FerTrucco
Colaborador
A ver:
Lo que dijo de Loredo es, justamente, que ARSAT se lanzó -con un enorme gasto / inversión- a construir cosas que no tuvieron demasiada planificación. La parte satelital, en general es impecable (de hecho, fue el motivo por el cual se creó ARSAT), pero falta la comercialización. La red de fibra, bastante cuestionable (y al día de hoy, bastante inútil). Las frecuencias celulares... en fin.
ARSAT nació por una necesidad de mantener la capacidad satelital. A partir de ahí, vieron qué otras cosas podían colgarle. El Estado empezó tratando de corregir algunas deficiencias, y terminó generando muchas más ineficiencias, sin corregir lo que se supone que iba a hacer, y a un costo enorme para los contribuyentes argentinos. Y como ocurrió bastante en los últimos 12 años, se dirigieron fondos a las provincias amigas, y se dejaron de lado las que no lo eran tanto. Tras cientos de millones de dólares invertidos (más otros tantos no percibidos por falencias propias), hoy no se corrigieron las ineficiencias originales.
"En todo el mundo" no se aplican las mismas recetas, porque cada geografía e idionsincrasia es diferente. No es lo mismo el modelo regulatorio europeo continental, que el norteamericano, que el asiático o el oceánico.
¿TECO y TASA solamente ejecutaron la última milla? Bueh... te faltaron miles de kilómetros de fibra, renovación y ampliación de radioenlaces, vínculos internacionales, servicios básicos en donde no los había... En fin, básicamente, lo que se consiguió fue que el Estado dejara de perder plata a lo pavote, y que los teléfonos funcionaran y estuvieran disponibles para quienes los requirieran. Mucho más que solamente "la última milla".
Cierto, el Estado tiene un margen mayor de "no rentabilidad", cuando no directamente la dispensa de ser rentable. Eso no quita que deba ser eficiente y efectivo. El problema recurrente en nuestro país es que al Estado la rentabilidad no le importa, pero nos deja de garpe con la eficiencia y la efectividad.
Estimado Ubaldosa :
El tema del tamaño y aprovechamiento del Datacenter, es que se hizo en función del tendido final de fibra óptica. Es el viejo dilema económico del "tamaño de planta". Si lo hago de un tamaño X y me quedó corto, después la ampliación termina saliendo más onerosa que haber construido la planta del tamaño un poco mayor. Hasta que no esté completado el tendido de fibra óptica, el Datacenter siempre va a estar sobredimensionado.
Lo que dijo de Loredo es, justamente, que ARSAT se lanzó -con un enorme gasto / inversión- a construir cosas que no tuvieron demasiada planificación. La parte satelital, en general es impecable (de hecho, fue el motivo por el cual se creó ARSAT), pero falta la comercialización. La red de fibra, bastante cuestionable (y al día de hoy, bastante inútil). Las frecuencias celulares... en fin.
En definitiva Arsat es la respuesta del Estado a ciertas falencias del modelo empresariado privado de comunicaciones, que a su vez estuvo condicionado por ciertas políticas estatales ineficaces.
En todo el mundo, obras de ésta envergadura son financiadas por el estado, y ejecutadas por empresas estatales, mixtas o directamente privadas.
ARSAT nació por una necesidad de mantener la capacidad satelital. A partir de ahí, vieron qué otras cosas podían colgarle. El Estado empezó tratando de corregir algunas deficiencias, y terminó generando muchas más ineficiencias, sin corregir lo que se supone que iba a hacer, y a un costo enorme para los contribuyentes argentinos. Y como ocurrió bastante en los últimos 12 años, se dirigieron fondos a las provincias amigas, y se dejaron de lado las que no lo eran tanto. Tras cientos de millones de dólares invertidos (más otros tantos no percibidos por falencias propias), hoy no se corrigieron las ineficiencias originales.
"En todo el mundo" no se aplican las mismas recetas, porque cada geografía e idionsincrasia es diferente. No es lo mismo el modelo regulatorio europeo continental, que el norteamericano, que el asiático o el oceánico.
Estimado Ubaldosa :
Un ejemplo de lo antedicho, es que antes de la privatización ineficiente de Entel, ésta ya había construido el primer y segundo anillo digital de la zona AMBA con fibra óptica, y también construyo dos telepuertos ( Capital Federal y Mar del Plata ) y había comenzado el cambio de centrales analógicas a digitales, de la mano de Siemens. Esto fue bien aprovechado luego por Telefónica y Telecom, que se encargaron solo de ejecutar " la última milla ".
¿TECO y TASA solamente ejecutaron la última milla? Bueh... te faltaron miles de kilómetros de fibra, renovación y ampliación de radioenlaces, vínculos internacionales, servicios básicos en donde no los había... En fin, básicamente, lo que se consiguió fue que el Estado dejara de perder plata a lo pavote, y que los teléfonos funcionaran y estuvieran disponibles para quienes los requirieran. Mucho más que solamente "la última milla".
Los conceptos económicos y contables de eficiencia, eficacia y efectividad, pueden y deben ser aplicados sobre empresas con fines de lucro, pero deben flexibilizarse un poco cuando incluimos los conceptos de soberanía, fronteras del conocimiento, desarrollo de nuevas tecnologías en el país, creación de nuevas capacidades y sustitución no sólo de importaciones de bienes y servicios sino también de conocimientos.
Cierto, el Estado tiene un margen mayor de "no rentabilidad", cuando no directamente la dispensa de ser rentable. Eso no quita que deba ser eficiente y efectivo. El problema recurrente en nuestro país es que al Estado la rentabilidad no le importa, pero nos deja de garpe con la eficiencia y la efectividad.