Claramente, si la decisión requiere unanimidad de los Estados-miembros, entonces cada uno puede vetar la decisión en cuestión.
Ya que se requiere aceptación formal, el veto puede ser expreso o tácito (por ejemplo, por falta de tratamiento de la iniciativa).
Recordemos, además, que en una democracia este tipo de decisiones siempre requiere la aprobación parlamentaria. La totalidad de los actuales Estado-partes tienen parlamentos.
Por ello estos procesos de adhesión son lentos.
Países como Suecia y Finlandia parten con ventaja para estos procesos de adhesión, pero no pueden pasarlo por alto.
Por tanto, se vienen varios meses de negociaciones diplomáticas. Sobre lo cual el comportamiento de Rusia seguramente influirá.
Ya que se requiere aceptación formal, el veto puede ser expreso o tácito (por ejemplo, por falta de tratamiento de la iniciativa).
Recordemos, además, que en una democracia este tipo de decisiones siempre requiere la aprobación parlamentaria. La totalidad de los actuales Estado-partes tienen parlamentos.
Por ello estos procesos de adhesión son lentos.
Países como Suecia y Finlandia parten con ventaja para estos procesos de adhesión, pero no pueden pasarlo por alto.
Por tanto, se vienen varios meses de negociaciones diplomáticas. Sobre lo cual el comportamiento de Rusia seguramente influirá.
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