Londres presionó a España para impedir la venta a Argentina de cazas Mirage
http://www.x.com/archivo/images/140228_argentina_mirage_ejercito-aire.jpg
28/02/2014
(x.com) Madrid
La venta fallida de aviones de combate Mirage F-1 del Ejército del Aire a Argentina, en la que España estuvo trabajando durante meses, se frustró en parte por las presiones del Reino Unido, cuya tecnología está presente en estos aviones. Londres se mostró preocupado por que el país con el que mantuvo un conflicto por las Malvinas a principios de los años ochenta dispusiese de esta capacidad.
Según la información recogida por El Confidencial Digital de fuentes del Ejército del Aire, Reino Unido presionó a España para que no se cerrase un acuerdo que estaba tan ultimado que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ya había llegado a presupuestar.
Los británicos mostraron su preocupación porque Argentina se hiciese con un avión con algunos sistemas electrónicos, como el de contramedidas, por ejemplo, diseñados y fabricados por compañías del Reino Unido.
Según las fuentes citadas por el medio digital, Londres llegó a exigir que la venta no incluyese distintos componentes y sistemas, sin los que los aviones perdían gran parte de sus capacidades.
A estas carencias se añadía que los cazas cuentan con radares e interfaces configurados según los estándares exigidos para ser usados en exclusiva por miembros de la OTAN, lo que dejaba a Argentina con unos aparatos menos operativos para sus propósitos.
Las Malvinas como trasfondo
Todo ello, junto con la gran cantidad de horas de vuelo de los Mirage F-1 españoles, llevó a la ruptura del preacuerdo alcanzado.
En su información, El Confidencial Digital relata que el gobierno británico realizó diversas consultas con Defensa y el gobierno español “solicitando todo tipo de detalles del contrato, especialmente sobre qué configuración técnica tendrían los aparatos entregados”.
En el trasfondo de estas presiones está la preocupación del Reino Unido por las reivindicaciones territoriales argentinas sobre las islas Malvinas, un territorio que ya ocupó en 1982, lo que dio lugar a una guerra que se saldó con 649 soldados muertos entre las filas argentinas y otros 255 entre las británicas.
Foto: Ejército del Aire
http://www.x.com/archivo/images/140228_argentina_mirage_ejercito-aire.jpg
28/02/2014
(x.com) Madrid
La venta fallida de aviones de combate Mirage F-1 del Ejército del Aire a Argentina, en la que España estuvo trabajando durante meses, se frustró en parte por las presiones del Reino Unido, cuya tecnología está presente en estos aviones. Londres se mostró preocupado por que el país con el que mantuvo un conflicto por las Malvinas a principios de los años ochenta dispusiese de esta capacidad.
Según la información recogida por El Confidencial Digital de fuentes del Ejército del Aire, Reino Unido presionó a España para que no se cerrase un acuerdo que estaba tan ultimado que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ya había llegado a presupuestar.
Los británicos mostraron su preocupación porque Argentina se hiciese con un avión con algunos sistemas electrónicos, como el de contramedidas, por ejemplo, diseñados y fabricados por compañías del Reino Unido.
Según las fuentes citadas por el medio digital, Londres llegó a exigir que la venta no incluyese distintos componentes y sistemas, sin los que los aviones perdían gran parte de sus capacidades.
A estas carencias se añadía que los cazas cuentan con radares e interfaces configurados según los estándares exigidos para ser usados en exclusiva por miembros de la OTAN, lo que dejaba a Argentina con unos aparatos menos operativos para sus propósitos.
Las Malvinas como trasfondo
Todo ello, junto con la gran cantidad de horas de vuelo de los Mirage F-1 españoles, llevó a la ruptura del preacuerdo alcanzado.
En su información, El Confidencial Digital relata que el gobierno británico realizó diversas consultas con Defensa y el gobierno español “solicitando todo tipo de detalles del contrato, especialmente sobre qué configuración técnica tendrían los aparatos entregados”.
En el trasfondo de estas presiones está la preocupación del Reino Unido por las reivindicaciones territoriales argentinas sobre las islas Malvinas, un territorio que ya ocupó en 1982, lo que dio lugar a una guerra que se saldó con 649 soldados muertos entre las filas argentinas y otros 255 entre las británicas.
Foto: Ejército del Aire