día crucial el de hoy, ¿QUIÉN LO DIRÍA? MALVINAS desnudando su belleza, los soldados firmes en sus cruces de DARWIN y MARÍA DE LUJÁN sanando las heridas de sus hijos.
Creo firmemente que en este 2 de Abril de 2012, con sus treinta años cumplidos, MALVINAS, sale de su “vida oculta” y sabedora de la misión que DIOS le ha encomendado, inicia su “vida pública” y separando la “paja del trigo” arrancando la cizaña”, transitará su CALVARIO, para redención de los argentinos en la GLORIOSA PASCUA de la PATRIA.
¡¡¡HONOR Y GLORIA A LA ARGENTINA QUE PARIÓ MALVINAS!!!
¡¡¡MALVINAS VOLVEREMOS!!!
María Delicia Rearte de Giachino
Mendoza, 2 de abril de 2012
Plaza San Martín