Conferencias, entrevistas y programas de Nicolás Kasanzew.-

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
El 26 de setiembre, todos los veteranos de Malvinas marchan en Buenos Aires por la soberanía nacional y en defensa de sus derechos. Entre otros objetivos: para que el museo Anti-Malvinas en la ESMA sea un verdadero Museo de Malvinas, que honre a los héroes, en lugar de ensuciarlos.Concentración en Callao y Marcelo T. de Alvear a las 9 de la mañana. Convoca la Confederación de Combatientes de Malvinas que preside Ruben Rada.
 
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Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
Cuando uno da una charla puede tener un centenar de personas de audiencia, como tuve recién en Mercedes, Corrientes, o más de 800, cuando en Corrientes Capital acompañe al Cacha Arca, uno de los que hundieron a la “Ardent”, o apenas unas 30 o 40 personas, como me ha pasado alguna vez. Pero en todos los casos lo que multiplica exponencialmente la llegada del mensaje, es el eco en los medios locales. https://www.ellitoral.com.ar/corrie...de-la-charla-del-unico-corresponsal-de-guerra
 

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Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
En 1991 Norman Schwarzkopf, el general estadounidense que comandó a las fuerzas de coalición en la primera guerra del Golfo, (la operación “Tormenta del Desierto”), preocupado por la cantidad de buques yanquis reunidos en el estrecho de Ormuz, dijo: " Si los iraquíes tuvieran 5 pilotos argentinos al mando de sus aviones, en una hora no queda un solo barco nuestro a flote." Estaba aludiendo a pilotos como Roberto “Tito” Sylvester, quien participó del hundimiento de la fragata “Ardent”, y que hoy cumple años. El, y tantos otros como él, nos obsequiaron el inmenso orgullo de haber consagrado universalmente a la Argentina como tierra de valientes guerreros. Obsequiemos a Roberto Sylvester el tributo de nuestro agradecimiento eterno.

 

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Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
No había hecho la especialidad de piloto de combate, y sin embargo salía intrépidamente a combatir. Carlos Alberto Molteni, el comandante de la 1a Escuadrilla de Ataque de la Aviación Naval, entre otras misiones, golpeó a los ingleses el 28 de mayo en Darwin-Pradera del Ganso, acompañado por su numeral, Daniel Miguel. La acometida era temeraria. "¡Están locos!", se desesperaba desde la Base Aérea Cóndor el suboficial Bazaez. "Estamos bien, - fue la respuesta de Molteni, - Vamos en picada al objetivo". Disparando sus ametralladoras y cohetes, ambos Aermacchi se metieron en un embudo de fuego inglés de todos los calibres. Un misil tierra-aire Blow Pipe abatió al teniente de corbeta Miguel. Afortunadamente, el capitán Carlos Alberto Molteni, tras haber causado considerables bajas al enemigo tal como lo atestigua Norberto Francisco Bazaez, pudo hurtar el cuerpo a las descargas enemigas y, pegado al suelo, consiguió regresar a la Base Aérea de Puerto Argentino, donde lo entrevisté. Fue una de tantas notas mías que la censura destruyó sin ton ni son. Molteni cumple años hoy. Según su DNI son más, pero en realidad, deberíamos contabilizar 36...
 
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Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
Muchos de nuestros hombres en Malvinas fueron dignos sucesores de aquellos audaces guerreros de la Hispanidad; desde los caballeros del Cid Campeador, hasta los combatientes de la legendaria División Azul.
El 11 de junio de 1982, los cañones ingleses, ubicados detrás de elevaciones y muy bien enmascarados, batían impunemente nuestras posiciones de primera línea. Entonces, para poder neutralizarlos con fuego de contrabatería, el teniente primero Luis Antonio Caballero, jefe de la Batería A del GA3, montó en el helicóptero Agusta A-109, piloteado por otro bravo, el teniente primero Martín Rubio. Caballero y Rubio se elevaban y registraban desde lo alto las posiciones enemigas cuando disparaban sus cañones, ya que los fogonazos y el humo los delataban. Luego determinaban el rumbo y fijaban la distancia por medio del mapa. Al mantenerse estático su helicóptero, podían ser presa fácil de los Harriers y los misiles antiaéreos. Para evitar ser derribados, Caballero y Rubio permanecían suspendidos durante veinte segundos, luego bajaban hasta tres metros del suelo, engañando a los británicos con una serie de maniobras evasivas, y volvían a elevarse sobre otro de los puntos seleccionados. A la séptima vez que se elevaron, Caballero detectó los cañones ingleses. Ahora sí, nuestras baterías podían entablar un duelo con el enemigo.
Tuve el honor de presenciar ese combate, de registrarlo en imágenes y hasta de hacer un disparo contra los ingleses. Nuestras baterías se comportaban como si fueran velas, que una vez encendidas continuaban consumiéndose hasta su total agotamiento. No dejaban de disparar hasta que el enemigo hiriera a los servidores o estropeara las piezas o hasta que estas se fundieran, o se agotara la munición.
Era un mortífero ping-pong. Lanzaban los ingleses una lluvia de fuego, y nuestros soldados se protegían en sus refugios de las fortificaciones, muy bien preparadas por Caballero desde mucho tiempo antes de iniciarse los combates y que se mejoraban constantemente. Cuando los ingleses hacían una pausa de los fuegos terrestres creyendo, seguramente, que habían destruido la posición con tan intenso ataque, los artilleros, a la orden del jefe de batería o de su segundo, el teniente Acosta, salían rápidamente de los pozos y respondían de inmediato con sus obuses, con mayor furia aún. Y así, ida y vuelta ¡durante más de 60 horas!
Luis Antonio Caballero, cumple años hoy, en el Día de la Hispanidad. Gloria y honor por siempre a este hidalgo combatiente, a quien recuerdo de rostro aniñado y temperamento de hierro.
 
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Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
El Halcón Marcelo Moroni de la Fuerza Aérea cumple años hoy. Siendo un imberbe alférez, entre muchas otras misiones, este piloto participó el 13 de junio de un ataque que estuvo a punto de modificar el curso de la Guerra Austral. A las tres y diez de la tarde, siete aviones A4B Skyhawk lanzaron sus bombas sobre la base de la Tercera Brigada en Monte Kent. Los jefes ingleses Jeremy Moore y Julian Thompson, que en ese momento estaban preparando el ataque final contra Puerto Argentino, salvaron sus vidas por un pelo.
La carpa del general Moore voló por los aires y el hombre tuvo que tirarse al barro de una trinchera para salvar el pellejo; las deflagraciones lo cubrieron de escombros. Y una bomba sin explotar quedó clavada en la turba a unos pocos metros de la roca tras la cual se había refugiado el brigadier Julian Thompson.
En un reportaje otorgado a la revista Siete Días, donde yo escribía por aquella época, Moore dijo:“Ese fue el día en el que más miedo tuve”.
Poco después de la guerra, uno de los hombres que aterrorizaron al jefe de las tropas británicas en Malvinas, el alférez Marcelo Moroni, en una reunión de los Halcones en Paraná a la que fui invitado, me obsequió el pañuelo que él había llevado en su cuello durante toda la guerra. Huelga decir que fue uno de los regalos más preciados que me brindó la vida.
 
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