Sí, pero cuando para causar el caos en un país y dejarlo ciego, sordo, mudo e incendiado, solo necesitas un par de nerds sub 25 en vez de movilizar 10 divisiones, la relación costo-beneficio a favor de tener nuestros propios nerds parece razonable.
O con un sindicalista sobornable, más fácil y barato.Vos sentado para hacer guerra cibernètica, y te tiran una bomba de grafito en Atucha y te dejan sin luz medio CABA.
O políticos que trabajan para ciertas embajadas, más barato aún...O con un sindicalista sobornable, más fácil y barato.
Si supieras que con mucho menos podes hacer mas ....Vos sentado para hacer guerra cibernètica, y te tiran una bomba de grafito en Atucha y te dejan sin luz medio CABA.
Besos
Hay que ver en que términos lo expresaron. Porque podría ser un plan a 15 años. Y ese número de 3000 es un poco mucho, con 2000 alcanza para 5 U-209 AIP.No sè de cual fuman en la Armada, pero parece ser que es de la buena, porque deben volar para pensar que el poder polìtico le va a votar un presupuesto de 3000 millones de verdes, o màs para 5 Submarinos......... cuando ni siquiera les dà presupuesto para limpiar los cascos de los Subs.
Besos
La Armada necesita algo màs que un 209. Necesita un submarino Ocèanico, la misma Armada puso ese requerimiento hace 40 años. No creo que su forma de pensar haya ido hacia atràs.Hay que ver en que términos lo expresaron. Porque podría ser un plan a 15 años. Y ese número de 3000 es un poco mucho, con 2000 alcanza para 5 U-209 AIP.
Algo creíble es de acá a 5/6 años tan solo dos unidades para reemplazar al Salta y San Juan.
Miralo del lado bueno al análisis de la ARA, no llegamos a 6 años si no cambiamos (de verdad) la fórmula y dejamos la alquimia financiera. O estamos bastante mejor o ni estamos. La formula da 2,5 de crecimiento asegurado.
El tema es que se banquen durante 6 años las piedras y desestabilización de los que vivieron 100 años produciendo solamente consumo de criollitos de grasa y aumentándole clientes a Personal (políticos y sus sanguijuelas), cazando en un zoológico (empresarios) y de la extorsión desde de un Mercedes Benz sedán (sindicatos).
Dentro del gobierno este año dicen que se van a empezar a plantear si aplicar post elecciones 2019 el final del principio de la fórmula. Osea justo antes que la deuda empiece a apretar.
Tengo dudas del requerimiento porque hay un informe de un almirante de hace unos años que aboga por unidades de menor desplazamiento que los TR-1700 para el eventual reemplazo.La Armada necesita algo màs que un 209. Necesita un submarino Ocèanico, la misma Armada puso ese requerimiento hace 40 años. No creo que su forma de pensar haya ido hacia atràs.
Como cuando dicen que la FAA iba a querer F-5, ahora. No los quiso en su momento y fueron por los Deltas...................
Besos
PD: El punto es que si los polìticos no dan presupuesto para mantener el casco de un buque. Quien puede suponer que van a ir por Submarinos....... nuevos. Sobre el monto de la operaciòn, te olvidas un punto, no solo es el Submarino. Son torpedos, herramientas, manuales, sistemas de soporte en tierra, etc. Y todo eso suma.
Avisales a los yonis y a los ruskis de esto. Al menos hasta ahora siguen prefieriendo hacer carpet bombing y mandar a los marines...
Ah, ¿será por que no tienen computadoras para causar caos?
Caguense de risa, pero con el virus Stuxnet, retrasaron el programa nuclear iraní sin un sólo tiro.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Stuxnet
No veo a nadie reeemplazando M-4s, G36 o AKs por pendrives o espadas de fibra óptica. Veo que agregan a sus modernos equipos convencionales una rama nueva de tecnologia para ataque o defensa de nuevos objetivos.
Mientras tanto, aquí, en estas tierras:
-"¡¡Cargad los mosquetes!!"
-"¡¡empujad esas chalupas!!
-"¡¡Poded aire a ese aeróstato!!"
O con un sindicalista sobornable, más fácil y barato.
