El fiasco del F-35: cero objetivos de capacidad alcanzados en los últimos seis años
En una evaluación condenatoria, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental [GAO] ha pintado un panorama sombrío del programa de aviones de combate F-35 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que abarca tres variantes: el F-35A, el F-35B y el F-35C.
En los últimos seis años, de 2018 a 2023,
ninguno de los F-35 logró sus “objetivos de capacidad” designados, y obtuvo una alarmante calificación de “0 sobre 6”. Esta cruda evaluación plantea serias dudas sobre la eficacia y viabilidad de uno de los proyectos militares más costosos de la historia estadounidense, que ha costado a los contribuyentes más de 1,5 billones de dólares.
Los problemas del F-35 no son aislados. Otras aeronaves, incluidas la F-15E, la F-22 Raptor y variantes navales como las series EA-18G y F/A-18, tampoco han logrado cumplir los objetivos operativos durante este período.
El A-10 logró cumplir sus objetivos en sólo uno de los seis años, mientras que el F-15C cumplió los requisitos una vez, el F-15D dos veces, el F-16C tres veces y el F-16D una vez. Este bajo rendimiento generalizado pone en duda las estrategias de inversión y la planificación operativa de las fuerzas armadas.
Las implicaciones de estos hallazgos se extienden mucho más allá de las preocupaciones presupuestarias. Originalmente concebido para ofrecer una ventaja tecnológica en el combate aéreo, el F-35 ha estado plagado de una miríada de deficiencias críticas. Desde problemas persistentes de software hasta fallas mecánicas y desafíos en la integración de tecnologías avanzadas, las capacidades operativas de la aeronave siguen sin cumplirse.
Los sistemas de radar y las tecnologías de gestión de datos, que se supone que mejoran el sigilo y la maniobrabilidad del F-35, a menudo no funcionan como se esperaba. El informe de la GAO enfatiza problemas significativos con los sistemas de software diseñados para el intercambio de datos entre aviones, lo que socava la capacidad del F-35 para operar eficazmente en entornos de guerra centrados en la red donde el intercambio de información es crucial.
A medida que aumentan las tensiones globales, en particular con Rusia y China, que están mejorando rápidamente sus capacidades militares, las deficiencias del F-35 podrían obstaculizar el posicionamiento estratégico de Estados Unidos en materia de superioridad aérea. Los crecientes costos asociados con el mantenimiento del F-35 son igualmente preocupantes.
El programa ha experimentado aumentos presupuestarios continuos y los costos de mantenimiento por unidad están aumentando en lugar de disminuir con el tiempo. Los gastos operativos actuales del F-35 rondan los 36.000 dólares por hora, significativamente más altos que los modelos de cazas anteriores. Este aumento de los costos presiona el presupuesto del Pentágono y desvía fondos de otras iniciativas militares esenciales.
La carga financiera del programa F-35 no solo pone en peligro su sostenibilidad, sino que también limita la inversión en tecnologías emergentes y esfuerzos de modernización. En lugar de canalizar recursos hacia soluciones innovadoras que se adapten a la naturaleza cambiante de la guerra, se están canalizando fondos sustanciales para mantener un sistema envejecido. Esta asignación incorrecta plantea preguntas urgentes sobre la viabilidad a largo plazo de la estrategia militar estadounidense.
Además, la creciente atención a los conflictos híbridos y las amenazas asimétricas exige un enfoque más flexible y adaptativo en lo que respecta al equipamiento militar.
A pesar de la inmensa inversión en el F-35, el Pentágono corre el riesgo de quedar atrapado en un ciclo en el que los costos de mantenimiento de sistemas obsoletos restrinjan el desarrollo de nuevas plataformas.
En los últimos años, se ha producido un cambio notable hacia los drones y otras tecnologías que ofrecen soluciones más eficaces para las condiciones de combate modernas. Los crecientes gastos asociados al programa F-35, junto con sus deficiencias persistentes, subrayan la necesidad de reevaluar las prioridades estratégicas y la planificación presupuestaria.
La desalentadora calificación de “0 de 6” puede parecer una estadística más, pero refleja un fallo sistémico que podría tener graves consecuencias para la seguridad nacional. Para ilustrar la gravedad de esta situación, podemos examinar los requisitos operativos anuales que, por diversas razones, no se han cumplido. El programa F-35, desarrollado por Lockheed Martin, se lanzó con objetivos ambiciosos destinados a proporcionar a Estados Unidos y sus aliados una nueva generación de poder aéreo.
Estos objetivos operativos, denominados “objetivos de capacidad”, abarcan áreas cruciales como la preparación operativa, la capacidad de combate, el apoyo a la misión y la integración de nuevas tecnologías. El Departamento de Defensa de los Estados Unidos establece estos requisitos fundamentales, que sirven como puntos de referencia para evaluar el progreso del programa.
El objetivo principal del F-35 es ofrecer una ventaja sustancial en escenarios de combate, con capacidades como sigilo, alta maniobrabilidad, sistemas avanzados de control de tiro y procesamiento integrado de información.
Cada año, los “objetivos de capacidad” para el F-35 suelen incluir puntos de referencia para la ejecución de misiones, tasas de finalización exitosa de tareas, preparación operativa e interoperabilidad con otras plataformas. Por ejemplo, estos objetivos podrían estipular una tasa mínima de disponibilidad de aeronaves de alrededor del 70% para unidades operativas activas y un número específico de ejercicios de combate exitosos.
En términos de eficacia en combate, estos objetivos también requieren la integración de nuevas armas y tecnologías. En el caso del F-35, esto implica garantizar la compatibilidad con diversas municiones y sistemas, así como mantener los estándares de precisión y eficacia de las municiones utilizadas durante las misiones. Además, las capacidades de apoyo a la misión deben abordar las demandas logísticas de las operaciones terrestres, incluidos los tiempos de respuesta y la disponibilidad de piezas de repuesto para mantener la preparación operativa.
El F-35 también debe demostrar la capacidad de operar dentro de un entorno en red, integrando datos e inteligencia de múltiples plataformas. Esta capacidad es fundamental, ya que las operaciones militares modernas dependen cada vez más de una coordinación fluida entre diversas unidades de combate. Los objetivos en esta área incluyen una comunicación exitosa con las fuerzas aliadas y la capacidad de compartir datos en tiempo real.
La capacidad del F-35 para cumplir con estos estándares operativos está bajo el escrutinio constante de los líderes militares y los expertos por igual. El fracaso en el logro de estos objetivos podría llevar a una reevaluación de la estrategia de apoyo y el marco de inversión del programa, lo cual es vital para el futuro del poder militar estadounidense.
In a damning assessment, the GAO has painted a bleak picture of the USAF’s F-35 fighter program, which encompasses three variants: the F-35A, F-35B, and F-35C.
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