ARGENTINA, Abril 15,N° 23
*COMUNICADO DE LA JUNTA MILITAR N° 23
La Junta Militar comunica a la población que el personal de reserva de servicio, que sea convocado como consecuencia de las medidas de
seguridad adoptadas en resguardo del acto de soberanía que posibilitó la recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, gozarán
de la estabilidad en su empleo, cómputo de antigüedad y demás beneficios establecidos en el capítulo VII de la Ley No. 17.531 de Servicio Militar.
ARGENTINA, Abril 15,N° 24
* COMUNICADO DE LA JUNTA MILITAR N° 24
La Junta Militar de la República Argentina hace saber a la Nación y a la comunidad internacinal que en virtud de la arbitraria y desaprensiva decisión del gobierno británico, informada por la Embajada Suiza en nuestro país, conforme a la cual, desde el 12 de abril de 1982 a las 04:00 horas de Greenwich, se constituye una verdadera zona de agresión en aguas de navegación internacinal, ha resuelto adoptar medidas de autodefensa en la mencionada zona de agresión, conforme al art. 51 de la carta de las Naciones Unidas; por lo tanto, debe advertir que la navegación en el área mencionada se ha vuelto totalmente insegura debido a la existencia de material bélico en ella. Por la misma razón, los buques que tomen Puerto Soledad y las caletas de las Islas, deberán embarcar práctico para entrar.
La Junta Militar Argentina responsabiliza al gobierno británico de las conse- cuencias de la crítica situación creada, producida en circunstancias en que una misión de los Estados Unidos cuya intervención aceptara dicho gobierno, procura encontrar fórmulas de entendimiento.
ARGENTINA, Abril 15,N° 25
*COMUNICADO DE LA JUNTA MILITAR N° 25.
En innumerables oportunidades, y a lo largo de muchos años, la Argentina ha hecho pública su voluntad de obtener por medios pacíficos el reconocimiento de sus derechos soberanos sobre las Islas Malvinas.
Sin embargo, Gran Bretña, reiterando una vez, más la conducta agresiva que ha observado permanentemente frente a la Argentina en este asunto, amenazó desalojar a un grupo de trabajadores argentinos que, cumplidos todos los requisitos exigidos por el tratado vigente, se encontraban trabajando en la Isla San Pedro, perteneciente a las Georgias del Sur. Más aún, frente a la legítima negativa Argentina, manifestó que si el retiro no se producía sin demora procedería inmediatamente, con un buque de guerra de su Majestad británica, a retirarlos. Este hecho constituye claramente una amenaza del uso de la
fuerza Militar y la afirmación de un colonialismo anacrónico que nuestro país
no admite.
La Argentina, por tanto, frente a la creciente amenza del uso de la fuerza Naval por parte de Gran Bretaña, en ejercicio de su soberanía, en resguardo de su legítimo derecho de defensa y a fin de proteger los supremos intereses de la Nación, decidió la ocupación de las Malvinas.
Aquella misma determinación negociadora se extiende ahora a la búsqueda de procedimientos conciliatorios para solucionar la situación que actualmente se presenta. Estas negociaciones tienen como objetivo final e irrenunciable la consolidación del ejercicio de la soberanía Argentina sobre las Islas y su reconocimiento. Las tratativas que acaban de tener lugar con la participación del Secretario de Estado de los EE.UU. de Nortemérica, en Buenos Aires, han estado orientadas en todo momento por esas premisas.
La Argentina siempre ha estado dispuesta a contemplar los intereses de los habitantes de las Islas y ha propuesto permanentemente términos razonables para que se los tenga en cuenta. Tampoco tiene reparos para satisfacer los intereses británicos que puedan resultar aceptables, siempre que no interfieran con la afirmación de su soberanía y no se expresen en la forma de una amenaza militar.
En las conversaciones con el Secretario de Estado se han discutido y
analizado fórmulas que dan cabida a todas esas circunstancias. Se han
previsto garantías y arreglos que contemplen las particulares necesidades de un período limitado de transición y para que, luego de transcurrido ese período, el resultado no pueda ser otro que el ejercicio pleno de nuestra soberanía.
Al recuperar las Islas, Argentina ha llevado a cabo una acción respaldada no sólo por la unanimidad de su pueblo, sino por el mandato de las generaciones
hoy ausentes que se han venido sucediendo desde el día en que esa parte de su territorio le fuera arrebatada. Frente a la magnitud de ese compromiso histórico, no cabe otra decisión que la de resistir cualquier intento de condicionar sus títulos o de ignorar sus derechos.
Por ello, al mismo tiempo que se deja en claro la invariable disposición Argentina para negociar fómulas honorables de solución, se hace necesario subrayar con la misma firmeza, la voluntad de sus autoridades y de su pueblo de defender y hacer reconocer sus derechos soberanos.