Me pregunto: Un chico/chica de 12 años al momento de ingresar a un Liceo, ¿tiene realmente vocación militar o son los padres los que por x motivo los quieren hacer ingresar allí?
Y de cualquier modo, ¿es imprescindible el manejo de armas como "formación" de un liceísta, o lo que se busca son otros conocimientos vinculados con la defensa de la Nación?
Me parece que una cosa es tener 17 o 18 años y optar por un Colegio Militar (con todo lo que ello implica como vocación de vida) y otra es que a los 13 o 14 se los haga formarse con ciertos conocimientos orientados hacia la defensa.
Comparto con el Tano en que no me parece - a primera vista - algo taaaan desacertado
Buenas tardes estimado.
Si me permitís voy a intentar dar algunas respuestas a tus preguntas desde mi condición de egresado, de hermano de egresado, de amigo de egresados y conocido de egresados, y le voy a agregar unas cositas más que vienen al caso.
Como ya se sabe la función de un liceo no es formar militares del cuadro permanente, es decir hombres y mujeres que sigan la carrera militar. Sí lo es otorgar una educación integral, una formación académica de excelente nivel, muy familiarizados con la vida militar y las instituciones militares, y otorgar un nivel básico de conocimientos "técnicos" militares que permita formar cuadros de la reserva, destinados a reemplazar a los oficiales del cuadro permanente en caso de conflicto. Dicho esto, el joven que ingresa a un liceo ingresa para hacer una secundaria, con todo el agregado militar que mencioné antes. Durante su vida en el liceo va desarrollando su vocación hacia tal o cual profesión, y un porcentaje muy bajo sigue la carrera militar. El resto (la mayoría) sigue la profesión que quiere o puede en el ámbito civil, pero lo hace con una formación excelente sobre sus espaldas. Quienes optan por seguir una carrera universitaria, tienen una base académica muy buena. Todos los egresados, militares o no, tienen un compromiso muy grande con la defensa nacional y han recibido una formación que les permite ser incorporados como oficiales en caso de necesidad.
La casi totalidad de los cadetes ingresan al liceo porque quiere. No es fácil para un padre "deshacerse" de un hijo un domingo para volver a verlo recién el viernes. En los casos en que los envían "de prepo" (y te puedo asegurar que he visto muy pocos), el pibe no dura mucho en un liceo, enseguida empieza a tener problemas de conducta. El cadete permanentemente está contenido por sus compañeros, es aconsejado por sus instructores, jefes de compañía, psicopedagogos, etc. Y si aún así la cosa no va, la misma dirección del liceo les dice a los padres "sáquelo, no lo haga sufrir, no le gusta estar acá". Y si los padres insisten en dejarlo porque les gusta cómo se ve el nene con uniforme, lo terminan dando de baja (previo a una gran cantidad de instancias intermedias).
El manejo de armas es tan importante como el uso de uniforme y el orden cerrado. Quitarlos es como prohibir el uso de pelotas en las escuelas de fútbol, o vaciar las piletas de las escuelas de natación "porque se pueden ahogar los chicos". Si no les enseñás a tirar y les quitás todo lo militar vas a tener oficiales de la reserva que no saben manejar armas y además (y eso es precisamente lo que se busca con estas medidas) quitar todas aquellas cosas que hacen que un chico elija ir a un liceo militar y no a otra escuela.
El régimen militar en los institutos forma el carácter, forja la voluntad, desarrolla la resistencia física y psicológica, fomenta la camaradería, desarrolla la lealtad, fomenta el ejercicio del mando a través del ejemplo, etc. No es la única forma de adquirir estos valores, pero es una de las más eficaces. Esto es lo que valora un padre, además de la oferta académica.
Como egresado, te aseguro:
1) Que el manejo de armas y la práctica de tiro no me ha hecho daño alguno.
1 bis) Que no he visto a nadie a quien se lo haya hecho.
2) Que el régimen militar al que estuve sometido durante cinco años (en esa época mucho más rígido que el actual) no sólo no me ha hecho daño alguno sino que me ha sido sumamente útil en mi vida civil.
2 bis) Que no he visto a nadie a quien le haya hecho daño, y conozco cientos de egresados...
3) Que jamás he sido inducido a pensar de tal o cual manera, de hecho pude constatar mucha más libertad de pensamiento y expresión en el liceo que en la universidad estatal.
3 bis) Que no he visto a nadie forzado a pensar de determinada manera o reprimir sus ideas.
4) Que estoy orgulloso del liceo, siempre lo estuve, y si slgún hijo mío decidiera ir a un liceo militar encontraría en mí el mismo consejo que me dió mi madre cuando le dije que quería ingresar: "Es el camino difícil, pero tiene grandes recompensas. Pensalo bien".
4 bis) Que como es de imaginar, jamás daría un mal consejo a un hijo.
Lo que te escribo lo hago desde mi experiencia personal y la de todos los egresados que conozco.
Espero que haya servido para responder alguna de las preguntas.
Afectuosos saludos.