Explotación y usurpación de recursos en las Malvinas por Gran Bretaña

Shandor

Colaborador
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El Gobierno estudia un bloqueo aéreo sobre las islas Malvinas

Hay reuniones reservadas en Cancillería y negociaciones “con todos los actores” para cancelar los vuelos. Sería la última carta que jugará el kirchnerismo.




Hay negociaciones con empresas privadas para bloquear los vuelos.
Es la última carta que jugará el Gobierno si los británicos no se sientan a negociar la soberanía de las Islas Malvinas, tal como lo establecen las resoluciones de Naciones Unidas. En Cancillería hay reuniones reservadas y negociaciones “en todos los niveles” para no permitir el paso de los aviones que van de Chile al archipiélago una vez por semana.
Es una decisión delicada, que provocaría un aislamiento casi completo de los kelpers. El jueves fue el último encuentro en la sede diplomática para hablar de este tema. Los funcionarios salieron de allí con una premisa clara: “Si los ingleses siguen reaccionando así ante nuestro pedido, el corte de los vuelos no se va a aplicar porque están logrando instalar en la prensa mundial la discusión. Están jugando a favor nuestro”, explicó uno de los integrantes del cónclave a este diario. Y agregó: “Hay que ver qué pasa si deciden reforzar la militarización de las islas; en ese caso, veremos”.
El reclamo por la soberanía es una idea fija de la Presidenta. Fue ella la que se movilizó en los foros internacionales y que, teniendo la presidencia pro témpore del Mercosur –que ostentará por seis meses–, logró que los países miembros se sumaran al bloqueo marítimo para que se prohibiera el paso de los barcos con bandera kelper hacia las islas. Al bloqueo se sumaría también Perú, según confirmaron autoridades oficiales. Cristina quiere lograr la negociación durante su mandato.
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EL PAIS › REPORTAJE AL CANCILLER TIMERMAN SOBRE CAMERON Y LA ESTRATEGIA HACIA MALVINAS
“Las banderas no son trapitos”

El ministro de Relaciones Exteriores dijo a Página/12 que el Mercosur y la Unasur decidieron rechazar que recalen barcos con la bandera de las islas porque hay una nueva visión sobre la defensa de los recursos naturales en la región.


Por Martín Granovsky

En diálogo telefónico con este diario desde Guatemala, donde terminó ayer su gira centroamericana, el canciller Héctor Timerman interpretó que la comunicación pública de los Estados Unidos sobre que el litigio de las islas es un tema de la Argentina y del Reino Unido representa un llamado de atención a lo que definió como “escalada militarista” por parte de Londres.

–En primer lugar, los Estados Unidos hicieron un reconocimiento de que entre la Argentina y el Reino Unido hay un problema bilateral pendiente de soberanía –afirmó Timerman.

–Los Estados Unidos hablaron de una administración de hecho de las Malvinas por parte del Reino Unido.

–Eso es importante. Las islas están bajo el dominio británico. Pero los Estados Unidos no hablaron de derecho en ese aspecto sino sólo del costado fáctico. Por lo tanto, eso significa que dejan librado el conflicto pendiente entre la Argentina y el Reino Unido a las negociaciones bilaterales. Es un gran logro para la posición argentina y por eso la expresión de la postura norteamericana fue recibida con mucho beneplácito por toda América latina.

–¿Qué parte de la posición de Washington percibe el gobierno argentino que cayó bien en América latina?

–La decisión acerca a los Estados Unidos a un reclamo argentino que se convirtió en un reclamo latinoamericano. Entonces no podemos más que congratularlos, como argentinos y como latinoamericanos, cuando recibimos un fuerte apoyo a nuestra iniciativa permanente de convocar al Reino Unido a un diálogo pacífico. La Organización de las Naciones Unidas lo viene pidiendo desde 1965. No es un capricho, es parte de la legalidad internacional.

–¿Al Gobierno lo sorprendió la comunicación oficial de los Estados Unidos sobre Malvinas?

–Vamos a los hechos: desde que asumió Néstor Kirchner, el 25 de mayo de 2003, en cada reunión bilateral con los Estados Unidos la Argentina explicó su posición pacifista y dialoguista sobre la necesidad de negociar la recuperación de la soberanía sobre las Malvinas. Y en términos personales me consta desde que fui designado embajador en Washington y luego canciller durante el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y ahora durante el mandato que comenzó el 10 de diciembre. Sobre los Estados Unidos conviene retener un dato. En la Organización de los Estados Americanos, que los Estados Unidos integran, las resoluciones sobre Malvinas son aprobadas por consenso. Y siempre hablamos de la cuestión en las reuniones bilaterales. Siempre.

