En un país mas o menos como la gente, el gobernante (presidente en nuestro caso) no es el que mas sabe, o sabe de todo. Tampoco es quien toma todas las decisiones. Por eso existen los ministerios y la tarea del buen gobernante es rodearse de gente mas inteligente que el (o ella) y saber delegar las tareas de forma que su gestión sea lo mas eficiente y eficaz posible.
Un ministro debe si o si tener conocimiento del área que maneja para poder tomar la mejor decisión de las propuestas o sugerencias de diferentes asesores y técnicos que tenga a su cargo. Luego elevar las mismas al presidente quien consultando a diferentes ministerios que tengan que ver con estas propuestas (industria, presupuesto, economía, etc) de la confirmación del mismo.
Todo debe darse de manera orquestada e interrelacionada y es el presidente quien pueda manejar dicha orquesta para un bien común. Un bien del país, de la sociedad misma y, porque no, de su propia gestión.
Dejar estas cosas simples de lado es haberse acostumbrado a la improvisación propia que reina en este país desde hace muchísimos años. Es algo que nosotros como ciudadanos debemos exigir.
Por otro lado, también en países mas o menos serios, trabajar en el estado es el punto cumbre en la vida de un profesional. Antes pasando y haciendo carrera en distintos organismos privados.