Estimados,
comparto el siguiente articulo...
Introducción.
Desde los albores del hombre se ha tenido constancia de la relación simbiótica entre el ser humano y los perros en cualquiera de sus familias genéticas… lobos, perros domésticos, chacales, coyotes, etc.
Durante todo este tiempo el género humano ha utilizado a sus fieles aliados como instrumentos para diversas artes, ya fuesen agrónomas, sociales, médicas o de la guerra. Y es precisamente este último aspecto uno de que resultan más espectaculares, heroicos, sangrientos y desconocidos de la historia.
Estas atribuciones relacionadas con el arte de la guerra, han sido reconocidas a través del tiempo mediante escritos, historias orales o medios audiovisuales. Así encontramos ejemplos en textos procedentes de la antigua China, como son las referencias de Sun Tzu, u otros, los de táctica y estrategia para el combate escritos por Von Claussewitz, padre del dinamismo bélico moderno.
Por supuesto que por medio encontramos relatos del Egipto faraónico, de la Roma Imperial y de las singulares campañas de las hordas germánicas y nórdicas. Encontramos más referencias provenientes de los ejércitos de Carlos V, la Primera y Segunda guerras Mundiales, Vietnam y últimamente Irak y Afganistán.
Eso de lo que hemos hablado resultaría ser más bien un aspecto real sobre los canes, pero el perro siempre ha nutrido otras historias, esas irreales, están basadas en tradiciones y mitologías y se han sucedido en el tiempo siendo parte de las memorias populares legendarias. Llama poderosamente la atención que estas se encuentran repartidas a lo largo y ancho del Globo, y aún en la distancia física y temporal existente entre culturas (muchas de ellas precolombinas), la figura del perro se recoge en creencias y leyendas.
Ya hemos hecho mención sobre el desconocimiento del papel jugado por los perros en las batallas si bien han sido utilizados desde la antigüedad por la mayoría de los contendientes.
El anecdotario sobre su evolución está lleno. En la antigüedad, por ejemplo, doscientos canes devolvieron del destierro a la corte al rey de los Garamantas, peleando contra los que resistían. Los pueblos Calophonios y Castabalenses así como los Hircanos y Magnesios tenían para la guerra escuadrones de perros que luchaban los primeros en las batallas sin retroceder jamás.
Tras el fin de cada contienda, los perros defendieron la casa de los Cymbros que habían muerto en batalla.
Posteriormente, los perros también fueron protagonistas de una de las eras más fascinantes de la historia: El Imperio Romano. Allí, los cronistas no solamente recogen ejemplos de canes al servicio de militares, sino que tratan su uso en peleas con gladiadores o como parte de la cadena logística de las legiones.
Paralelamente, en Rusia oriental, uno de los pueblos Escitas logró adiestrar centenares de perros de guerra con el único fin de convertirlos en hordas salvajes que atacasen a los Hunos y apoyasen el avance por las provincias romanas entorno a Corintia. Tras este periodo saltamos en el tiempo y volvemos a encontrar importantes referencias durante otra era igualmente espectacular: La colonización de América desde su descubrimiento.
Los historiadores nos relatan que fueron los perros una de las armas más importantes usadas en los avances y los combates de los soldados. Comúnmente se refieren a animales de raza española llamados Alanos, una variedad de perro pastor de grandes dimensiones. Gastón Phebus habla de ellos en su libro de caza como seres capaces de cruzarse con otras razas y a los cuales se les cortaba las orejas al ras para evitar heridas en combate.
La primera referencia que ha llegado a nuestros días de sus acciones en el Nuevo Mundo está fechada el 24 de marzo de 1495, donde la actuación de estos canes fue decisiva durante la batalla de las Antillas, donde el hermano de Cristóbal Colón, Bartolomé, empleo a doscientos hombres con veinte caballos y otros tantos perros contra los indios Caribes.
Pero no solamente fue esta tribu quien conoció la destreza de estos animales, también Aztecas, Araucanos, Pampas, Incas y un largo etcétera de pueblos cedieron así ante los europeos, como relató Fray Bartolomé de las Casas, quien llegó a afirmar que los españoles tenían el hábito de arrojar sus perros en cualquier ocasión, contra los indios.
