El bautismo de fuego
El 27 de marzo de 1982, zarpó el submarino ARA “Santa Fe” hacia las Islas Malvinas, llevando una sección de Buzos Tácticos para luego formar parte de la Operación Rosario aquel histórico 2 de abril. Fue en el transcurso de esa operación que otra sección de la Agrupación de Buzos Tácticos, combinada con una de Comandos Anfibios, al mando del capitán Giachino, recibió su bautismo de fuego al intentar la toma de la casa del gobernador inglés de la Islas, para lograr su posterior rendición. 25-4-2014 |
Luego, en la madrugada del 25 de abril de 1982, el submarino “Santa Fe” navegaba en superficie en aguas de la Isla San Pedro, Archipiélago de las Georgias del Sur, buscando profundidad para ir a inmersión. Había completado su segunda misión de guerra, la de desembarcar 20 infantes de Marina y abastecimientos para reforzar la guarnición de las Islas Georgias. En ese momento fue atacado por helicópteros provenientes de unidades de superficie británicas, un misil impactó en la vela, siendo gravemente herido el cabo segundo Miguel Ángel Macías, quien con otros tripulantes de la dotación lo defendían a tiro de fusil.
Siendo superados por el intenso fuego enemigo, el comandante decidió regresar al precario muelle de la Isla, ordenó el desembarco y alistarse para defender la plaza.
Tras una abrumadora superioridad de medios, la tripulación y toda la guarnición de la Isla fue hecha prisionera. El día 27 de abril, bajo supervisión enemiga, el submarino “Santa Fe” fue obligado a cambiar de muelle para dar lugar al desembarco de la logística británica. En esa maniobra el suboficial primero Félix Oscar Artuso fue ultimado por un custodio inglés que no entendió la maniobra de válvulas que realizaba Artuso. Durante esa maniobra, otros tripulantes lograron accionar mecanismos que provocarían el hundimiento del submarino poco tiempo después.
El submarino ARA “San Luis” zarpó de Mar del Plata el 11 de abril y se mantuvo en patrulla de guerra durante 40 días.
El 1º de mayo de 1982, luego de un ataque enemigo sin consecuencias, también alcanzó su bautismo de fuego al lanzar un torpedo SST-4 sobre un destructor de la Royal Navy, sin poder apreciar los efectos del lanzamiento. Como consecuencia del ataque, el “San Luis” fue hostigado durante 22 horas por naves de superficie y helicópteros antisubmarinos, logrando evadir el mismo sin daños.
El 8 de mayo realizó un nuevo ataque sobre un blanco sumergido, apreciado como “submarino” detectándose una fuerte explosión en el azimut del lanzamiento sin poder verificar los efectos.
El 10 de mayo volvió a lanzar dos torpedos sobre un blanco de superficie clasificado como destructor, no pudiendo tampoco apreciar sus efectos.
Habiendo mantenido bajo permanente amenaza submarina al enemigo, recibió la orden de replegarse el 11 de mayo, regresando sin daños y sin bajas en su dotación.