Rafael González Crespo: ´EEUU ha decidido atizar el problema ucraniano para hacerle daño a Rusia´
"El Gobierno de Kiev nace de un golpe de Estado puro y duro" - "Merkel está callada porque se beneficia de esta crisis" - "Nos va a afectar a todos, aunque pensemos que no estamos en peligro"
eugenio fuentes | a coruña 10.05.2014 | 00:35
La crisis de Ucrania, un país balcanizado en el que los rusos son la única cultura homogénea, ha sido atizada por EEUU para golpear a Rusia en su propio patio.
Es el diagnóstico, preciso y razonado, de Rafael González Crespo (Santander, 1947), coronel retirado de Infantería. González Crespo, profundo conocedor de Rusia, acaba de publicar Las claves ucranianas (Septem Ediciones), un lúcido análisis sobre un conflicto que desde el pasado mes de noviembre ha introducido renovadas dosis de tensión e incertidumbre en el concierto geopolítico.
-¿Cómo interpreta la decisión de Putin de respaldar las elecciones presidenciales ucranianas del próximo día 25, a las que hasta ahora se había opuesto de plano?
-Es muy posible que Putin esté buscando ahora provocar en el Este de Ucrania una abstención brutal. Si en esas regiones solo acude a votar en las presidenciales un ocho o un diez por ciento del censo, Rusia tendría un argumento político muy importante a favor de la anexión.
En esas zonas la población rusa es mayoría y, ahora mismo, no va a acudir a una llamada a las urnas del Gobierno ucraniano. Este cambio de actitud de Putin también muestra que los diplomáticos rusos están muy bien formados, empezando por el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov. En cambio, en EEUU, apenas un diez por ciento de los diplomáticos son profesionales.
-La ofensiva ucraniana contra los rebeldes prorrusos está siendo un fracaso. ¿Es por incapacidad? ¿Por miedo a una invasión rusa?
-Las fuerzas especiales ucranianas no quieren comprometerse demasiado. Al fin y al cabo, son gente que está disparando a su propio pueblo. Y tienen el antecedente, muy cercano, de los berkut, los antidisturbios, que tras el derrocamiento del presidente Yanukovich el pasado febrero, fueron disueltos como castigo por la represión de las protestas de Kiev. Hasta se les puso de rodillas en público y se les obligó a pedir perdón.
Pero, por lo demás, es un Ejército que se ha desplegado incluso con blindados y los de la resistencia son cuatro con un kalashnikov. Los soldados no se comprometen porque tienen miedo. Si atacan, ¿quién es después el responsable?
-¿Piensa que Rusia puede lanzarse a una invasión?
-Rusia quiere llevar su frontera hasta la orilla del río Dnieper, que es la frontera natural de los territorios con mayoría rusa. Lo cual implica la anexión de los territorios en los que ahora hay sublevación.
Pero lo haría negociando. Hay que tener en cuenta que Ucrania es un país balcanizado y que solo la cuenca del Donbass, el corazón de la actual insurrección, presenta unidad de población eslava. Lo demás es un mosaico de origen polaco, lituano, austro-húngaro... En 2008 ya escribí un artículo sobre esta cuestión en el que advertía de sus consecuencias.
-Vayamos al fondo del asunto. ¿Qué está pasando en Ucrania desde que el pasado noviembre empezaron las protestas contra Yanukovich?
-Como digo, se trata de un país balcanizado, con unas fracturas sociales y territoriales claras que se agudizaron con la desaparición de la URSS. Esa es la base sobre la que, en los últimos meses, interviene EEUU después de llevarse dos revolcones internacionales. Por un lado, Siria, donde se han impuesto las posturas rusas favorables a Al Asad.
La política exterior rusa lleva mucho tiempo tratando de impedir que la primavera árabe se extienda hacia el Cáucaso. Por otro lado, los Juegos Olímpicos de Sochi, que EEUU pensaba que iban a ser un desastre y que, sin embargo, han sido un éxito. Así que han decidido atizar el problema ucraniano para hacer daño. Si no, no tiene sentido la presencia de gente como McCain en las barricadas del Maidán de Kiev.
-El Maidán, que acaba en un golpe de Estado ¿no?
-Por supuesto. El actual gobierno de Ucrania nace de un golpe de Estado puro y duro, y a los prorrusos los llaman terroristas. Yanukovich, prorruso, había ganado por mayoría absoluta las elecciones presidenciales de 2010, en las que el actual primer ministro, Yatseniuk, obtuvo un 6,2% de los votos. Fueron unas elecciones certificadas como limpias por los observadores internacionales. Pero EEUU no ha querido esperar los nueve meses que faltaban hasta las siguientes elecciones y ha montado un lío en el que el principal perdedor es la propia Ucrania, hundida económica y financieramente.