También otro cronista, el fraile Bernardino de Sahagún refiere testimonios de indios atacados por “perros enormes, con orejas cortadas, ojos de fiera de color amarillo inyectados en sangre, enormes bocas, lenguas colgantes y dientes en forma de cuchillos, salvajes como el demonio y manchados como los jaguares”. La descripción tiene un inevitable tono de admiración y temor, no olvidemos que en la época precolombina los indios poseían perros de pequeña talla y cuerpo menudo. De esta suerte, los indígenas denominaron a los canes de los españoles como “una diabólica invención”.
Con el devenir de las civilizaciones encontramos que las funciones han variado afortunadamente desde usos de presa y ataque hasta la actualidad, en que han derivado a servicios auxiliares tales como detección de bombas y drogas, escolta de personalidades o rescate de accidentados.
Saltamos en el tiempo hasta el periodo contemporáneo, más cercano a nosotros, para observar que, durante las guerras modernas, los canes tenían asignados diferentes roles en los ejércitos…
- Paracaidistas: Realizando operaciones especiales detrás de las líneas enemigas para seguimiento de rastros y extracción de comandos.
- Correos: Cruzando líneas enemigas y terrenos inaccesibles, principalmente en el frente del Pacífico durante la 2ª G.M.
Usado igualmente para transmisión de órdenes entre posiciones artilleras y diversos objetivos en informes de observación.
- Ingenieros: Para tendido de líneas telefónicas o telegráficas por parte de los ingenieros militares.
- Logísticos: Para tiro de mercancías, transporte de víveres y pertrechos (incluso tomas meteorológicas, sobretodo en áreas cuasi-polares).
Durante la 1ª G.M. (1914-19).
Las potencias contendientes se dieron cuenta de la utilidad de los perros en acciones bélicas. Las razas utilizadas fueron diversas, pero destacan los Terrier Airedale, los Pastores Alemanes (Alsacianos), los Lurchers, el Rottweiler, el Schnauzer gigante y los Collies, que fueron los predilectos, aunque se pueden sumar muchas otras razas porque aparte de la pericia del adiestrador, el éxito dependía de la pericia y la destreza del can. Muchos de estos perros, antes de entrar en los campos de adiestramiento, sufrieron penalidades debido al razonamiento impuesto ya que sus amos, a duras penas, podían alimentarlos. Así es que, recién llegados al campo se pretendía que recibieran una alimentación nutritiva y un ejercicio sano para que estuvieran saludables y enérgicos.
Se tuvieron que acostumbrar a los sonidos de la guerra, al silbido de los obuses y al estruendo de los cañones, al fragor de la artillería y que soportaran el ruido tronador de las explosiones de granadas y proyectiles. Se les exponía constantemente a estos ruidos.
Francia fue el primer país que empleó perros en las maniobras de la infantería pero no desarrollo esa posible arma debido a falta de presupuestos, en cambio Alemania y Rusia encabezaron el desarrollo. En estos ejércitos destacaba el caso de los perros mensajeros sobre los que se tenía prohibición de acariciar o mostrar afecto para que no olvidaran a su adiestrador, pero recibían una buena alimentación antes de ser enviados al frente, donde nunca permanecerían más de doce horas seguidas.
Posteriormente, durante la 2ª G.M. (1939-1945).
El desarrollo del perro como arma en el combate se generalizó. Veamos la estadística sobre contendientes durante este conflicto. Como ejemplo tenemos que el ejército alemán hizo uso de 200.000 perros, la URSS entorno a 60.000 y EE.UU 25.000 de estos animales. El caso del Reino Unido difiere según autores debido a que comenzó a usarlos al menos dos años después de comenzada la contienda.
Veamos ahora, por su importancia, la actuación concreta de los canes en el ejército alemán.
