La comida de campaña de la Wehrmacht
Para 1944, siendo tiempos duros para el soldado alemán en el frente de batalla, no lo era menos en el plano de la alimentación, para ese año tenían que conformar con las “Eiserne portion” (conocidas como “Raciones de hierro”).
Estaban conformadas principalmente por galletas saladas y unas latas de carne envasada que, atendiendo a la época en la que se elaboraran, podían proceder incluso de caballos.
¿Qué ingerían la mayor parte del tiempo los soldados alemanes? Principalmente, alimentos calientes elaborados en cocinas de campaña que acompañaban a los ejércitos: las llamadas Gulashkanone, tirados por caballos que se parecían a una pieza de artillería con una larga chimenea.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, la ración diaria (Portionsatz) de los soldados alemanes se dividía en tres comidas. La primera de ellas era un desayuno más bien escaso. La ingesta más importante se hacía en la comida, donde los militares engullían la mitad de calorías de todo el día. Al caer el sol tomaban una cena ligera que les permitía resistir hasta la mañana siguiente. De tal modo que la comida del mediodía ascendía a la mitad del total, la cena a un tercio, y el desayuno de la mañana siguiente a una sexta parte.
A medio día, los soldados alemanes tomaban principalmente pan de centeno, carne de todo tipo, harina de soja, pescado, frutas y verduras frescas (cuando disponían de ellas los cocineros), patatas, legumbres, pudin en polvo y leche condensada. Esta comida solía ser caliente y en estofados la mayoría de las veces. Era entregada desde las Gulashkanone. En el desayuno, en cambio, les entregaban apenas un trozo de pan, mantequilla o margarina, mermelada y, con suerte, algo de embutido. Todo ello, además del habitual sucedáneo de café hecho a base de nueces o bellotas. La cena era muy similar.
Durante la contienda las cantidades de alimento entregadas a los soldados estaban perfectamente reguladas. De hecho, se asignaba una porción diferente atendiendo al trabajo que desempeñaba cada combatiente.
Así pues, la “Ración 1” (Verpflegungssatz 1), la que más cantidad contenía, estaba destinada a los militares de primera línea; la Verpflegungssatz 2 iba dirigida a las unidades de ocupación y comunicaciones; la Verpflegungssatz 3 a los militares asentados todavía en Alemania y la Verpflegungssatz 4 era para las enfermeras y aquellos que desempeñaban su trabajo desde un despacho.
Al contrario de lo que sucedía en otros ejércitos, el alemán se sacrificaba a nivel alimenticio por aquellos hombres que se encontraban en primera línea de fuego. Así pues, estos hombres recibían una cantidad sensiblemente superior de comida que aquellos que se hallaban en un despacho. Quizá el ejemplo más claro fuera el de la carne. Mientras que los miembros del Verpflegungssatz 1 ingerían 136 gramos por jornada, los militares de Verpflegungssatz 4 tomaban escasamente 56. Con el pan sucedía algo parecido, aunque la diferencia era menor (700 por 600 entre ambos Verpflegungssatz).
Sin embargo, el inexorable avance a través de los campos de la vieja Europa impedía a los alemanes transportar siempre las cocinas de campaña. Por ello, el ejército contaba, a su vez, con una serie de raciones ideadas para suplir a sus cocineros en pleno campo de batalla.
La primera era la ración de marcha o Alarmverpflegung. Esta comida era fría y se entregaba a los combatientes en tránsito durante un período que no podía exceder los tres o cuatro días consecutivos. El menú tenía unos 987 gramos de peso y se componía de lo siguiente:
700 gramos de pan.
200 gramos de carne fría o queso.
60 gramos de galletas.
9 gramos de café (o 4 gramos de té).
10 gramos de azúcar.
6 cigarrillos.
Aunque es conocida como “Ración de hierro”, realmente se llamaba Eiserne Portion (Porción de hierro). Y es que, la Eiserne Ration (la verdadera Ración de hierro) era la que estaba destinada a los animales como los valiosos caballos.
La Eiserne portion era una ración de combate con comida enlatada y empaquetada que se entregaba a los soldados alemanes y que estos solo podían ingerir cuando se lo autorizaba su oficial. Habitualmente, cuando los combatientes llevaban varias jornadas comiendo raciones de Alarmverpflegung y no había posibilidad alguna de tomar ningún tipo de alimento caliente o frío por ausencia de avituallamiento o problemas con las cocinas de campaña.
Solo en ese caso, los mandos permitían a sus hombres abrir sus raciones. En caso contrario, comer esta ración de emergencia era sinónimo de acabar arrestado y llevarse un severo correctivo. De hecho, para evitar que se ingirieran sin ningún criterio, solían ser entregadas poco antes de partir hacia el campo de batalla y se reabastecían cuando era necesario. Los soldados la transportaban en el Sturmgepäck (la mochila del soldado).
La Eiserne Portion carecía de pequeños lujos como caramelos o chocolate, cosas que, si incluía la Ración K, el equivalente de los privilegiados soldados noteamericanos. La Ración de hierro fue la máxima expresión de la mentalidad germana, basada en lo práctico. Fue ideada para albergar la mayor cantidad posible de calorías en el menor espacio posible. El resultado fue que se ganó en ligereza, pero a costa del sufrimiento del paladar. En la práctica, la Ración de hierro incluía los siguientes elementos:
1.-250 gramos de Zwieback (galletas saladas o duras) envueltas en papel encerado y su contenido total equivalía a unas mil calorías. No caducaba nunca y duraban muchísimo, pero eran como placas de cemento. De hecho, los soldados solían introducirlas en agua para ablandarlas e hicieron multitud de bromas durante toda la campaña sobre ellas. No en vano, afirmaban de ellas que podían detener el impacto de una bala disparada a quemarropa.
2.-150 gramos de verduras en conserva.
3.-200 gramos de carne envasada (Fleischkonserve). Los animales de los que provenían podían ser desde cerdos, hasta caballos. Era totalmente insípida. Para abastecer la demanda aparentemente inagotable de carne en conserva, plantas de conservas de toda Alemania y los países ocupados fueron arrastrados al esfuerzo bélico. Así pues, se mezclaron latas de carne de Francia con latas de jamón de Dinamarca, Alemania, Italia, Bélgica e incluso latas de sardinas de Marruecos. Debido a que uno de los pocos marcajes que tenía era el de AM, era conocida por los militares como “Mula Vieja” (Alter naulesel). Aquellas letras equivalían realmente a Alimento Militar.
4.-25 gramos de café.
5.-25 gramos de sal.
La ración de hierro pesaba un total de 850 gramos embalada. También había una media ración que incluía 200 gramos de carne enlatada y 250 gramos de galletas. Esta pesaba un total de 535 gramos con embalaje. En teatros de operaciones como el Frente del Este, donde era sumamente difícil desplazar las cocinas de campaña, se llegaron a repartir hasta tres Eiserne portion a la vez.|
A pesar de lo prácticas que eran las raciones de hierro, no eran demasiado apreciadas por los soldados en campaña. Por ello, a finales de 1944 el ejército generalizó la ración extendida (Grosskampfpäcken). Unos menús de emergencia similares a las «K» norteamericanas que incluían, además de la Eiserne portion, barritas de chocolate y frutas, caramelos, cigarrillos y, a veces, galletas dulces.