–¿Pero los sorprendió?

–No me sorprendió. Sí me parece importante destacar que los Estados Unidos dieron a conocer su posición justo cuando la Argentina había sido acusada de colonialista por parte del primer ministro británico David Cameron y se había reunido el Consejo Nacional de Seguridad inglés, el martes último. El Reino Unido estaba en medio de una escalada militarista.

–¿Por qué “escalada militarista”?

–¿Para qué un gobierno refuerza las posiciones militares y pone el tema dentro del Consejo de Seguridad Nacional? Por eso, Gran Bretaña merecía un llamado de atención por parte del mundo. Deben saber que entraron en un camino peligroso en el cual la Argentina no quiere ni va a participar. La postura norteamericana también es un llamado de atención a Gran Bretaña para que abandone el camino militarista y se siente a negociar.

–¿El Gobierno atribuye algún motivo especial a la actitud norteamericana?

–Los propios Estados Unidos actúan y explican sus posiciones, pero me imagino que habrán valorado el impacto que tiene la cuestión de las Malvinas en América latina. El miércoles ya vimos públicamente la respuesta del canciller brasileño Antonio Patriota durante la visita a Brasilia del canciller británico William Hague.

–Patriota dijo que confirmaba la decisión del Mercosur de no aceptar barcos con bandera que diga “Malvinas”. ¿Hablaron con él después de las declaraciones de prensa que manifestó con Hague a su lado?

–Lo llamé yo mismo y le expresé la satisfacción que sentimos los argentinos por el acto de hermandad que protagonizó. En realidad, volvió a poner en palabras lo que constituye una política de Brasil acerca de Malvinas, sobre todo en los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y de Dilma Rousseff. La decisión de prohibir que recalen en puertos de países del Mercosur barcos con bandera de las islas es jurídicamente mucho más importante de lo que aparece a veces en algunos análisis apurados.

–¿Por qué al Gobierno le parece clave?

–En el 2010 Unasur resolvió la prohibición del ingreso de barcos que enarbolen la bandera de Malvinas a puertos de la región. Lo mismo hizo después el propio Mercosur. Y en concreto Uruguay rechazó el ingreso de un pesquero de las islas por expresa orden del presidente José Mujica. Esto motivó que algunos analistas dijeran: “Es una estupidez la medida. Los barcos cambian de bandera y se acabó”.

–Y no es así.

–No, sería una locura analizar las cosas de esa manera. La Argentina no busca organizar un bloqueo a las islas. Sólo quiere contrarrestar el interés británico con un hecho jurídico que se opone a una medida de facto. Si ante la medida de facto, que es un barco atracando en un puerto del Mercosur con bandera de las islas, ningún país dice nada, quiere decir que está reconociendo la juridicidad de ese hecho. Por eso era tan importante que no se aceptara la llegada de barcos con esa bandera. Le hemos quebrado al Reino Unido una estrategia de hechos consumados. Las banderas no son trapitos. Si al aceptar un pasaporte se reconoce la entidad de otro país, ¿cómo no va a ser importante una bandera? Vencimos la estrategia inglesa y fue una gran victoria argentina. Esta victoria fue la que motivó la reacción intempestiva de Cameron.

–No es la primera vez que escucho la palabra “intempestiva” en estos días. El Gobierno ya la usó para responderle a Cameron cuando el primer ministro dijo que la posición argentina de no reconocer el derecho de los isleños a la autodeterminación es “colonialista”.

–Gran Bretaña nunca les preguntó a los residentes de Hong Kong sobre la autodeterminación antes de ceder otra vez la soberanía a la República Popular China. Y no es una cuestión de número. En la ciudad de Buenos Aires y en la provincia viven más ciudadanos británicos que en las Malvinas. Y no cuento a los galeses de Chubut. Pero aquí también prefiero apelar a la legalidad internacional. La ONU no reconoce el derecho a la autodeterminación de los malvinenses. Para la ONU son objeto de Derecho, pero no sujeto. Los únicos que pueden negociar, para la ONU, son Gran Bretaña y la Argentina. Sólo los dos países, y no los isleños, pueden hablar como partes litigantes.

–¿Qué novedad aportó la gira por América Central?

–El viaje tuvo resultados fantásticos. El apoyo de los países centroamericanos fue categórico. En América central hay un deseo muy grande de conectarse con el Mercosur. Vi un gran cariño y un gran respeto por la Argentina. Hay una huella argentina importante. Hay un entendimiento y un reconocimiento de ver más hacia el resto del continente, de relacionar el mercado común de Centroamérica y el Mercosur. Ello se suma a una visión cercana en temas multilaterales, en la necesidad de la cooperación. Tenemos seis proyectos de cooperación en los seis países de Centroamérica. Tienen que ver, por ejemplo, con derechos humanos, gobernabilidad y desarrollo social.

