Con la baja del BMS-42 Merino la Armada de Chile pierde una capacidad gravitante de la Fuerza de Submarinos
JUEVES 11 DE DICIEMBRE DE 2014 08:54
(defensa.com) Insólito revuelo en los medios locales ha generado el reciente anuncio de la baja del Buque Madre de Submarinos, BMS-42 Almirante Merino. Este interesante navío fue construido como HSwMS Älvsborg en los astilleros Karlskronavarvet AB en Suecia junto a su gemelo, el HSwMS Visborg como buques minadores, siendo posteriormente modificados como buques para apoyar las Flotillas de Submarinos suecos. El Älvsborg fue ordenado en 1968, iniciándose la construcción en noviembre del mismo año y siendo lanzado el 10 de noviembre de 1969 para ser comisionado el 6 de abril de 1971.
Tras ser modificado, quedó habilitado para acomodar 5 tripulaciones de submarinos para un total de 205 hombres. Para esa fecha, Suecia desplegaba los submarinos Hajen (con tripulación de 44 hombres) y los Draken (con 36 hombres). Tenía un desplazamiento de 2.660 toneladas, una eslora de 92 metros y una tripulación de 95 hombres. Su armamento era de 3 cañones A/A Bofors M/48 L/70 de 40mm, mientras que la propulsión estaba a cargo de dos diésel suecos en V de 12 cilindros Nohab Polar de 2100 BHP cada uno, que le permitían velocidades de hasta 17 nudos. Es justamente la falta de repuestos para los diésel lo que genera hoy la baja del BMS Merino.
El Älvsborg es incorporado por la Armada de Chile a contar del 7 de febrero de 1997, según Resolución C.J.A. Nº4520/12 de 12 de marzo de 1997, siendo bautizado BMS-42 Almirante Merino en honor a quien fuera Comandante en Jefe de la Armada entre el 11 de Septiembre de 1973 y el 8 de Marzo de 1990, Almirante José Toribio Merino Castro. El BMS Merino zarpó a Chile el 24 de marzo de 1997 recalando a Valparaíso el 4 de mayo del mismo año.
Resulta interesante recodar que el BMS Merino fue a reemplazar el vacío dejado con la baja del BMS-70 Angamos. Este trasbordador danés de 3560 toneladas había sido adquirido a la empresa estatal EMPREMAR el 19 de abril de 1977 haciéndose efectiva su incorporación el 6 de mayo de 1977 tras recibir modificaciones en la cubierta de vehículos transformándola en talleres, pañoles y santabárbara de torpedos pudiendo acomodar además 2 dotaciones completas de submarinistas. El Angamos se mantuvo en servicio hasta 1993.
Anteriormente, la Armada de Chile ya había operado un Buque Madre de Submarinos. En 1927 la Armada de Chile pone una orden en el Reino Unido por 3 submarinos modificados clase O u Odin y un Buque Madre de Submarinos. El pedido se hace al astillero Vickers- Armstrong Ltd de Barrow in Furness. Los Submarinos son bautizados Almirante Simpson, Capitán O’Brien y Capitán Thomson siendo lanzado en Octubre de 1928 el segundo y en Enero de 1929 el primero y tercero. El BMS Araucano es entregado en Marzo de 1930 y llega a Chile el 24 de Junio siendo retirado del servicio activo el 1 de enero de 1959. Tenía un desplazamiento de 9.000 toneladas. Su eslora era de 120 metros, manga de 17 metros y calaba 5,3 metros.
Esta reseña histórica deja en claro que la Armada de Chile, ha sido operador regular de este tipo de navíos, incorporándolos con cierta regularidad a su flota de submarinos, existiendo por ende una inserción estratégica de ellos en su Fuerza de Submarinos.
Es por lo anterior y pese al avance tecnológico de sus submarinos, especialmente los Scorpene, que resulta difícil justificar desde una visión práctica, el no reemplazo del BMS Merino, perdiéndose a toda vista una capacidad gravitante de la Fuerza de Submarinos. Con las capacidades que ofrecía el BMS Merino, destacándose su habitabilidad, santabárbara de torpedos y variados talleres y laboratorios, resulta difícil comprender cómo, según explicó el Ministro de Defensa, se pretende suplir la baja, con navíos tipo OPV o incluso con el mismo transporte AP-41 Aquiles, hoy por hoy ya suficientemente ocupado en su rol primario de transporte. Menos probable resultaría el uso del LSDH-91 Sargento Aldea, que por su mero tonelaje y dimensiones resultaría ser inadapto considerando también el nivel de furtividad que un BMS debe tener.
Si bien todas las alternativas anteriores son factibles, no resultan ser soluciones tácticamente reales y más bien resultan ser paliativos para justificar el impacto que esta baja representa para la Armada de Chile, donde la sombra de la falta de presupuestos es evidente. (Cristián Marambio, corresponsal en Chile)
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