Fuerte impulso a la Actividad Nuclear Argentina
El desarrollo tecnológico de punta, es el tipo de actividad con mayor efecto multiplicador. Dicho en términos más sencillos, es la actividad que más “tracciona” o “empuja” a la Economía Nacional hacia la senda del desarrollo.
En Argentina, los niveles de excelencia y la probada competitividad del Sector Nuclear nos han posicionado en el selecto grupo de los países más avanzados a nivel mundial en la materia.
Partiendo del núcleo fundador de la tecnología nuclear, se han desarrollado una serie de otras actividades tecnológicas –originalmente vinculadas y varias hoy con “vuelo propio”-, que permiten contribuir sólidamente a posicionar a Nuestro País dentro de las Potencias Emergentes. No es por ello casual que Argentina forme parte del G 20, hecho con enorme relevancia geopolítica, realidad que debe ser debidamente aquilatada; además de apuntalarse y promoverse el desarrollo como uno de los Grandes Objetivos Nacionales.
La propia actividad nuclear pasó de las etapas de investigaciones puras, a las posteriores y más productivas de investigaciones aplicadas. Las aplicaciones nucleares en medicina, conservación de alimentos, estudios no destructivos de materiales, con-troles de plagas de la agricultura, generación de energía nuclear, desarrollo de tecnologías de almacenamientos seguros de materiales peligrosos, producción nacional de todos los insumos productivos de esa diversa gama de actividades, construcciones de reactores nucleares para el mercado interno y para exportación, el diseño propio de un avanzado tipo de central nuclear modular, y por supuesto la formación de científicos de primer nivel internacional; son los más relevantes hitos de concreciones, que jalonan positivamente los primeros sesenta años de la Comisión Nacional de Energía Atómica; próximos a cumplirse.
De ese “tronco principal” de actividades, se derivaron otras hoy no menos im-portantes, como son el diseño y construcción de satélites de uso científico, el diseño y construcción de radares de uso civil y militar, desarrollo de sistemas electrónicos de navegación, desarrollo y producción de unidades de generación eléctrica eólica; y otras concreciones e ideas esbozadas aún sin desarrollo.
Evidentemente, aunque los neoliberales digan lo contrario, no es lo mismo producir acero que caramelos, y no es lo mismo exportar carne congelada que reactores nucleares. Cuanto más valor agregado, cuanta más tecnología hay (y si es de punta como la nuclear más aún), pues tanto mejor.
En base a esa realidad económica y geopolítica, que muestra claramente el enorme valor del desarrollo tecnológico propio, es sumamente positivo que a fines del pasado año 2009, se hayan tomado varias decisiones fundamentales, para apuntalar y reforzar más aún el desarrollo nuclear.
Cabe afirmar que de un estado de anomia y de desinterés de “aquel Estado neoliberal” –básicamente entre 1983 y 2001, en lo que hace a “los frenos” y las ansias privatistas y “clausuristas- respecto al Sector Nuclear; en base a las decisiones de fuertes apoyos de 2009, sumadas al relanzamiento de la actividad concretado en 2006, hoy se puede hablar de la existencia de un nuevo y promisorio Plan Nuclear Argentino.
En 2006 se tomó la trascendente decisión de terminar Atucha II, que estuvo paralizada desde los tiempos del alfonsinato; y poco después se reactivó la Planta Productora de Agua Pesada, situada en Arroyito, Neuquén. También se descongelaron las vacantes en la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) pasándose a formar nuevos profesionales en disciplinas para las que la experiencia y la transferencia directa de conocimientos, son tanto o más importantes que la formación académica previa. A la vez, se volvió a impulsar el consumo de uranio argentino, lo cual había sido dejado de lado durante el menemato.
Pronta a completarse Atucha II, a fines del 2009, por ley se aprobaron varias decisiones fundamentales: a) la construcción de Atucha III (del doble de potencia que la anterior); b) la construcción del primer prototipo del Reactor Modular CAREM –de diseño nacional, y que será emplazado en Formosa-; c) la extensión de la vida útil de la Central Nuclear de Embalse, situada en Río Tercero, Córdoba.
Además, recientemente se rubricaron acuerdos de cooperación y transferencia tecnológica, con Rusia y Francia; los cuales incluyen la tecnología de generación mediante uranio enriquecido, lo cual abre otra amplia puerta de desarrollo al Sector Nuclear Argentino.
Son todas decisiones de enorme valor estratégico, que esperemos no solo se continúen en el tiempo, sino que también fructifiquen en nuevas y más importantes concreciones.
Es de recordar que las oposiciones al Plan Nuclear provinieron de los sectores político – económicos neoliberales, de los lobbies petrolíferos y gasíferos; y de Greenpeace y otras transnacionales de la ecología, siempre funcionales estas ONGs a la globalización a ultranza y a operar como “puntas de lanza” de los intereses anglosajones, a los que les interesa mantenernos atados al subdesarrollo crónico.
Por: Carlos A. Ortiz
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé
14/04/10
ESTRUCPLAN
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