–Más allá del reclamo de soberanía por Malvinas, ¿qué efecto simbólico tienen las islas hoy para el resto de la región?

–Este año la Argentina va a impulsar en el Mercosur y en distintos foros la necesidad de proteger los recursos naturales del Mercosur. Estamos hablando, entre otros elementos, de agua, petróleo, etcétera. Queremos que el Mercosur tome la cuestión de la defensa de los recursos.

–Unasur lo tomó en el Consejo Sudamericano de Defensa.

–Sí. Petróleo, pesca, agua, minería, nos parece que en la actual situación mundial tienen un rol estratégico muy importante. Debemos unirnos en la defensa de los recursos. De los renovables y los no renovables. Esa va a ser la bandera que va a levantar la Argentina. Todos estamos de acuerdo en que no vamos a permitir que en este momento ocurra lo mismo que pasó desde el siglo XV en adelante. No puede ser que potencias militaristas abusen de los recursos naturales en la región. En ese sentido, Malvinas es un ejemplo. Lo que ocurre en Malvinas en principio con el petróleo y la pesca no queremos que suceda en otro lugar de la región.

–Una interpretación dice: Cameron y Cristina elevan la presencia pública del litigio sobre las islas por necesidades internas.

–Hablo de lo que me corresponde, que es la Presidenta. La conozco hace muchísimos años. Cuando empezamos a conversar de política, me acuerdo que le dije: ‘Cristina, sos muy malvinera’. Hablaba mucho e intensamente del tema. Obviamente no era presidenta y yo ni pensaba en ser funcionario público. Siempre me impresionó la defensa que hacía de la importancia de la cuestión de las islas. Logré entenderlo cuando fui conociendo a más santacruceños. Allá las Malvinas son parte de la vivencia diaria. Me impresionaba la vehemencia con la que Cristina hablaba de un punto que para ella era un verdadero tema político. Y era otra realidad. Era una dirigente política. Hoy es, además, la Presidenta. Es lógico que sea coherente y sostenga desde el Estado lo que siempre pensó, que por otra parte en todo momento tuvo una expresión de pacifismo. En la génesis del pico de estos días estaba el hecho de que quienes estaban llevando el conflicto hacia un punto más álgido eran los funcionarios del gobierno británico. Nosotros sólo hacemos una cosa: no dejar sin respuesta la agresividad. No mandamos soldados ni convocamos a ningún consejo de seguridad nacional. Decimos hay que sentarse a dialogar como establece la ONU. Si los países poderosos no cumplen con la ONU, entonces la ONU dejará de tener sentido.

–¿La Argentina dará prioridad a las acciones internacionales este año, cuando se cumplan treinta años del desembarco en las islas resuelto por la dictadura y la guerra posterior, o el que viene, cuando se conmemoren los 180 años de la ocupación de las islas por parte de los británicos?

–La estrategia política está en manos de Cristina. Sí puedo afirmar que sería un error que Gran Bretaña basase toda su estrategia sobre el fundamento bélico. Por un lado, está clarísimo que la Argentina tiene una manifiesta vocación pacífica. Por otro lado, incluso en noviembre de 1982 la ONU dijo que el conflicto armado que había tenido lugar ese año no cambiaba la obligación de negociar pacíficamente. Por eso digo que basar la estrategia en los antecedentes bélicos no debería ser la forma de encarar el tema por parte de los británicos. Igualmente, la Argentina va a seguir insistiendo en la necesidad de negociar. La Argentina ya está sentada a la mesa de negociaciones. Que se sienten, por favor, los británicos.

–¿Asombró a la Argentina la posición chilena de apoyo a la medida del Mercosur?

–Chile tuvo una actitud muy solidaria y es para nosotros un motivo de orgullo. Adoptó todas las medidas de Unasur en forma muy enfática. Los puertos de Chile también están vedados a buques con bandera de las islas y no se permite que atraquen buques de guerra.

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Otra nota...

EL PAIS › OPINION
Lo que EE.UU. dice al no decir








Por Martín Granovsky

El canciller británico William Hague dijo que el gobierno argentino quiere “intimidar” a los habitantes de las Malvinas e insistió en la estrategia internacional de Londres de recordar los 30 años de la guerra de 1982 y plantear el derecho de los malvinenses a su autodeterminación.

