Detenido en el Líbano un príncipe saudí con 2 toneladas de anfetaminas para los yihadistas del Estado Islámico
Fue sorprendido en el aeropuerto de Beirut con un cargamento de Captagon, una sustancia que explica la impavidez suicida de los yihadistas durante el combate y la brutalidad con la que realizan sus atrocidades
Agentes encargados de la detención del príncipe. REUTERS
MADRID.-
El príncipe saudí Abdulmohsen bin Walid bin Abdulaziz ha sido detenido este lunes en el Aeropuerto Internacional Rafik Hariri de Beirut tras ser sorprendido con un cargamento de
dos toneladas de pastillas de la droga conocida como Captagon, un tipo de anfetamina muy popular entre los
milicianos del grupo yihadista Estado Islámico.
Según ha revelado el diario libanés 'As Safir',
el príncipe y otros cuatro acompañantes, también saudíes, han sido detenidos tras una inspección de la Gendarmería en la que localizaron la droga. También había una
cantidad indeterminada de cocaína.
El juez ha ordenado
prisión para los cinco tras interrogar a los sospechosos, trasladados después a la sede de la Oficina Central de Narcóticos.
Fuentes consultadas por el 'As Safir' señalan que el príncipe tiene 35 años y que se disponía a volar desde Beirut a la localidad de Haíl, en el norte de Arabia Saudí.
Las autoridades aeroportuarias investigan ya el incidente en cooperación con las autoridades judiciales competentes en la que es ya
la mayor operación antidroga de la historia del aeropuerto de Beirut.
Captagon: la droga que enloquece a terroristas del Estado Islámico
Las decapitaciones que hemos visto fueron bajo la
influencia del Captagon. Bajo los efectos de este
tipo de anfetaminas, los terroristas violan y decapitan a decenas de personas.
En
Kobani, ciudad kurda situada en el norte de Siria y de donde han sido expulsados los yihadistas esta semana,
se han hallado píldoras en posesión de combatientes del Estado Islámico muertos.
Los kurdos creen que estas píldoras son anfetaminas, lo que
explica la impavidez suicida de los yihadistas durante las batallas y la brutalidad bestial con la realizan atrocidades: violaciones, decapitaciones y crucifixiones.
“Llevan cantidades de pastillas que siguen tomando. Esto
parece volverlos aún más locos. Se vuelven agitados y están dispuestos a castigar a niños incluso por cosas insignificantes”, contó a
The Daily Mirror, Ekram Ahmet, un kurdo que sacó a su familia de Kobani.
Príncipe Abdul Mohsen bin Walid bin Abdul Aziz.
Así parece confirmarlo el análisis de la voz del ‘yihadista John’, según
The International Business Times, que estaba bajo la influencia de anfetaminas cuando decapitó al rehén británico David Haines.
De acuerdo con Reuters, el colapso de la infraestructura estatal, el debilitamiento de las fronteras y la proliferación de grupos armados durante los casi tres años de conflicto,
ha transformado a Siria en un importante centro de producción de drogas, en especial de captagon.
Además,
el consumo de captagon ha crecido notablemente. Según los psicólogos, esta sustancia ayuda a los combatientes a soportar duras batallas, largas jornadas sin dormir e incluso el dolor si son torturados.
Asimismo, los médicos revelan que también
los civiles sirios están experimentando cada vez más con estas pastillas, que se pueden conseguir por un precio de entre 5 y 20 dólares.