JULIO CESAR URIEN...mmmmmEsto publican en P12
Mamita querida llenguallengua
Reforma neoliberal vs Defensa Nacional
Por Julio César Urien*
El gobierno aprovechó la tragedia del ARA San Juan para contrabandear su proyecto de reforma del Sistema de Defensa. Expresarán que se trata de una “modernización”.Lo cierto es que quieren encajar a las Fuerzas Armadas al servicio de intereses inconfesables.
El campo popular debe discutir la naturaleza de la reforma anunciada,así como los actores e intereses que se mueven detrás de escena.
La comisión puesta a elaborar la propuesta oficial es una ficción para la opinión pública. El proyecto ya existe. Es la decantación de iniciativas impulsadas por políticos radicales ypor algunos sectores de la Armada Argentina, fundamentalmente.
Las modificaciones del sistema (rengo) actual responden a dos grandes presiones: una externa y la otra interna.
La primera representa los anhelos de agencias gubernamentales norteamericanas. El Comando Sur y la DEA, particularmente, que gozan de gran receptividad en alguna elite política y militar local. De acuerdo con esta visión el rol que nos cabe es subsidiario de la potencia militar global.La mejor manera de servir al interés propio sería, pues, asistir al mecanismo militar del Pentágono.
La defensa del territorio y la Constitución Nacional, te las debo.
Esta tremenda corriente de influencia llevaría al instrumento militar argentino a Siria, Afganistán, Irak, Cuerno de África, Yemen y, porqué no, Corea, Irán y Venezuela, si las circunstancias lo reclaman. Por eso ya se preparan bases estadounidenses en el país, la vicepresidenta Gabriela Michetti anunció una “alianza estratégica” con Israel y la gobernadora María Eugenia Vidal envió al grupo Halcón de la policía bonaerense a entrenarse a aquel país en guerra.
Sin embargo incluso para ellos existe un obstáculo. Esa piedra en el zapato es Malvinas. Tener parte del territorio ocupado por una potencia que aumenta su poderío militar en el Atlántico sur cada día es un problema. El gobierno apuesta a saltarse este escollo de la manera que mejores resultados le da: invisibilizándolo.
Los expertos en desinformación, siembra de rumores y aturdimiento, buscarán desalentartodo pensamiento estratégico-militar centrado en la defensa del Atlántico Sur y la Antártida. Sus voceros ya insinuaron la inconveniencia del reclamo de soberanía en Malvinas. Cuentan para ello con hasta con una cronista pro británica en el principal periódico del país. Es decir, ya conquistaron la cabecera de playa.
La segunda corriente de presiones que juega desde las sombras en la reforma gubernamental está conducida por políticos domésticos. Radicales del ala de Horacio Jaunarena a través del imperecedero Ángel Tello y del actual ministro “milico” Oscar Aguad. Este núcleo sueña con integrar las llamadas “nuevas amenazas”, terrorismo y narcotráfico en las misiones de nuestros militares, aunque se trate de fenómenos que,por ahora, deben ser atendidos por las fuerzas de seguridad.
Con la trasformación informada, los uniformados recuperarían sustentabilidad económica, autonomía e influencia social. Pasarían a ser el componente central de la coerción física del Estado. Recibirían graciosas ayudas de cooperación militar. Y así se desplazaría el eje del sistema punitivo y de disciplinamiento social del nivel táctico-policial al estratégico-militar, completando la ingeniería del law-fare (guerra jurídica) doméstico con el war-fare liso y llano.
El gobierno espera ganar el apoyo de la corporación militarofreciéndoles las instituciones policiales militarizadas. La Prefectura Naval (PNA) se reintegraría a la Armada y la Gendarmería al Ejército.
La PNA viene con una importante “caja” bajo el brazo: la recaudación de tasas, habilitación de personal embarcado y de buques, control de la hidrovía, seguridad de objetivos estratégicos (incluido Puerto Madero y toda la actividad legal y gris que ocurre dentro ahí dentro).
Así esperan comprar el silencio de los marinos de guerra ante desmontaje de dos siglos de presencia argentina en la Antártida y también acerca de la desaparición del ARA San Juan con sus 44 tripulantes.
El Ejército, que conoció un repunte de capacidad de influir durante el gobierno anterior, se deberá conformar con los contratos que obtenga para garantizar el orden interno.