Al hablar de la Argentina, el secretario del Foreign Office dijo que “si quiere realmente que se progrese, debe detener sus intentos de intimidación de la población civil” de las islas. Recién entonces, según Hague, se pasaría a otra etapa, que no consistiría en la discusión sobre soberanía sino acerca de los medios para “trabajar juntos por el interés común en el Atlántico Sur”.

Hague no pasa, sin embargo, por su mejor momento. El miércoles el canciller brasileño Antonio Patriota dijo a su lado, durante una conferencia de prensa en Brasilia, que el Mercosur hizo bien en resolver que no permitirá que atraquen en sus puertos barcos con la bandera de las islas. Y el viernes el Departamento de Estado afirmó en un comunicado que el litigio en las Malvinas es una cuestión que deben dirimir, negociando, la Argentina y el Reino Unido.

La posición pública de los Estados Unidos hacia su principal aliado militar incluyó un punto importante. Lo incluyó al excluirlo. En ningún momento el texto menciona a los isleños ni a su presunto derecho a la autodeterminación, que es el principal argumento jurídico esgrimido por los británicos para convalidar la ocupación de las islas que refirmaron gracias a la interrupción de negociaciones en 1982 por obra del desembarco decidido por Leopoldo Galtieri y a la derrota del Estado argentino en la guerra.

En un artículo publicado por el diario conservador The Times, que también imprimió esta semana una columna del canciller argentino Héctor Timerman, Hague intentó negar el avance argentino en Mercosur, Unasur y el Consejo de Estados de América Latina y el Caribe. “No siento que haya ningún apetito en la región para unirse a la Argentina en sus intentos de poner en peligro la economía de las islas o para atacar los medios de vida de los isleños, y me congratulo por ello”, dijo.

Sin embargo, al menos esta semana en toda América los británicos sólo recibieron el solitario apoyo de un sector de la derecha gobernante en Chile. Mientras el presidente liberal Sebastián Piñera mantenía su apoyo a los miembros plenos del Mercosur (la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) y hacía suya la decisión de limitar el atraque de buques de bandera con la inscripción Malvinas en puertos de Chile, dos senadores de su coalición lo criticaron públicamente.

En una carta en el diario La Tercera, Baldo Prokurica, presidente de la Comisión de Defensa del Senado, y su colega Antonio Horvath, escribieron que “la posición de Chile en el reclamo de Argentina por la soberanía sobre las islas Malvinas/Malvinas no es materia que deba tomarse apresuradamente y sin meditar las consecuencias para los intereses actuales y permanentes de nuestro país en el plano internacional y vecinal”.

Dicen Prokurica, ex funcionario del dictador Augusto Pinochet, y Horvath: “En primer lugar, una multilaterización de la demanda que ha impulsado el gobierno de Buenos Aires y que ha sido acogida con cierto entusiasmo por otros países de la región, ha obedecido más bien a una postura donde esos países nada arriesgan en materia de relaciones bilaterales con Gran Bretaña. Algo muy distinto de la relación histórica de nuestro país con Inglaterra”.

Para los senadores derechistas debe pesar que en 1978, cuando la Argentina y Chile casi entraron en guerra, los peruanos no fueron neutrales y luego pertrecharon a la Argentina para el desembarco en las islas de 1982.

Sostienen ambos senadores que “de no sopesarse las realidades y reciprocidades históricas, pueden cometerse errores que afecten los intereses nacionales permanentes de Chile y su proyección internacional”. Y terminan pidiendo que Chile “mantenga una posición de neutralidad”.

Aunque Londres no esté aislado ni las negociaciones por las islas queden a la vuelta de la esquina, dos senadores chilenos son una cosecha pobre para el Foreign Office.

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Iconoclasta dijo:
Es un bloqueo, aunque nos pese el termino y parezca duro, pero es lo que es, y es legitimo hacerlo

Según veo no es un bloqueo propiamente dicho, estamos en todo nuestro derecho y los Isleños pueden acceder a las islas por otros medios o recorridos de vuelos.
Si estuviésemos manteniendo un bloqueo le tendríamos que impedir todo tipo de acceso.
 

Jorge II

Serpiente Negra.
Ese es el gran problema de nuestro gobierno a diferencia de otros de la misma ideologia politica es que no supo construir una espalda fuerte y eficiente en el cual apoyarse, ademas de una diplomacia a largo plazo sobre este tema en los paises donde tenemos intereses, digo intereses porque no me gusta en lo personal decir paises amigos o hermanos.
 
