OPINIÓN / Perspectivas
Sobre el presupuesto de Defensa de Argentina para 2015
Por Gustavo Eduardo Andrés Saralegui*, Buenos Aires – El 15 de septiembre de 2014 el
Poder Ejecutivo presentó el proyecto de
Presupuesto Nacional 2015. El total de gastos corrientes y de capital de la
Administración Nacional asciende a 1.251.630.248.497 de pesos argentinos. A la cartera de
Defensa fue asignado 50.383.635.798 pesos, equivalentes a 5.927.486.564 dólares, (a 8,5 el cambio), que representa un incremento del 43,53 por ciento respecto al ejercicio anterior. En relación al total la participación de Defensa equivale a un 4,3 por ciento.
El siguiente cuadro muestra la estructura del presupuesto de Defensa en una serie histórica, agrupado en tres rubros, dos extraídos del mismo y uno potencial como saldo entre el total y los dos ítems mencionados. Se percibe la alta incidencia del recurso humano (personal activo y pasivo, militar y civil) en la conformación presupuestaria a lo largo de los últimos doce años.
Alrededor del 78/80 por ciento del gasto proyectado es para pagar remuneraciones, retiros y pensiones. Por tanto los ítems adquisiciones y mantenimiento de equipos junto a operaciones, no puede exceder el 22 por ciento. Esta estructura de gastos es recurrente y muy parecida a otras naciones en
Latino América, por caso
Brasil. Quizás uno de los pocos países que ha quebrado esta inercia sea
Chile, buscando acercarse a una relación ideal de un 40 por ciento en capital humano y 60 por ciento para adquisiciones, operaciones y mantenimiento.
El estudio de la Contratación de Obras o Adquisición de Bienes y Servicios con Incidencia en Ejercicios Futuros, CAPÍTULO II Planilla Anexa al Artículo Nº 11 del presupuesto, muestra un giro radical en el nivel de gastos, para programas destinados a reparar y actualizar equipos, como a la adquisición de nuevos. Esto comenzó en el 2014 y parece
lograr hacer todo lo que antes no se hizo. Es tan llamativa la situación que para el 2015, 2016, 2017 y años futuros está previsto gastar el equivalente a 6.800 millones de dólares, lo que representa más de un presupuesto (1,15 veces) de Defensa 2015. Solo para este año se proyecta inversiones por 1.400 millones de dólares, lo que obligará al fisco a realizar importantes transferencias extra presupuesto Jurisdicción 45.
Debe saberse que el rubro Inversión Real Directa, no representa solo Adquisiciones de equipo militar. Esto se debe a que además de equipo militar considerado
gasto militar de acuerdo a la metodología de imputación que utiliza
NATO,
SIPRI o
IISS, incluye otras inversiones que esta clasificación no considera gasto militar. Fundamentalmente se trata de inversiones de contenido estructural y de administración.
A continuación en el
documento que puede consultarse en este enlace, se describe el conjunto de inversiones previstas en el presupuesto 2014 y 2015 con amortizaciones en años futuros.
La lectura y apreciación del mismo, permite observar particularidades en proyectos dentro del programa 16. Uno de ellos es la construcción de patrulleros oceánicos (
OPV). Fueron presupuestados en el 2005 para devengar su inversión en ese año, 06 y 07, por un monto de 121 millones de dólares, (cambio a 2,91). Ahora nuevamente para el trienio 2015, 2016, 1017 por la suma de 248,5 millones de dólares (cambio a 8,50). Otro llamativo proyecto es el Rompehielos
Irizar, el cual para su recuperación y actualización se proyectó una inversión de 328 millones de pesos argentinos en el año 2009, 85 millones de dólares (cambio a 3,85). Con las previsiones hasta el 2016, llevaría invertido 566 millones de pesos argentinos, un equivalente a 112 millones de dólares.
No parece apropiado destinar erogaciones futuras para equipos al borde de la obsolescencia debido al avance tecnológico, a pesar que algunos tienen poco uso, como es el caso de las fragatas y corbetas
Meko y los submarinos
TR-1700. Comparado con equipos equivalentes en países de la NATO, que llegan al momento de la retirada, con un importante desgaste, en Argentina lo que definiría su salida de servicio es su antigüedad y la imposibilidad de actualizarlos. Otro ejemplo es la actualización de los
TAM por 330 millones de dólares. En la actualidad las fuerzas acorazadas más modernas, para el combate tienen como tanque principal unidades de 60 toneladas provistas de cañones de 120 mm y un
Active Protection System (
APS) que incluye un
softkill que otorga baja firma infrarroja. Esto no ocurre con los
TAM que además de ser carros de 30 toneladas, con cañón de 105 mm, tiene un pobre blindaje reactivo y no reactivo frente a los equipos mencionados.
Resultan también llamativas las partidas asignadas para aviones
Pucará de la década del 70, los cuales no tienen ninguna participación exitosa en alguna operación militar actual que justifique prolongar su vida útil. Al presente no hay ningún proyecto serio para dotar al país de un avión de supremacía aérea que le permita equiparar la capacidad aérea del
Reino Unido en las
Islas Malvinas y de proyección que brindarán los futuros portaaviones de la clase
Queen Elizabeth. El reciente anuncio ministerial argentino sobre la incorporación de cazas de cuarta generación
Saab Gripen, no aptos para operar con comodidad en esa área marítima, suponen una inversión de alrededor de 1.500 millones de dólares. Sin embargo no fueron incluidos en las previsiones de este presupuesto de Defensa, contribuyendo una vez más a restarle credibilidad al mismo.
Parecería más razonable antes de invertir en el área Defensa, desarrollar primero un diseño de fuerza para las amenazas actuales. En cuanto a materiales, debería concentrarse el esfuerzo en la desactivación de equipos sobrepasados en su ciclo de vida y financiar plataformas y sistemas de armas de avanzada, que generen las capacidades que necesita el país, para lograr los objetivos nacionales de Defensa y Seguridad.
Por último cabe resaltar que el análisis del presupuesto de Defensa de Argentina, es una herramienta parcial para conocer los gastos en Defensa y debería contrastarse las proyecciones con el devengado en cada ejercicio fiscal, dado el importante sesgo que se observa al comparar ambas cifras.
*Gustavo E.ANDRÉS SARALEGUI es ingeniero por la Universidad Nacional de Buenos Aires, magister en Defensa por la Escuela de Defensa Nacional (EDENA) y colaborador en artículos de opinión para Nuevamayoria.com de Argentina e x.com de España.
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