Robaron armas y chalecos antibalas de una sede de Gendarmería
Fue en una central de la Dirección de Inteligencia Criminal en la Ciudad de Buenos Aires
Dos personas ingresaron a una sede de la Gendarmería y se robaron siete armas, seis pistolas Glock y una Beretta, y varios chalecos antibalas, confirmaron a Infobae fuentes de la fuerza federal.
El robo ocurrió este martes cerca de las 13, en la sede de Dirección de Inteligencia Criminal, en la Unidad Especial de Inteligencia Antiterrorista, ubicada en la calle Dean Funes, a la altura de Carlos Calvo, en el límite entre los barrios porteños de Almagro y San Cristóbal.
"Yo estaba en la oficina, me dijeron que me encierre, me encerré en mi oficina, después salieron todos. (…) Fue un susto. ¿Mirá si era una toma de rehenes? Dicen que le apuntaron a la cabeza al 'pelado'
(NdeR: un guardia de seguridad) y a otro al estómago, y lo hicieron entrar a la fuerza. Los ataron con un cable y se llevaron las pistolas", dijo una de las empleadas del lugar en un testimonio al que accedió Infobae.
Otro gendarme explicó que "me fui a la guardia con el encargado y estaban dos compañeros atados y otro esposado. Pensé que estaban haciendo un allanamiento en la unidad, pero parece que se llevaron las pistolas".
En las últimas horas, efectivos de Gendarmería y policial desplegaron un operativo de rastrillaje para intentar ubicar a los ladrones y a las armas. En un audio del comando radioeléctrico se puede escuchar a una policía explicando "que dos masculinos armados se llevaron cinco pistolas asignadas al personal de Gendarmería", al tiempo que describe físicamente a los ladrones.
Antecedentes
El robo a la sede de Gendarmería es el cuarto de una serie que se remonta a enero de 2015, cuando
desapareció un misil antitanque del Escuadrón de Caballería Blindado 1 de La Plata. En ese caso
se trató de un TOW 2, un misil con cabeza inteligente y con capacidad para perforar un blindaje.
Algunos días más tarde, se hizo público un
robo en el Batallón 603 de San Lorenzo, en la localidad santafecina de Fray Luis Beltrán, donde las autoridades militares perdieron el rastro de unas 25 mil municiones calibre 9 milímetros.
En septiembre de 2015 un grupo comando ingresó al Batallón 601 en Campo de Mayo, y se llevó por lo menos nueve armas de fuego.
Por último, en octubre de 2015,
siete gendarmes fueron detenidos y separados de la fuerza acusados de haber participado de un robo de material bélico en el Escuadrón 20 de Orán. Se trató de unas 12 armas de guerra Beretta 9mm.
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