El proyecto IA-63 PAMPA nace en abril de 1979, cuando la Fuerza Aérea Argentina (FAA) encomienda a la por entonces Fábrica Militar de Aviones (FMA), a través de su «Directiva de Desarrollo», el diseño y construcción de un avión a reacción para entrenamiento medio-avanzado que reemplazara al veterano Morane Saulnier MS.760 Paris que se encontraba en servicio desde principios de los años 1970.
Para ello se emprendió el desarrollo de un avión entrenador de nueva generación de diseño propio con la participación de una firma extranjera, por lo cual el 5 de mayo de 1980 se firmó un convenio entre la FAA y la empresa alemana Dornier. El programa preveía que técnicos argentinos trabajaran junto a los alemanes a fin de asegurar la necesaria transferencia de tecnología que permitiera en el futuro a la F.M.A. independizarse de la tutela extranjera.
El desarrollo del avión se llevó a cabo con las más modernas técnicas de diseño utilizadas hasta la actualidad, llevándose a cabo un entrenamiento paralelo en todas las etapas de desarrollo del proyecto, las que abarcaban todos los niveles de diseño y fabricación. De esta cooperación surgió el avión IA-63 PAMPA, terminándose el primer prototipo EX-01 en junio de 1983.
Para las pruebas en vuelo se seleccionaron tripulaciones del Centro de Ensayos en Vuelo (CEV) de la FAA, siendo enviados a la escuela de pilotos de pruebas francesa L`Ecole du Personnel Navigant d Essais et de Reception (Escuela de Personal Navegante de Ensayos y Recepción) para completar los cursos de piloto e ingeniero de prueba.
De esta manera, el IA-63 PAMPA número uno –matrícula EX-01–, realizó su primer vuelo el 6 de octubre de 1984 piloteado por el vicecomodoro Genaro Sciola, y el mayor Horacio Orefice, con una duración de cincuenta minutos y alcanzándose una velocidad de Mach 0,63 (777 km/h) a 4570 metros sin inconvenientes.