Una familia judía necesitaba auxilio; un doctor palestino no dudó en actuar
Por Diaa Hadid 8 julio 2016
A la izquierda, Tehila Mark en el funeral de su padre, el rabino Michael Mark, quien murió cuando un francotirador disparó al auto en el que viajaba la familia en Cisjordania. Tehila y su madre, Chavi, resultaron heridas en el ataque. Credit Oded Balilty/Associated Press
DAHRIYA, Cisjordania — El doctor palestino iba camino a Jerusalén para participar en las oraciones del Ramadán cuando tomó una decisión que a muchos en Israel les pareció inspiradora: ayudó a salvarle la vida a unos colonos judíos.
El viernes pasado, el Dr. Ali Shroukh, de 45 años, iba conduciendo con sus hermanos por una carretera en Cisjordania cuando se encontraron un auto que se había volcado. El vehículo familiar parecía fácilmente identificable como propiedad de unos colonos judíos.
El auto había chocado después de haber recibido disparos de un atacante palestino. El conductor, el rabino Michael Mark, de 46 años y padre de 10 hijos, falleció. Su esposa estaba gravemente lesionada y una de sus hijas adolescentes estaba seriamente herida. La familia iba de camino a Jerusalén para visitar a la madre de Mark.
Shroukh no se dio cuenta de que estaba presenciando las secuelas de un ataque terrorista. Su instinto fue simplemente el de ayudar.
Su respuesta fue un acto de generosidad en un conflicto en el que a menudo se carece de la misma, particularmente en medio de la violencia de los últimos nueve meses, durante los cuales los palestinos han matado a más de 30 israelíes y más de 210 palestinos también han sido asesinados (muchos de ellos al momento de realizar ataques o de intentar hacerlos).
A quién atender y a quién no se ha convertido en una cuestión particularmente conflictiva.
Los israelíes han acusado a médicos palestinos de ignorar a los judíos heridos. Después de un ataque, una mujer israelí que había sido apuñalada en el cuello dijo que los palestinos se burlaron de ella mientras pedía ayuda.
Palestinos y activistas de derechos humanos han documentado diversos casos en los que atacantes palestinos o atacantes en potencia no fueron atendidos por los médicos israelíes y, posteriormente, fallecieron.
Un oficial del ejército israelí comentó que el ejército mantiene una comunicación constante con sus médicos con el fin de asegurarse que entiendan las políticas para atender rápidamente a los atacantes palestinos.
El Dr. Ali Shroukh, al centro, y su hermano Mahmoud, a la derecha, en Dahriya, Cisjordania, el martes. El Dr. Shroukh se apresuró a ayudar a la familia Mark tras ver su carro volcado. Credit Rina Castelnuovo para The New York Times
Desde que se conoció la noticia del acto generoso de Shroukh, los medios internacionales y locales han invadido su pequeña clínica de urología ubicada en la parte superior de un centro comercial en Dahriya, un poblado rural en la frontera. Su teléfono no deja de recibir llamadas de agradecimiento de oficiales israelíes.
En una entrevista, Shroukh dijo que el viernes, después de haber conseguido el permiso de un día para ingresar a Jerusalén, no tenía en mente ningún tema político. Lo único que quería era orar en la mezquita sagrada de Al Aqsa durante el último viernes del Ramadán, un día particularmente sagrado.
En una curva de la carretera, vio a un palestino desviando el tráfico alrededor de un vehículo destrozado.
El hombre le gritó: “Hermano, hay una niña herida en mi auto”.
El hombre y su esposa habían llevado a la niña a su auto mientras esperaban asistencia médica. La pareja, que más tarde habló para un medio de comunicación israelí y que no fue identificada, dijo que habían estado intentando reconfortar a Tehila, la hija de Mark, que tenía una herida en el abdomen.
Shroukh comprimió la herida de la niña con una toalla. Ella lloraba y hacía preguntas, pero Shroukh, que no habla hebreo, no podía entenderla.
Su hermano Mahmoud, un jornalero en Israel que habla un poco de hebreo, intervino.
“Ella preguntaba: ‘¿Qué le pasó a mi familia?’”, comentó Mahmoud Shroukh. “Yo le dije: ‘No tengas miedo. Mi hermano es doctor y nos haremos cargo de ti’”.
“¿Mis padres están muertos?”, recordó Mahmoud Shroukh que la niña preguntaba. “No te preocupes, tu mamá y tu papá están bien”, le dijo. No quería angustiarla, comentó.
Entonces, Ali Shroukh y su hermano revisaron el vehículo en busca de sobrevivientes.
Encontraron al rabino Michael Mark muerto. Su esposa, Chavi, de 44 años, tenía una lesión grave en la cabeza y estaba inconsciente. Los Shroukh rompieron la ventana para sacar a la mujer.
Poco después llegó una ambulancia israelí para atender a las víctimas y llevarlas al hospital.
Después se posó sobre ellos la realidad del conflicto: un médico palestino que arribó les recomendó a los hermanos que se fueran. Esto fue un ataque, no un accidente vial, le dijo a Ali Shroukh. Los soldados israelíes lo podrían arrestar, sospechando que él era un cómplice por no estar vestido como doctor y estar cubierto en sangre. Los colonos judíos podrían atacarlo como venganza, pensando que él era el atacante.
La policía israelí y las fuerzas de seguridad en el sitio en donde la familia Mark fue atacada Credit Hazem Bader/Agence France-Presse — Getty Images
Los hermanos se alejaron del lugar. Sin embargo, dijo Ali Shroukh, se fue solo después de asegurarse de que las víctimas estaban siendo atendidas. Era su obligación ayudar, incluso aunque él pensara que estaba en riesgo.
“No importa si alguien es un colono, un judío o un árabe”, dijo. “Gracias a Dios les ayudamos”.
Llegaron a la mezquita de Al Aqsa al atardecer; rompieron su ayuno y oraron.
El lunes, cerca de Otniel, el sobrino de Mark, el rabino Menachem Kelmanson, de 28 años, y su esposa, Ayelet, de 27 años, guardaron
shivá para su tío.
Ayelet Kelmanson señalaba hacia la calle: tres adultos, todos padres de familia, han sido asesinados en ataques de las facciones militantes desde que comenzó esta ola de violencia en octubre, comentó.
Aun así, ellos mantienen buenas relaciones con los palestinos que conocen y trabajan en Otniel, dijo Kelmanson, incluso aunque estén atrapados, como personas, dentro de un conflicto.
“Conocemos a los árabes”, dijo Menachem Kelmanson. “Nosotros no creemos en la venganza”.
Kelmanson preguntó sobre el doctor palestino que había intentado salvar a la familia de su tío, y luego comenzó a llorar. “Díganle gracias, gracias, de todo corazón”, dijo.
Irit Pazner Garshowitz colaboró con este reportaje desde Jerusalén.
http://www.nytimes.com/es/2016/07/0...uxilio-un-doctor-palestino-no-dudo-en-actuar/