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Penguin News

En un artículo que describe argentino rechazo tradicional de la que es colonialista pasado James Neilson del Buenos Aires Herald, escribe que la acusación de David Cameron, que la actitud de Argentina de las Malvinas es "colonialista" ha llegado a un punto sensible.
Sr. Neilson empieza comentando irónicamente sobre la reacción de Argentina a las palabras de Cameron:
David Cameron fue sin duda ser provocativo cuando acusó al gobierno de Cristina de "colonialismo". Era una cosa muy terrible que decir. Todos la gente sensata sabe que la Argentina ha sido una víctima inocente de corazón colonialistas extranjeros que están decididos a mantener a su país hacia abajo, por lo que el primer ministro británico era ridículo cuando incluyó entre sus gobernantes actuales como los malvados sólo porque piensan los habitantes de las islas debe ir a otro lugar. A medida que el ministro del Interior, Florencio Randazzo, le dijo, sus declaraciones fueron "absolutamente ofensivo". De hecho ellos fueron los siguientes: para los peronistas y muchos otros devotos, el hombre dijo que Cristina es "estúpida" tuvo el descaro de atacar enérgicamente la identidad nacional construida están decididos a aferrarse.
El Buenos Aires Herald el artículo continúa:
Cameron no haber sido consciente de ello, pero al hablar como lo hizo él tocó un punto muy sensible. Al igual que los norteamericanos que piensan que no puede ser "imperialistas" debido a que sus predecesores, principalmente británicos se separó del Imperio Británico, muchos argentinos están decididos a convencerse de que, a pesar de las apariencias y los registros históricos, no son los colonos blancos que están cosechando los beneficios de la expansión europea en el hemisferio occidental, pero, en términos espirituales, al menos, un pueblo indígena cuyas raíces son profundas.
Cuando el quinto centenario de la llegada de Colón dio la vuelta, algunos hijos de inmigrantes recientes protestó con indignación contra las celebraciones más bien modesta diciendo que nada les haría rendir homenaje al hombre que inició la "invasión" de su continente. Muchos siguen pensando de esa manera. Con mucho ingenio, los nacionalistas de uno u otro tipo han arreglado para transformarse en los aborígenes de honor que tienen pleno derecho a reprender la mala conducta de sus propios antepasados. El más cerebral, entre ellos, como Argentina a liberarse del todo del yugo colonial mediante el repudio de todas las influencias que emanan de ignorantes de Europa, aunque hasta ahora ninguno de ellos ha llegado tan lejos como para hablar, escribir y pensar únicamente en Quechua Guaraní, o mapuche.
A diferencia de la mayoría de los países de América Latina donde la mayoría de la población es de origen amerindio, Argentina todavía tiene un marcado sabor europeo. Sus líderes ya no decirle al mundo que es "el único blanco del sur del país de Canadá", aunque algunos se esfuerzan por destacar la "calidad humana" de sus habitantes, una sutil manera de aludir a lo que suponen una ventaja racial y los prejuicios contra las personas de ascendencia mixta o no europeos sigue siendo sorprendentemente común.
La disputa entre los intelectuales que piensan que Argentina es básicamente europeo y los que dicen que en realidad es algo completamente diferente ha estado sucediendo desde hace muchas décadas, con las cuales han obtenido la ventaja, en gran medida, ya que desde la Segunda Guerra Mundial los europeos que se quedaron en casa han estado en una apología, la auto-crítica del estado de ánimo, y muy dispuesto a confesar que era mucho peor que cualquier otra persona. Con alegría considerable, africanos y asiáticos, además de las minorías étnicas, religiosas e incluso sexuales que viven en los países occidentales, han estado haciendo la mayor parte de arrastrarse Europea por jugar la carta de la víctima y exigir reparación.
También lo han hecho los nacionalistas argentinos, una raza muy dado al colectivo de auto-compasión. En lugar de felicitarse por haber heredado una gran parte de los despojos del imperio (casi cuarenta millones de personas tienen el largo de un territorio fértil que es casi tan grande como la que habitan más de mil millones de indios), se quejan amargamente porque los imperialistas británicos se niegan a dejar que ellos tienen algunas pequeñas islas azotadas por el viento, empapados por la lluvia y el frío de varios cientos de kilómetros de distancia del continente. Pocos sueño de visitarlos, y mucho menos vivir allí, pero la controversia no es acerca de Lebensraum, se trata de simbolismo. Nacionalistas argentinos quieren sentir que el mundo les jugó una mala pasada y pasando por las Islas Malvinas, con el apoyo de muchas otras víctimas, reales o imaginarios, de la perfidia imperialista, es una forma espléndida de probar a sí mismo difícil de hacer-by.
Fueron los gobernantes de Argentina realmente interesado en las islas, que se han adherido a la tan ridiculizada política iniciada por Guido Di Tella de ser muy agradable para sus habitantes, muchos de cuyos antepasados ​​fue ahí cuando los de la mayoría de los argentinos aún estaban en Italia, España o lugares como Siria, en la creencia de que el paso del tiempo que sería dejar de depender de distancia de la metrópoli lejana y se apega a sus vecinos más cercanos. Que la política hubiera tenido sentido si por alguna razón inexplicable, los nacionalistas muchos que toman el tema muy en serio pensé Argentina necesitaba territorio aún más, pero eso no es realmente lo que buscan. Lo que sueñan es una batalla diplomática entusiasta que termina con su propio triunfo y la humillación de los arrogantes anglosajones. En caso de que los isleños tratan de interponerse en el camino, tanto peor para ellos. Ellos no cuentan.
¿Y entonces? En el improbable caso de los británicos abandonar el "kelpers" a lo que el destino Cristina, Randazzo, Timerman y compañía creen que tienen reservado para ellos, un esfuerzo que se hizo para mostrar al mundo que la Argentina necesita realmente las islas, pero después de la primera oleada de inversión que, con toda probabilidad lo dejen solo, como tantas otras partes del país que se ha permitido que se hunden en la pobreza rural.