Para su instrucción se estableció una escuela cercana a Berlín y otra cercana a Fráncfort. Entre ambas se podían albergar hasta 2.000 perros a la vez. Estos fueron entrenados como centinelas, exploradores, guardianes y mensajeros. La mayoría eran, como en los demás casos mencionados, Pastores Alemanes, Dobermans, Airedales y Boxers, que fueron incorporados a la nueva unidad designada como K-9 (posteriormente la denominación mencionada fue utilizada de manera general por los demás ejércitos).
En 1939, cuando Hitler.
Lanzó su bombardeo aéreo contra Polonia y posteriormente contra Europa en general, las unidades K-9 estaban también allí, organizadas y entrenadas de manera tan completa como lo eran la Luftwaffe o las fuerzas Panzer acorazadas. Los perros alemanes actuaron en los frentes de operaciones de Francia, frente ruso, Países Bajos, Italia, Polonia, Noruega y el norte de África, encuadrados en el mítico África Korps del mariscal Rommel. Cada campo de concentración tuvo su unidad de SS K-9 e incluso el mismo Overeichkampfürehr (Inspector General de Campos de Concentración del Reich) Heinrich Himmler tenía su propio Pastor Alemán.
El caso más conocido en esta raza es el de la perra de Adolf Hitler, el cual admiraba y quería profundamente a
Blondi hasta el punto de sacrificarla junto a él cuando se suicidó en el bunquer berlinés al final de la guerra.
El Reich Sbahninspektor Langner (subinspector de campos), era el líder de la escuela alemana. Hablamos de un experimentado adiestrador de perros desde la 1ª G.M. Él reconocía la importancia de encontrar a la persona más apropiada para cada perro, pensaba que los que manejaban a los perros debían ser sobretodo Hundefreunde (amante de los perros) y pasaba tanto tiempo entrenando a los Hundeführer como el que empleaba entrenando a los Diensthund (perros de servicio). Cada uno de los 700 equipos de perros y los que iban a acompañarlos debían renovarse en un examen anual a cargo del ReichSbahninspektor Langner.
Los métodos de instrucción de los K-9 desarrollados por Langner llegaron a ser reconocidos por todo el mundo. En el ejército soviético los perros demostraron ser especialmente valiosos durante los severos inviernos rusos cuando ellos localizaban y llevaban también a los soldados de combate con trineos.
Los Samoyedos Blancos fueron encontrados especialmente útiles en operaciones invernales y se utilizaron para tirar de trineos con soldados que se acercaban sigilosamente hasta las líneas enemigas mientras otro grupo de perros transportaba el resto de armas y materiales.
Este ejército adiestró también perros suicidas cargados con explosivos (ver fotografía) y entrenados para buscar alimento bajo los tanques. Un dispositivo era conectado a sus mochilas. Cuando este se accionaba causaba una explosión capaz de cortar el bajo vientre de los tanques. En un solo día, en el sector de Izyum, estos canes destruyeron nueve tanques y dos coches blindados, así que temidos por alemanes, tan pronto como oían los ladridos y veían a los perros corriendo, giraban frenéticamente los tanques para regresar a sus propias líneas.
En este frente destacó la figura del perro
Bob, un Pastor Alemán, que llegó a localizar, entre ataques y bombardeos, a más de dieciséis soldados heridos que se habían ido arrastrando hasta perderse dentro de hoyos y zanjas. Cuando encontraba a un superviviente se echaba a su lado para que el herido tomase algún material del botiquín médico que transportaba sobre su lomo.
Conclusión Final.
A lo largo de la historia la íntima relación entre humanos y perros se ha basado principalmente en nuestro aprovechamiento de sus atributos, y en base a esa fidelidad sumisa los hemos enviado a las guerras de los hombres para padecer salvajes monstruosidades. Los libros están repletos de ejemplos y aquí hemos visto alguno. Además, podemos encontrar menciones más actuales en casos como el de la Guerra de Vietnam, y en general de su utilización por parte de las fuerzas norteamericanas a lo largo de los diferentes conflictos, o su actual vigencia en las últimas guerras de Oriente Medio.
Afortunadamente la tendencia está evolucionando en positivo y se están transformando los objetivos ofensivos y cuasi suicidas de la antigüedad por otros de carácter auxiliar, menos sangrientos pero no por ello prescindibles. Todavía se utilizan perros en los frentes de batalla, pero OFICIALMENTE no para fines cargados de la brutalidad pasada.
