¿Cómo sería una guerra con Corea del Norte?
Si usted piensa que algún día va a poder ver una guerra en Corea como un espectáculo de ciencia-ficción al estilo de Irak en 2003 en su teléfono móvil Samsung o LG, mientras conduce su Hyundai o su Kia, piense que ésas son marcas surcoreanas. Y, si hay una guerra en Corea, esas empresas se verán afectadas.
Si usted tiene un iPhone, no se relaje, porque, aunque sea estadounidense, muchos de sus componentes son surcoreanos, y los teléfonos se ensamblan en China, un país que se vería afectado indirectamente por el conflicto. Lo mismo hasta si conduce un Renault. Esa compañía tiene un 43,4% de Nissan, y la empresa nipona, un 15% de la francesa. Y en una guerra entre las dos Coreas, es posible que Japón también recibiera su cuota de misiles.
Un conflicto entre EEUU y Corea del Sur, por un lado, y Corea del Norte, por otro, es imposible de evaluar. Participarían dos potencias nucleares, la primera y la undécima mayores economías del mundo - el PIB surcoreano es tan grande como el ruso - y tocaría, directa o indirectamente, a la segunda y tercera mayores economías mundiales - China y Japón -, y al país con más armas atómicas del mundo, que es Rusia. Sería la mayor guerra convencional desde la Segunda Guerra Mundial. Para el columnista y experto en geopolítica de la revista The Atlantic, Steven Clemons, "si atacas a Corea del Norte, tienes que contar con el sacrificio de un cuarto de millón de vidas en Corea del Sur".
"El ataque a Siria fue un 'bombardeo amable'. Eso no podría darse en Corea del Norte porque ese país cuenta con una tecnología mucho más desarrollada", explica Clemons. La principal utilidad de las Fuerzas Aéreas, la Marina y la mayor parte del Ejército de Tierra de Kim Jong-un sería servir de blancos a EEUU y Corea del Sur. Por eso, Pyongyang basa sus esperanzas en las bombas atómicas, las armas químicas y biológicas, las operaciones de comando, y en un bombardeo masivo y suicida de su artillería. Su objetivo no es ganar, sino infligir tal daño a sus enemigos que éstos decidan que no vale la pena el conflicto.
Diez mil cañones norcoreanos apuntando a Seúl
Corea del Norte tiene alrededor de 10.000 cañones, y más del 50% de ellos están en la frontera, apuntando al Sur, y más concretamente a Seúl, una megalópolis de 10 millones de habitantes. Esa artillería "tiene la capacidad de infligir un daño sustancial en Seúl, y también en los 28.000 soldados estadounidenses que están acantonados en esa ciudad", explica Eric Altbach, vicepresidente de la consultora Albright Stonebridge Group (ASG), y ex miembro del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU. "El secretario de Defensa con George W. Bush, Donald Rumsfeld, llevó a esos soldados de la frontera con Corea del Norte a Seúl para evitar que fueran masacrados en ese bombardeo", añade Clemons.
Desde el punto de vista estratégico, ese bombardeo salvaje no serviría de mucho, aunque fuera acompañado de ataques de comandos que, también usaran armas de destrucción masiva. Corea del Norte no podría mantener la iniciativa más allá de cuatro días como máximo, según el general retirado estadounidense James Marks. Otros, además, creen que el peligro está siendo exagerado. "EEUU lleva años empleando helicópteros indetectables al radar en Corea del Norte, de modo que tiene un conocimiento mejor de lo que se piensa del país, al menos de la frontera", declara el veterano periodista de investigación y ganador del Pulitzer, Seymour Hersh a EL MUNDO.
Pero Pyongyang también tiene misiles de largo alcance con los que alcanzar sobre Japón y Guam, una isla del archipiélago de las Marianas, que pertenece a EEUU (antes fue colonia española) en la que ese país tiene una de las mayores bases aéreas del mundo, Andersen.
¿Misiles con armas químicas o biológicas?
La cuestión es si los misiles llegarían a sus blancos, o si se desintegrarían en vuelo, o si serían destruidos por los sistemas antimisiles de EEUU. Y hay otra pregunta, más preocupante: ¿qué tipo de armas llevarían? ¿Convencionales, químicas, biológicas, o nucleares? "Dado que Corea del Norte tiene la capacidad de atacar a Corea del Sur y a Japón, pocos expertos creen que la opción militar sea realista", concluye Altbach.
Esa posibilidad hace que una guerra en Corea sea improbable, pero es también la causa de que el conflicto se agrave a medida que pasa el tiempo. "El problema con Corea del Norte es similar al que había con Irán hasta que se alcanzó el acuerdo sobre el programa nuclear con ese país: si no se actúa ahora, ¿hasta dónde van a llegar sus capacidades militares en uno o dos años?", recalca Clemons.
Ahora bien, supongamos que la guerra sigue. Corea del Norte ha destruido parte del Sur, ha atacado Japón y, tal vez, Guam, y China le ha cortado todo el apoyo. Su artillería ha sido destruida. Y la contraofensiva comienza, con EEUU y Corea del Sur avanzando sobre el país, con el apoyo logístico de Japón.
Esa fase de la guerra tampoco será fácil. "El territorio de Corea del Norte es una pesadilla. No es una llanura, como Irak, sino una sucesión de montañas", explica un militar estadounidense con experiencia en discusiones del Alto Estado Mayor. El régimen de Kim Jong-un basa su defensa en mantener dos áreas: la central hidroeléctrica de Nampo, y la capital, Pyongyang. Estimar el tiempo que pueda tardar una fuerza combinada surcoreana y estadounidense en tomar ambas es imposible, porque además esa operación debería combinarse con el control de los centros de lanzamiento de misiles, y los depósitos de armas químicas, biológicas y nucleares del país. Solo esa última tarea llevaría 46 días y requeriría 90.000 soldados estadounidenses, según la propia estimación del Pentágono.
Entretanto, al menos 200.000 militares norcoreanos estarían preparando una guerra de guerrillas, aunque lo más probable es que para entonces China interviniera bajo el pretexto de una operación humanitaria y creara una zona neutral para evitar que EEUU y Corea del Sur se plantaran en su frontera. La guerra, así, habría terminado con otra tregua.
http://www.elmundo.es/internacional/2017/05/16/591a0caee2704e88528b45bc.html