http://www.penguin-news.com/index.p...ender-about-its-own-coloniaist-past&Itemid=20

Tomado de un diario del diario de las Islas y traducido online, por lo menos se entiende.
Es interesante ver entre las propagandas del mismo un hotel llamado MALVINA.

saludos
 

El-comechingón

Fanático del Asado
"La ONU no acepta la autodeterminación de los habitantes de las Malvinas"


Lo afirmó el canciller argentino, Héctor Timerman, luego de una semana en la Inglaterra acusó de "colonialista" al país por su reclamo de soberanía sobre las Islas. Calificó como "un gran logro" el llamado al diálogo de los EEUU, y advirtió: "Inglaterra entró en un camino peligroso en el cual la Argentina no quiere ni va a participar"

En medio de la creciente polémica por la soberanía de las Islas Malvinas, el canciller argentino, Héctor Timerman, advirtió que la Organizaciónde Naciones Unidas (ONU), no reconoce el derecho de los malvinenses a la autodeterminación, tal como esgrimió el premier británico, David Cameron.
"La ONU no reconoce el derecho a la autodeterminación de los malvinenses. Para la ONU son objeto de Derecho, pero no sujeto. Los únicos que pueden negociar, para la ONU, son Gran Bretaña y la Argentina. Sólo los dos países, y no los isleños, pueden hablar como partes litigantes", señaló Timerman durante una entrevista con el diario Página 12.
El canciller valoró también el llamado al diálogo que realizó el gobierno de los Estados Unidos, reiteró el apoyo de la región al reclamo argentino, y recalcó que la Argentina no tiene interés en forzas un bloqueo contra las Islas.
"Es un gran logro para la posición argentina y por eso la expresión de la postura norteamericana fue recibida con mucho beneplácito por toda América latina. Me parece importante destacar que los Estados Unidos dieron a conocer su posición justo cuandola Argentinahabía sido acusada de colonialista por parte del primer ministro británico David Cameron y se había reunido el Consejo Nacional de Seguridad inglés, el martes último. El Reino Unido estaba en medio de una escalada militarista", señaló.
Con respecto a la decisión de los países del Mercosur de prohibir que barcos con bandera de las Islas recalen en sus puertos, el funcionario dijo que "es jurídicamente mucho más importante de lo que aparece a veces en algunos análisis apurados".
"La Argentina no busca organizar un bloqueo a las islas. Sólo quiere contrarrestar el interés británico con un hecho jurídico que se opone a una medida de facto. Si ante la medida de facto, que es un barco atracando en un puerto del Mercosur con bandera de las islas, ningún país dice nada, quiere decir que está reconociendo la juridicidad de ese hecho", aseguró.
"Le hemos quebrado al Reino Unido una estrategia de hechos consumados. Las banderas no son trapitos. Si al aceptar un pasaporte se reconoce la entidad de otro país, ¿cómo no va a ser importante una bandera? Vencimos la estrategia inglesa y fue una gran victoria argentina. Esta victoria fue la que motivó la reacción intempestiva de Cameron", agregó Timerman.
Por último, Timerman reiteró que la Argentina no participará de ninguna agresión bélica, y que seguirá apostando al diálogo.
"La Argentina va a seguir insistiendo en la necesidad de negociar. La Argentina ya está sentada a la mesa de negociaciones. Gran Bretaña merecía un llamado de atención por parte del mundo. Deben saber que entraron en un camino peligroso en el cualla Argentinano quiere ni va a participar", concluyó el canciller.

http://www.infobae.com/notas/628030...nacion-de-los-habitantes-de-las-Malvinas.html
 
Palabras del autor de "No Picnic"...