-¿Cómo valora al ejecutivo ucraniano actual?
-Es un Gobierno al que lo han elegido en una asamblea de vecinos. Los líderes del Maidán, Timoshenko y el boxeador Klitschko, han desaparecido porque han metido la pata. La situación se les ha escapado de las manos y ahora está todo en manos de EEUU y Rusia, y convertido en una batalla mediática.
-¿Hay un peligro real de guerra civil en Ucrania?
-No. No se les dejará. Nadie se va a comprometer en una guerra. La solución puede ser considerarlo un conflicto local, con algún tipo de interposición. Eso sí, las partes, ucranianos y rusos, son irreconciliables. Por eso creo que, como decía antes, se va a acabar en una modificación de la frontera ucraniana, que lleve a Rusia hasta el Dniéper. Porque, además, esos territorios fueron rusos hasta los años 20 del siglo pasado.
-Como la recién anexionada Crimea.
-Sobre Crimea se han dicho muchas cosas, como que Kruschev se la regaló a Ucrania en 1954 en una borrachera. Hombre, seguro que Kruschev bebía, pero... Hay un aspecto muy importante que no se cita. En la URSS, tras la muerte de Stalin había muchísimas lagunas de organización como consecuencia de la represión estalinista. Y el río Dnieper, de gran importancia, dependía de dos administraciones, la ucraniana y la rusa. Con la cesión de Crimea a Ucrania se pretendía unificar la gestión de esas aguas.
-¿Qué implicaciones internacionales va a tener esta crisis?
-Ucrania nos va a afectar gravemente a todos, aunque en España pensemos que no estamos en peligro. No nos va a caer una bomba atómica, claro. Entre otras cosas, porque EEUU está empeñado en considerar a Rusia como una potencia regional, en negarle la categoría de potencia mundial que en realidad sí tiene, y eso limita las implicaciones bélicas de la crisis. Pero Ucrania está ahí al lado y vamos a tener problemas de tensiones de precios, relacionados con el gas, con el petróleo...
-Y en ese escenario, ¿cuál es el papel de la UE?
-La UE es un parque temático. Ya sabe, siempre nos quedará París y todo eso. Pero cada país no defiende más que sus intereses. Merkel, aparte de algún mensaje por aquí y por allá, está calladita, porque se beneficia de esta crisis. Alemania inauguró hace dos años el gasoducto Nord Stream, que la conecta con Rusia por el Báltico, también conocido como gasoducto Schroeder, por el nombre del excanciller alemán que preside el consorcio germano-ruso que lo lleva. Así que ahora mismo ya le da igual que le corten el grifo del gas a Ucrania.
-¿Qué le pasa a la UE?
-La UE es una Unión cuando hay intereses comunes. Pero no cree en la Seguridad y la Defensa comunes porque no hay ningún político que pueda pagar el precio en votos que tendría financiarla. De modo que ha subcontratado la Defensa a EEUU y eso ha sido un gran error, porque le impide tener una actitud propia. Luego ocurren cosas como aquella conversación entre una alta responsable del departamento de Estado de EEUU y su embajador en Ucrania, en la que ella acaba diciendo: '¡Qué se joda la UE!'. Me recuerda al gran error del Imperio romano, que fue ir dejando su defensa en manos de los bárbaros hasta que, al final, estos acabaron con el Imperio. EEUU es el sheriff universal y hacen lo que les da la gana porque no les importamos nada.
-¿Le convence la política de sanciones que defienden los EEUU de Obama?
-En el caso de Rusia, hubiera sido más eficaz quitarles el postre. Solo con lo que se ha ahorrado del alquiler que le pagaba a Ucrania por la base naval de Sebastopol, en Crimea, Rusia tiene ya de sobra para hacer frente a todas las sanciones.
-¿Y las citas diplomáticas como la conferencia de Ginebra, en la que el 17 de abril se acordó el desarme de los insurrectos prorrusos?
-Los problemas de Ucrania no se solucionan con un folio, que fue lo que salió de Ginebra. ¿Quién iba a hacerlo cumplir? ¿Quién iba a ser el guardia de la porra?
-¿Qué opinión tiene de Putin?
-Se sabe muy poco de él, pero hay cosas que me gustan, como su reciente decisión de prohibir los tacos en la televisión. No sé lo grosera que es la televisión rusa, pero me gusta. A veces, los seres humanos necesitamos una mano dura que nos diga por dónde ir. Putin, procedente del KGB, es muy eslavo en su estructura mental, rigurosa y firme. Conviene no olvidar que el ruso tiene un concepto de Rusia como imperio que necesita un líder fuerte. De ahí que el respaldo popular que recibe supere ahora mismo el 80%.
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