Dicen que la historia de la humanidad no ha contado con un solo día de paz desde sus inicios, lo cual, indirectamente quiere decir que estos compañeros del hombre han corrido su suerte a la de nosotros desde el principio.
Para premiar esa valentía y fidelidad se creó la medalla Dickins, la cual ya se ha mencionado en el capítulo anterior. En su caso se pretende dar tributo a aquellos animales que han entregado sus esfuerzos y en muchas ocasiones incluso sus vidas ayudando al hombre en épocas de conflicto bélico.
A tenor de este apartado encontramos ejemplos como el perro
Rob que saltó 20 veces en paracaídas para la realización de misiones secretas en territorio enemigo. Otro caso es
Ricky, que a pesar de sufrir graves lesiones mientras desempeñaba su labor de detector de minas continuó trabajando en distintas misiones después de la guerra, o perros como
Belleza, Peter, Irma y Jet, destacados en el rescate de supervivientes bajo los escombros de Londres tras los bombardeos alemanes.
En la actualidad la medalla sigue vigente y encontramos un último caso que corresponde al perro
Buster, al cual se le concedió por sus labores en la detección de bombas durante la Guerra de Irak y sobre el que hablaremos más adelante.
Así mismo, recientemente ha sido inaugurado un monumento conmemorativo en Londres que pretende homenajear NO SOLO A LOS CONDECORADOS con la mencionada medalla sino a todos aquellos animales anónimos que, según recordó el presidente de la PDSA, Jilly Cooper, “sin tener idea de porqué habían sido arrastrados a los conflictos de los hombres actuaron solamente movidos por la lealtad y el afecto”.
Esta condecoración, que fue instituida en 1943 por la fundación inglesa PDSA (Dispensario Popular para los animales enfermos), es el equivalente de la Cruz de la Victoria otorgada a las personas y pretende ser un tributo a aquellos animales que han entregado sus esfuerzos y en muchas ocasiones incluso sus vidas ayudando al hombre en épocas de conflicto bélico.
Los ingleses aún recuerdan los bombardeos alemanes sobre Londres durante la guerra. En las labores de rescate destacaron perros como
Peter, Belleza, Irma y Jet, especialistas en el rescate de supervivientes bajo los escombros. Sin embargo, los perros no son los únicos animales que trabajan y se sacrifican ayudando al hombre en las guerras.
Entre los animales heroicos se cuentan también especies tan diversas como las palomas, las cuales sirvieron como mensajeras en conflictos como la 2ª Guerra Mundial (de las 17.000 enviadas a territorio enemigo sólo regresó 1 de cada 8); los caballos (sólo en la 1ª Guerra Mundial murieron 8 millones de estos animales) o ejemplares tan exóticos como delfines y leones marinos (utilizados para la detección de minas subacuáticas) e incluso luciérnagas que iluminaban a los soldados cuando leían los planos durante las noches en las trincheras.
Como hemos podido observar, el perro es un nítido reflejo del nivel cultural e incluso económico de un pueblo. En esta sociedad moderna y egoísta, tan mal acostumbrada para exigir sin estar dispuesta a dar, los perros siguen siendo en demasiadas ocasiones los anónimos benefactores que muchos en su ignorancia desprecian.
En países donde la cultura de los perros todavía está en proceso de desarrollo, como es el caso de España, el perro es visto por la sociedad humana en cierta medida como un estorbo. Sirva como ejemplo que en la Europa de rica tradición cultural y democrática, en más del 80 % de los hoteles, se aceptan canes. Por el contrario en nuestro país todavía esta cifra no supera el 10 %.
Para concluir deberíamos darnos cuenta que para conocer al perro, su naturaleza y su historia, nos ayudará a comprender mejor y valorar la inmensa aportación anónima que a través de los siglos ha supuesto para la humanidad. No seamos ingratos… Es de bien nacidos ser agradecidos.
FUENTE...
http://www.adiestradorcanino.com/webdelperro/perros-de-la-guerra/145
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