La Fuerza Aérea recibirá algunas aeronaves de entrenamiento. Un puñado de aviadores gozará del privilegio de operar aviones norteamericanos para bombardear poblaciones del oriente medio. El resto se integrará a las low-cost privadas merced a su formación profesional pagada del presupuesto nacional.
Y todos contentos (aunque sectores minoritarios de las Fuerzas de Armadas sigan añorando un pensamiento estratégico centrado en la defensa de la soberanía territorial con eje en la cuestión Malvinas).
El otro actor que se deleita con esta potencial reforma son los proveedores de tecnología militar y de seguridad. Empresarios locales que tejieron relaciones promiscuas con militares, policías, periodistas y políticos-títeres de las embajadas de Estados Unidos e Israel.
Un lobby arcano que con el cash de la evasión fiscal financia las carreras de quienes deben tomar decisiones y también a los que forman la agenda de la opinión pública. Promueven vivamente el imaginario de un terrorismo delirantemente mapuche, islamista y kurdo.
La gramática de esta reestructuración lleva la marca de la cada vez más frecuente reivindicación de la dictadura genocida y, fundamentalmente, de la indiferencia, que es la principal aliada del gobierno de las corporaciones.
La oposición debería poder advertir el riesgo de lo que se viene si el Poder Ejecutivo ejecutara lo que tiene planeado. Por eso las fuerzas populares debemos auspiciar debates realistas en torno a la Defensa. Esto significa también desligarnos de dogmas anacrónicos sobre la naturaleza “siniestra” de los Estados Unidos.La potencia mundial está atravesada por la misma contradicción que enfrenta a la democracia representativa con las corporaciones.
Finalmente, es probable que este intento de volcar a las Fuerzas Armadas nuevamente sobre el “enemigo interno” quede sólo en proclamas. Cambiemos invierte en Defensa cada año un poco menos. Pero la iniciativa oficial no se trata solamente de un capricho de CEOs urgidos por hacer economía.
Habrá que hacer valer nuestra voz disidente en condiciones desfavorables y con un sentido común mayoritario adverso a los postulados nacional-populares. Ese es el reto de encarar una política de Defensa al servicio de un programa de desarrollo humano, justicia social y soberanía política en plena reconfiguración del Estado y desintegración de los partidos políticos.
El desafío es grande, pero elegimos no rendirnos.
*Presidente de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua
https://www.facebook.com/fipca.latravesia/
https://www.pagina12.com.ar/95126-reforma-neoliberal-vs-defensa-nacional
Si, pero si en vez de hacer un ataque ad hominem, lees lo que escribió, no está muy alejado de la postura general del foro, por poco simpático que resulte.
Un pelotu@o sin importancia...Esto publican en P12
Mamita querida llenguallengua
Reforma neoliberal vs Defensa Nacional
Por Julio César Urien*
El gobierno aprovechó la tragedia del ARA San Juan para contrabandear su proyecto de reforma del Sistema de Defensa. Expresarán que se trata de una “modernización”.Lo cierto es que quieren encajar a las Fuerzas Armadas al servicio de intereses inconfesables.
El campo popular debe discutir la naturaleza de la reforma anunciada,así como los actores e intereses que se mueven detrás de escena.
La comisión puesta a elaborar la propuesta oficial es una ficción para la opinión pública. El proyecto ya existe. Es la decantación de iniciativas impulsadas por políticos radicales ypor algunos sectores de la Armada Argentina, fundamentalmente.
Las modificaciones del sistema (rengo) actual responden a dos grandes presiones: una externa y la otra interna.
La primera representa los anhelos de agencias gubernamentales norteamericanas. El Comando Sur y la DEA, particularmente, que gozan de gran receptividad en alguna elite política y militar local. De acuerdo con esta visión el rol que nos cabe es subsidiario de la potencia militar global.La mejor manera de servir al interés propio sería, pues, asistir al mecanismo militar del Pentágono.
La defensa del territorio y la Constitución Nacional, te las debo.
Esta tremenda corriente de influencia llevaría al instrumento militar argentino a Siria, Afganistán, Irak, Cuerno de África, Yemen y, porqué no, Corea, Irán y Venezuela, si las circunstancias lo reclaman. Por eso ya se preparan bases estadounidenses en el país, la vicepresidenta Gabriela Michetti anunció una “alianza estratégica” con Israel y la gobernadora María Eugenia Vidal envió al grupo Halcón de la policía bonaerense a entrenarse a aquel país en guerra.