“Esta discusión es una guerra psicológica para persuadirnos de negociar”

Para el ex comandante terrestre de la guerra de Malvinas, General Julian Howard Thompson, el Gobierno argentino quiere forzar a los británicos a negociar ante la aparición de petróleo en las islas. Advierte que las islas pueden defenderse con aviones y submarinos atómicos e invita a su gobierno a ignorar las presiones americanas, bajo la amenaza de retirarse de Afganistán.
Jubilado de las fuerzas armadas británicas en 1986, el ex Royal Marine se recicló como un prestigioso historiador militar y profesor del departamento de estudios de guerra del King College en Londres. Ha escrito extensamente sobre Malvinas. A diferencia de los militares retirados argentinos, un ex oficial británico es simplemente eso: un ex militar, que puede opinar con libertad y sin temor a ser sancionado por indisciplina.
En una larga conversación, respondió a las preguntas de Clarín sobre la nueva tensión angloargentina.
¿Cómo interpreta esta escalada a 30 años de la guerra?
-Yo pienso que la señora Kirchner quiere la gloria y el reconocimiento de que se las devuelvan por el petróleo que hay allí. Creo que eso es lo que quieren y están poniendo la presión para conseguir lo que quieren.
¿Esta presión puede ser exitosa?
-Yo sinceramente espero que no. Espero que nuestra cancillería sea robusta en su respuesta. Ciertamente, nuestro primer ministro ha dicho que lo será.
¿Esto es una guerra de palabras o puede ser algo más?
-Al momento es una guerra de palabras. Pero me preocupa que se vuelva alguna otra cosa.
¿Cree la Argentina puede provocar un incidente cívico o militar?
-Yo creo que los británicos están preocupados de que harán algo. Pero todo dependerá de si el sentido común prevalece en la Argentina o no. Los habitantes de las islas no quieren ser parte de Argentina. No hay un solo isleño que quiera ser argentino. Hay creo uno solo que lo quiere ser. Según mi punto de vista, los deseos de esta gente deben tener prioridad.
¿Usted cree en la victoriana visión de que “la victoria da derechos” o se puede negociar algunos puntos?
-Yo no creo que una renegociación deba ser emprendida de ninguna manera. ¿Por qué debemos negociar cuando los isleños no quieren una renegociación? Entonces no es necesario tener una negociación. Stop. Basta de darle vueltas a esta cuestión. Basta.
¿Cuál será la reacción británica si los argentinos intentan una acción civil o cívico militar o esta flota de pesqueros, que anunció el Daily Mail?
-Yo espero que la reacción británica sea de reforzar las islas Malvinas y “bajar” a cualquiera que quiera estar envuelto en una operación. Yo espero que esto sea lo que pase.
Un ex ministro de Defensa argentino dijo que la única forma de ir a la guerra con Gran Bretaña es un match de fútbol entre Boca y Manchester City, con Tevez jugando a favor de la Argentina...
-Yo consideraría esta declaración como que el ex ministro no quiere ir a una guerra de balazos. El quiere mantener la relación a un nivel deportivo.
Lo que quiere decir es que los militares argentinos no tienen los recursos para ir a la guerra...
-Yo estoy contento de escuchar eso porque yo no quiero que usen los tanques contra los isleños (risas). El punto es que toda esta discusión sobre la negociación es guerra psicológica, que busca persuadirnos de ir a la negociación. No hay nada que negociar. La población local no quiere ser parte de Argentina, y parece haber sido olvidado por el señor Obama y Mrs Clinton, que están haciendo ruidos de negociación.
¿Qué piensa de la resolución de la ONU que dice que Gran Bretaña y Argentina tienen que negociar?
-Simplemente hay que ignorarla. Lo único que tenemos que hacer es vetarla en el Consejo de Seguridad. Para eso tenemos un asiento en ese lugar.
¿Cómo evalúa la conducta de Cameron en esta escalada?
-El se plantó y dijo que no vamos a ceder. El ha sido acusado de haber sido inflexible. Por supuesto que la señora Kirchner va a decir eso porque es parte de la estrategia de mostrar a los ingleses inflexibles. Tratan de ensuciar el nombre de Gran Bretaña: intransigentes, difíciles. Es el gobierno argentino el difícil e intransigente porque este conflicto finalizó en 1982 .Pero sabíamos que no había terminado y cuando la oportunidad se diera, lo iban a hacer resurgir y durará otros mil años.