Sin embargo incluso para ellos existe un obstáculo. Esa piedra en el zapato es Malvinas. Tener parte del territorio ocupado por una potencia que aumenta su poderío militar en el Atlántico sur cada día es un problema. El gobierno apuesta a saltarse este escollo de la manera que mejores resultados le da: invisibilizándolo.
Los expertos en desinformación, siembra de rumores y aturdimiento, buscarán desalentartodo pensamiento estratégico-militar centrado en la defensa del Atlántico Sur y la Antártida. Sus voceros ya insinuaron la inconveniencia del reclamo de soberanía en Malvinas. Cuentan para ello con hasta con una cronista pro británica en el principal periódico del país. Es decir, ya conquistaron la cabecera de playa.
La segunda corriente de presiones que juega desde las sombras en la reforma gubernamental está conducida por políticos domésticos. Radicales del ala de Horacio Jaunarena a través del imperecedero Ángel Tello y del actual ministro “milico” Oscar Aguad. Este núcleo sueña con integrar las llamadas “nuevas amenazas”, terrorismo y narcotráfico en las misiones de nuestros militares, aunque se trate de fenómenos que,por ahora, deben ser atendidos por las fuerzas de seguridad.
Con la trasformación informada, los uniformados recuperarían sustentabilidad económica, autonomía e influencia social. Pasarían a ser el componente central de la coerción física del Estado. Recibirían graciosas ayudas de cooperación militar. Y así se desplazaría el eje del sistema punitivo y de disciplinamiento social del nivel táctico-policial al estratégico-militar, completando la ingeniería del law-fare (guerra jurídica) doméstico con el war-fare liso y llano.
El gobierno espera ganar el apoyo de la corporación militarofreciéndoles las instituciones policiales militarizadas. La Prefectura Naval (PNA) se reintegraría a la Armada y la Gendarmería al Ejército.
La PNA viene con una importante “caja” bajo el brazo: la recaudación de tasas, habilitación de personal embarcado y de buques, control de la hidrovía, seguridad de objetivos estratégicos (incluido Puerto Madero y toda la actividad legal y gris que ocurre dentro ahí dentro).
Así esperan comprar el silencio de los marinos de guerra ante desmontaje de dos siglos de presencia argentina en la Antártida y también acerca de la desaparición del ARA San Juan con sus 44 tripulantes.
El Ejército, que conoció un repunte de capacidad de influir durante el gobierno anterior, se deberá conformar con los contratos que obtenga para garantizar el orden interno.
La Fuerza Aérea recibirá algunas aeronaves de entrenamiento. Un puñado de aviadores gozará del privilegio de operar aviones norteamericanos para bombardear poblaciones del oriente medio. El resto se integrará a las low-cost privadas merced a su formación profesional pagada del presupuesto nacional.
Y todos contentos (aunque sectores minoritarios de las Fuerzas de Armadas sigan añorando un pensamiento estratégico centrado en la defensa de la soberanía territorial con eje en la cuestión Malvinas).
El otro actor que se deleita con esta potencial reforma son los proveedores de tecnología militar y de seguridad. Empresarios locales que tejieron relaciones promiscuas con militares, policías, periodistas y políticos-títeres de las embajadas de Estados Unidos e Israel.
Un lobby arcano que con el cash de la evasión fiscal financia las carreras de quienes deben tomar decisiones y también a los que forman la agenda de la opinión pública. Promueven vivamente el imaginario de un terrorismo delirantemente mapuche, islamista y kurdo.
La gramática de esta reestructuración lleva la marca de la cada vez más frecuente reivindicación de la dictadura genocida y, fundamentalmente, de la indiferencia, que es la principal aliada del gobierno de las corporaciones.
La oposición debería poder advertir el riesgo de lo que se viene si el Poder Ejecutivo ejecutara lo que tiene planeado. Por eso las fuerzas populares debemos auspiciar debates realistas en torno a la Defensa. Esto significa también desligarnos de dogmas anacrónicos sobre la naturaleza “siniestra” de los Estados Unidos.La potencia mundial está atravesada por la misma contradicción que enfrenta a la democracia representativa con las corporaciones.
Finalmente, es probable que este intento de volcar a las Fuerzas Armadas nuevamente sobre el “enemigo interno” quede sólo en proclamas. Cambiemos invierte en Defensa cada año un poco menos. Pero la iniciativa oficial no se trata solamente de un capricho de CEOs urgidos por hacer economía.
Habrá que hacer valer nuestra voz disidente en condiciones desfavorables y con un sentido común mayoritario adverso a los postulados nacional-populares. Ese es el reto de encarar una política de Defensa al servicio de un programa de desarrollo humano, justicia social y soberanía política en plena reconfiguración del Estado y desintegración de los partidos políticos.
El desafío es grande, pero elegimos no rendirnos.
*Presidente de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua
https://www.facebook.com/fipca.latravesia/
https://www.pagina12.com.ar/95126-reforma-neoliberal-vs-defensa-nacional
A) No existe nueva libertad. Nuestro estado es liberal desde 1853 hasta 1949 y burgués desde 1810 a la fecha. Por ende, ya sabemos cuales son las bases del liberalismo. La fundante es la seguridad para la paz y el disfrute de la vida, es decir se protege la propiedad del hombre y su libertad. Eso no cambia, el neoliberalismo no existe como tal. Muchos asocian neoliberalismo con la desregulación y la represión, en realidad es una adaptación a los tiempos modernos con un fenómeno antes inexistente: globalización. Es el fracaso del modelo de estado de bienestar por las razones conocidas.Esto publican en P12
Mamita querida llenguallengua
Reforma neoliberal vs Defensa Nacional
Por Julio César Urien*
El gobierno aprovechó la tragedia del ARA San Juan para contrabandear su proyecto de reforma del Sistema de Defensa. Expresarán que se trata de una “modernización”.Lo cierto es que quieren encajar a las Fuerzas Armadas al servicio de intereses inconfesables.
El campo popular debe discutir la naturaleza de la reforma anunciada,así como los actores e intereses que se mueven detrás de escena.
La comisión puesta a elaborar la propuesta oficial es una ficción para la opinión pública. El proyecto ya existe. Es la decantación de iniciativas impulsadas por políticos radicales ypor algunos sectores de la Armada Argentina, fundamentalmente.
Las modificaciones del sistema (rengo) actual responden a dos grandes presiones: una externa y la otra interna.
La primera representa los anhelos de agencias gubernamentales norteamericanas. El Comando Sur y la DEA, particularmente, que gozan de gran receptividad en alguna elite política y militar local. De acuerdo con esta visión el rol que nos cabe es subsidiario de la potencia militar global.La mejor manera de servir al interés propio sería, pues, asistir al mecanismo militar del Pentágono.
La defensa del territorio y la Constitución Nacional, te las debo.
Esta tremenda corriente de influencia llevaría al instrumento militar argentino a Siria, Afganistán, Irak, Cuerno de África, Yemen y, porqué no, Corea, Irán y Venezuela, si las circunstancias lo reclaman. Por eso ya se preparan bases estadounidenses en el país, la vicepresidenta Gabriela Michetti anunció una “alianza estratégica” con Israel y la gobernadora María Eugenia Vidal envió al grupo Halcón de la policía bonaerense a entrenarse a aquel país en guerra.
Sin embargo incluso para ellos existe un obstáculo. Esa piedra en el zapato es Malvinas. Tener parte del territorio ocupado por una potencia que aumenta su poderío militar en el Atlántico sur cada día es un problema. El gobierno apuesta a saltarse este escollo de la manera que mejores resultados le da: invisibilizándolo.
Los expertos en desinformación, siembra de rumores y aturdimiento, buscarán desalentartodo pensamiento estratégico-militar centrado en la defensa del Atlántico Sur y la Antártida. Sus voceros ya insinuaron la inconveniencia del reclamo de soberanía en Malvinas. Cuentan para ello con hasta con una cronista pro británica en el principal periódico del país. Es decir, ya conquistaron la cabecera de playa.
La segunda corriente de presiones que juega desde las sombras en la reforma gubernamental está conducida por políticos domésticos. Radicales del ala de Horacio Jaunarena a través del imperecedero Ángel Tello y del actual ministro “milico” Oscar Aguad. Este núcleo sueña con integrar las llamadas “nuevas amenazas”, terrorismo y narcotráfico en las misiones de nuestros militares, aunque se trate de fenómenos que,por ahora, deben ser atendidos por las fuerzas de seguridad.