Fuente: Clarín por María Laura Avignolo Corresponsal en Londres 22/01/2012
[el subrayado y negritas es mío]

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Buitreaux

Forista Sancionado o Expulsado
–Gran Bretaña nunca les preguntó a los residentes de Hong Kong sobre la autodeterminación antes de ceder otra vez la soberanía a la República Popular China. Y no es una cuestión de número. En la ciudad de Buenos Aires y en la provincia viven más ciudadanos británicos que en las Malvinas. Y no cuento a los galeses de Chubut. Pero aquí también prefiero apelar a la legalidad internacional. La ONU no reconoce el derecho a la autodeterminación de los malvinenses. Para la ONU son objeto de Derecho, pero no sujeto. Los únicos que pueden negociar, para la ONU, son Gran Bretaña y la Argentina. Sólo los dos países, y no los isleños, pueden hablar como partes litigantes.
¿Como hacemos para etiquetar a un forista? Ya saben a quien.
 
¡Y dale con la autodeterminación! Un pobre incomprendido más y encima se creen que son "un país"...

"No encontré una persona que quiera la soberanía argentina", dijo un legislador kelper.

"¿Por qué Argentina amenaza tanto a un país que tiene sólo 3000 habitantes?", manifestó un miembro de la Asamblea Legislativa; reclamó la "autodeterminación" de los isleños.

Uno de los seis miembros de la Asamblea Legislativa de las islas Malvinas, Dick Sawle, dijo hoy no entender por qué Argentina "amenaza tanto a un país que tiene solamente 3 mil habitantes" y pidió que se respete el "derecho de autodeterminación" de los malvinenses.
"Nosotros queremos vivir en paz con todos nuestros vecinos, incluso Argentina y eso hemos intentado hacer", expresó Sawle y sostuvo que "es importante que todos los países respeten nuestro derecho fundamental de autodeterminación".
El dirigente inglés que vive en Malvinas desde 1986 afirmó que "lo que pedimos nosotros es decidir nuestro propio futuro" y explicó en declaraciones al canal Todo Noticias (TN) que "la población de las islas no es solamente británica".
"Tenemos como 250 chilenos, tenemos gente de Santa Elena, casi 500, tenemos una población de 3.000 habitantes en total. Tenemos una mezcla de los países del mundo", sostuvo.
En ese sentido, consideró que "no estamos hablando de una población implantada, como dice Argentina".
"Ahí nunca encontré a ninguna sola persona que quiera estar bajo soberanía argentina. Esto es fundamental y se trata de autodeterminación", destacó Sawle.
"¿Por qué un país como Argentina, que tiene más o menos 45 millones de personas, amenaza tanto a un país que tiene solamente 3 mil habitantes?", preguntó Sawle.
Asimismo, minimizó el apoyo al reclamo de soberanía sobre Malvinas otorgado a la Argentina por el Mercosur y Unasur al afirmar que "son grupos de Latinoamérica, no son internacionales" y dijo: "nosotros no tenemos representación ahí, ni Gran Bretaña tampoco".
El miembro de la Asamblea Legislativa malvinense expresó entender que "Argentina va a seguir un rumbo pacífico" en el reclamo por la soberanía sobre las islas.

Fuente: La Nación 22.01.2012
[el subrayado y negritas es mío]

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Mas que lamentable la nota de esta tal, María Laura Avignol, ni una pregunta que demuestre cierto grado de compromiso por la causa malvinas.
En fin...!
 
Mas que lamentable la nota de esta tal, María Laura Avignol, ni una pregunta que demuestre cierto grado de compromiso por la causa malvinas.
En fin...!

No me parece lamentable, si querés respuestas reales de alguien tan comprometido con la guerra tenés que ser lo más objetivo que puedas con las preguntas, si lo toreás se cierra y no lográs que diga nada. Yo destaco lo que confirman otros medios, les pegó las declaraciones de Estados Unidos sobre el "estado de derecho" y lo de sentarse a negociar. Saludos
Hernán.
 
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3-A-202

No me parece lamentable, si querés respuestas reales de alguien tan comprometido con la guerra tenés que ser lo más objetivo que puedas con las preguntas, si lo toreás se cierra y no lográs que diga nada. Yo destaco lo que confirman otros medios, les pegó las declaraciones de Estados Unidos sobre el "estado de derecho" y lo de sentarse a negociar. Saludos
Hernán.

Existian muchas pegunta, entre ellas de derecho Internacional que tranquilamente las podria haber realizado sin mayor problema.
Simplemente se limito a las preguntontas.

saludos
 
Convengamos que es un militar y no corta ni pincha en la política británica y menos sobre el derecho internacional, salvo mencionar el asiento en el CS de la ONU, su óptica trasunta las posiciones y capacidades de uno u otro.
 
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