Con la trasformación informada, los uniformados recuperarían sustentabilidad económica, autonomía e influencia social. Pasarían a ser el componente central de la coerción física del Estado. Recibirían graciosas ayudas de cooperación militar. Y así se desplazaría el eje del sistema punitivo y de disciplinamiento social del nivel táctico-policial al estratégico-militar, completando la ingeniería del law-fare (guerra jurídica) doméstico con el war-fare liso y llano.
El gobierno espera ganar el apoyo de la corporación militarofreciéndoles las instituciones policiales militarizadas. La Prefectura Naval (PNA) se reintegraría a la Armada y la Gendarmería al Ejército.
La PNA viene con una importante “caja” bajo el brazo: la recaudación de tasas, habilitación de personal embarcado y de buques, control de la hidrovía, seguridad de objetivos estratégicos (incluido Puerto Madero y toda la actividad legal y gris que ocurre dentro ahí dentro).
Así esperan comprar el silencio de los marinos de guerra ante desmontaje de dos siglos de presencia argentina en la Antártida y también acerca de la desaparición del ARA San Juan con sus 44 tripulantes.
El Ejército, que conoció un repunte de capacidad de influir durante el gobierno anterior, se deberá conformar con los contratos que obtenga para garantizar el orden interno.
La Fuerza Aérea recibirá algunas aeronaves de entrenamiento. Un puñado de aviadores gozará del privilegio de operar aviones norteamericanos para bombardear poblaciones del oriente medio. El resto se integrará a las low-cost privadas merced a su formación profesional pagada del presupuesto nacional.
Y todos contentos (aunque sectores minoritarios de las Fuerzas de Armadas sigan añorando un pensamiento estratégico centrado en la defensa de la soberanía territorial con eje en la cuestión Malvinas).
El otro actor que se deleita con esta potencial reforma son los proveedores de tecnología militar y de seguridad. Empresarios locales que tejieron relaciones promiscuas con militares, policías, periodistas y políticos-títeres de las embajadas de Estados Unidos e Israel.
Un lobby arcano que con el cash de la evasión fiscal financia las carreras de quienes deben tomar decisiones y también a los que forman la agenda de la opinión pública. Promueven vivamente el imaginario de un terrorismo delirantemente mapuche, islamista y kurdo.
La gramática de esta reestructuración lleva la marca de la cada vez más frecuente reivindicación de la dictadura genocida y, fundamentalmente, de la indiferencia, que es la principal aliada del gobierno de las corporaciones.
La oposición debería poder advertir el riesgo de lo que se viene si el Poder Ejecutivo ejecutara lo que tiene planeado. Por eso las fuerzas populares debemos auspiciar debates realistas en torno a la Defensa. Esto significa también desligarnos de dogmas anacrónicos sobre la naturaleza “siniestra” de los Estados Unidos.La potencia mundial está atravesada por la misma contradicción que enfrenta a la democracia representativa con las corporaciones.
Finalmente, es probable que este intento de volcar a las Fuerzas Armadas nuevamente sobre el “enemigo interno” quede sólo en proclamas. Cambiemos invierte en Defensa cada año un poco menos. Pero la iniciativa oficial no se trata solamente de un capricho de CEOs urgidos por hacer economía.
Habrá que hacer valer nuestra voz disidente en condiciones desfavorables y con un sentido común mayoritario adverso a los postulados nacional-populares. Ese es el reto de encarar una política de Defensa al servicio de un programa de desarrollo humano, justicia social y soberanía política en plena reconfiguración del Estado y desintegración de los partidos políticos.
El desafío es grande, pero elegimos no rendirnos.
*Presidente de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua
https://www.facebook.com/fipca.latravesia/
https://www.pagina12.com.ar/95126-reforma-neoliberal-vs-defensa-nacional
Estados Unidos es la potencia que rige el hemisferio y prohibe el ingreso de potencias extranjeros. No digo que rifemos la seguridad a lo que diga EE.UU. pero es imposible no tener una interconexión.Si... pero termina usando lenguaje y formas que apelan sólo a la militancia. Además de que quizás va demasiado lejos en algunas presunciones. Pero en lineas generales: acercamiento fuerte a intereses EEUU y sus aliados, y vuelco a seguridad interior, no le está errando por mucho.